Vuelco en la legislatura
La asociaci¨®n de partidos de la investidura seguramente puede recauchutarse, pero requerir¨¢ alquimias complicadas
Aunque por azar, este jueves fue un d¨ªa Rubic¨®n para el Gobierno. Si el Congreso no convalidaba la reforma, tramitada como ley habr¨ªa resultado enmendada. El consenso social patronal/sindicatos habr¨ªa quebrado. Y se habr¨ªa deslegitimado la concertaci¨®n social, una p¨¦sima se?al para un pa¨ªs tan polarizado pol¨ªticamente.
Pero adem¨¢s, en cadena, habr¨ªa quedado dificultada la llegada de los 70.000 millones de euros de fondos europeos, pues Bruselas privilegia el consenso social en asunto tan clave. As¨ª, el bloqueo de la reforma equival¨ªa a una zancadilla a la recuperaci¨®n econ¨®mica. Y a un dram¨¢tico cul-de-sac pol¨ªtico para Pedro S¨¢nchez, que ha hecho de ellos el pilar sustentador de su programa y de su mandato.
A eso apost¨® el l¨ªder del PP, Pablo Casado. Y por eso antepuso otra vez su premura en llegar a La Moncloa sobre los intereses nacionales, ese patriotismo ret¨®rico traducido a ego¨ªsmo partidista. Ni siquiera se abstuvo en algo esencial para la marca Espa?a en Europa. Y para los bolsillos de sus conciudadanos. Por eso su partido es el gran perdedor de la jornada: el des¨¢nimo interno del banco azul por su victoria triste se dobla de desolaci¨®n para su oponente por su victoria frustrada.
Quiz¨¢ la asociaci¨®n de partidos de la investidura pueda recauchutarse, pero con alquimias complicadas. Con el PNV ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil, porque no jug¨® a bromas, dispon¨ªa de la coartada de consolidar su marco auton¨®mico de relaciones laborales. M¨¢s frivolidad aflor¨® en el no de Esquerra, que no aprovech¨® la ocasi¨®n de acelerar su principal empe?o (la mesa de di¨¢logo). Y que al plantarse contra Podemos se enfrenta ahora a sus hermanos de los comunes, quienes garantizan la estabilidad de su Govern. Tiro al propio pie.
El Gobierno gana, aunque sea de carambola rocambolesca. Su componente socialista lo hace en mayor medida. Porque asienta una leve aura de estabilidad, vulnerable, pero documentada. Menos goloso es el aprobado de UP, pues trota sobre el suspenso obtenido en atraerse a Esquerra y Bildu, sus socios favoritos. En medio queda el bifronte balance de Yolanda D¨ªaz, tras un esfuerzo t¨¦cnico notable.
Al insistir en el mantra de la ¡°derogaci¨®n¡± de la reforma de 2012 en vez de en la m¨¢s c¨®moda cancelaci¨®n de sus ¡°aspectos m¨¢s lesivos¡±, pec¨® de seguridad aparentando que el apoyo sindical pod¨ªa ser suficiente: hasta que el presidente aline¨® p¨²blicamente la sinton¨ªa con Nadia Calvi?o y su determinaci¨®n en no excluir a nadie. La insistencia un¨ªvoca de D¨ªaz en revalidar la mayor¨ªa de investidura, en este caso evaporada, con desd¨¦n a Ciudadanos, fue mal c¨¢lculo. Que aflora descosidos: ¡°Esta reforma va en una direcci¨®n absolutamente contraria de la que Ciudadanos defend¨ªa¡±, sosten¨ªa.
El reformismo evit¨® el abismo en una jornada nada gloriosa para la pol¨ªtica espa?ola. Claro que hay mucho reconducible: cada d¨ªa tiene su af¨¢n. Y sobre todo, de la necesidad suele hacerse virtud. Pero no ser¨¢ nada f¨¢cil. Para nadie.
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