El ¡®Neeveen¡¯, yate de magnates y noches marbell¨ªes, pierde el ¡®glamour¡¯ varado en las rocas granadinas
La embarcaci¨®n lleva una semana atrapada a 20 metros de la costa en la playa de la Chucha, con sus due?os desaparecidos, y hay serias dudas de que salga de una pieza
Los salones del Neeveen han acogido durante a?os aquellas magn¨ªficas fiestas que se imaginan en las noches marbell¨ªes. Esas reuniones de glamour y negocios a las que acud¨ªan jeques ¨¢rabes, ricos empresarios europeos y americanos y personajes de la jet set marbell¨ª invitados en este caso por la familia Ashmawi, propietarios del Neeveen, un yate anclado en Puerto Ban¨²s hasta hace unos d¨ªas. Alguna publicidad de Marbella se refiere a ¨¦l como uno de los ¡°grandes y famoso yates de lujo¡± de ¡°uno de los mejores puertos del mundo¡±.
La informaci¨®n qued¨® desactualizada el mi¨¦rcoles pasado cuando esa historia de lujo ¨¢rabe-marbell¨ª concluy¨® de golpe a las 13.25 en la playa de la Chucha, en Carchuna (Granada). A esa hora, los 27,43 metros de eslora y 6,3 de manga y los 35 a?os de lujo y glamour quedaron varados a unos 20 metros de la playa granadina. A los tres pasajeros los rescataron los bomberos de Motril, que los bajaron por una escala y los llevaron en brazos hasta la orilla.
Ah¨ª se desvaneci¨® el glamour. Una semana despu¨¦s, el yate sigue varado a la espera de un plan de reflotamiento y sus due?os ni siquiera lo reclaman. Horas despu¨¦s del accidente, los tres pasajeros hab¨ªan desaparecido del mapa y nadie sabe d¨®nde est¨¢n. El orgullo del Neeveen marbell¨ª, muy comprometido ahora, se debate entre el naufragio y un rescate entre las piedras de la playa granadina del que hay serias dudas sobre si saldr¨¢ de una pieza.
El Neeveen se construy¨® en 1986 en Holanda. Los astilleros Van Mill lo pusieron en circulaci¨®n con el nombre de Luisamar IV, denominaci¨®n que se perdi¨® al pasar al patrimonio de la familia Ashmawi, llegada a Marbella en los a?os ochenta del siglo pasado. La cartera de negocios de esta familia inclu¨ªa, entre otras muchas actividades, la de ser los importadores oficiales de Rolls Royce en Arabia Saud¨ª. Neeveen es el nombre de la hija de Mohamed Ashmawi, el patriarca de la familia fallecido en 2019.
En septiembre del a?o pasado muri¨® tambi¨¦n Ahmed, hijo de Mohamed y la familia puso en venta el yate. Uno de los diversos intermediarios que lo publicitan ha explicado a este diario que ¡°hace al menos 10 a?os que ese barco no navega y no estaba en buenas condiciones para ello. Es un barco viejo que nadie deber¨ªa sacar a navegar sin hacerle una revisi¨®n a fondo¡±. El precio de venta del Neeveen en las diferentes webs que lo ofrecen es de 300.000 euros. Sin embargo, seg¨²n explica este comercial que prefiere no identificarse, el barco fue vendido directamente por la familia a un precio que ¡°ronda los 200.000 euros¡±. Pero lo barato, a veces sale caro: tras salir del puerto, el yate apenas tuvo ¨¢nimo para navegar unas horas.
El pasado 8 de febrero por la ma?ana, su actual propietario, un se?or franc¨¦s de 72 a?os, acompa?ado de una mujer y de otro hombre, salieron de Puerto Ban¨²s. Su destino era el puerto almeriense de Aguadulce, seg¨²n fuentes de la Capitan¨ªa Mar¨ªtima de Motril. La distancia a recorrer era de algo m¨¢s de 121 millas n¨¢uticas, 225 kil¨®metros, que podr¨ªan completarse en una jornada de navegaci¨®n. El viaje se trunc¨® pasado el mediod¨ªa, apenas bordeado el Puerto de Motril, tras haber recorrido poco m¨¢s de la mitad del trayecto.
Seg¨²n algunas fuentes que conocen lo ocurrido, el defectuoso mantenimiento del yate pudo provocar que, a pesar de llevar varios miles de litros de di¨¦sel ¡ª6.300 seg¨²n declar¨® el propietario¨D, el motor dejara de funcionar. Aparentemente, tampoco era un patr¨®n con excesiva pericia. Estas mismas fuentes explican que cualquiera con una m¨ªnima destreza n¨¢utica hubiera echado el ancla, o las anclas, porque este yate lleva dos, para asegurar el barco lejos de la playa. Fernando Ramos, capit¨¢n mar¨ªtimo de Motril, admite que eso no ocurri¨® y que el patr¨®n no lanz¨® ninguna de las dos. No hacer eso puso a la embarcaci¨®n a la deriva y, finalmente, la dej¨® varada a pocos metros de la playa de la Chucha.
Rescate costoso e incierto
Desde que los servicios de emergencia conocieron la situaci¨®n, explica Ramos, la tarea de la administraci¨®n ha estado centrada en tres objetivos: primero salvar a los tripulantes, despu¨¦s evitar que se produjera alg¨²n derrame contaminante y, finalmente, sacar el barco de donde est¨¢, algo que presenta cierta dificultad. Tras poner a salvo a los pasajeros, entre ellos el propietario y patr¨®n del yate, se les tom¨® declaraci¨®n. Capitan¨ªa Mar¨ªtima ¡ªdependiente del Ministerio de Transportes¨D requiri¨® al patr¨®n que presentara en 24 horas un plan de reflotamiento. Nadie acudi¨® a entregar los papeles, as¨ª que un representante de Capitan¨ªa Mar¨ªtima acudi¨®, pasado el plazo, acompa?ado por la Guardia Civil al hotel donde se supon¨ªa resid¨ªan los tres rescatados. Sin ¨¦xito porque no hab¨ªa nadie.
Ante ese panorama, es la administraci¨®n, cuenta Ramos, quien tiene que encargarse de arreglar la situaci¨®n y luego ya se ver¨¢. En este caso, explica, el Neeveen, de bandera brit¨¢nica y propietario franc¨¦s, est¨¢ asegurado, pero ese seguro, espa?ol, no cubre el reflotamiento. La administraci¨®n, por tanto, ha incautado el yate y lo desencallar¨¢. Despu¨¦s, el consorcio de seguros, el propietario o lo que resulte de la venta del barco son los aspirantes a pagar los gastos del rescate, aunque esa es una fase en la que a¨²n no se ha profundizado. A los tripulantes, por ahora, nadie los busca.
A la espera de que el proyecto de reflotamiento se cierre por parte de la Capitan¨ªa Mar¨ªtima y defina el coste, algunas fuentes hablan de una cifra que, seg¨²n ¡°si va todo bien o se encuentran dificultades¡± puede fluctuar ¡°entre 30.000 y 50.000 euros¡±. La operaci¨®n de rescate incluir¨¢, previsiblemente, un remolcador, que puede costar entre 6.000 y 10.000 euros, los t¨¦cnicos y buzos encargados del vaciado del combustible ¡ªque este fin de semana han superado la docena de personas procedentes de Cartagena (Murcia)?¨D, una reparaci¨®n de urgencia de las v¨ªas de agua in situ para que no se hunda antes de lo previsto y, finalmente, gr¨²as y la maquinaria necesaria para desencallar el yate y trasladarlo al Puerto de Motril o el coste de la estancia en ese puerto, entre otros gastos.
El s¨¢bado se procedi¨® a la retirada del material potencialmente contaminante del yate. Se retiraron miles de litros de combustible y varias bater¨ªas. No ha habido ninguna fuga de di¨¦sel o aceite, aseguran desde Capitan¨ªa Mar¨ªtima. Adem¨¢s, una inspecci¨®n ha detectado v¨ªas de agua que ponen en peligro la integridad del Neeveen. Eso hay que arreglarlo antes de mover la embarcaci¨®n para evitar males mayores. Mientras, los t¨¦cnicos preparan un proyecto para sacar el barco de donde est¨¢ antes de que acabe destrozado por el azote del agua y las piedras. Eso ocurrir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas.
La duda ahora es si el Neeveen, capaz de albergar a ocho viajeros y cuatro tripulantes, saldr¨¢ por la playa o por el mar y, sobre todo, si lo har¨¢ de una pieza o hecho pedazos. Salga como salga, el pr¨®ximo destino del todo o de las partes ser¨¢ una zona en tierra en el Puerto de Motril porque, como explica el capit¨¢n mar¨ªtimo, el estado del barco obliga a sacarlo del agua. En este momento, todo indica que al Neeveen, antes Luisamar IV, se le han acabado el lujo y las fiestas por un tiempo largo.
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