Casado y Egea: la amistad y el poder de dos promesas novatas
El actual presidente del PP lleg¨® al frente del partido hace tres a?os y medio casi de rebote y deleg¨® toda su autoridad en Garc¨ªa Egea, que dimiti¨® este martes
La historia de Pablo Casado al frente del PP comenz¨® en una boda y va camino de convertirse en un funeral. La boda fue restringida y se celebr¨® 15 d¨ªas despu¨¦s del triunfo de la moci¨®n de censura por la condena de corrupci¨®n que derrib¨® al equipo de Mariano Rajoy. Se cas¨® Jos¨¦ Antonio Berm¨²dez de Castro, veterano secretario general del PP en el Congreso, y al enlace, que coincidi¨® con un partido de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol contra Portugal, acudi¨® casi todo el PP, incluido Rajoy. Solo falt¨® el gallego Alberto N¨²?ez Feij¨®o. En aquellos d¨ªas, las primeras semanas de junio de 2018, estaba en juego la incierta sucesi¨®n de Rajoy. Un mes despu¨¦s, en el congreso expr¨¦s de las primarias, Casado se aup¨® por sorpresa con la victoria y entreg¨® todo su poder en el aparato del partido desde el inicio a un diputado novato pero muy ambicioso: Teodoro Garc¨ªa Egea.
En una mesa del evento matrimonial, la exvicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, y candidata favorita, depart¨ªa con su amplio equipo de ministros y altos cargos. En otra, gentes del aparato rodeaban a la exsecretaria general, Dolores de Cospedal, su gran rival. En una tercera, m¨¢s apartada, Casado, que por entonces ten¨ªa 37 a?os, se sent¨® con el alcalde de Boadilla, Antonio Gonz¨¢lez Terol, que ofici¨® el enlace, con Egea, de 33, y otros j¨®venes cachorros a los que entonces ¨¦l coordinaba como responsable del partido ¡°para partirse la cara en los plat¨®s¡± y las tertulias en defensa de un Ejecutivo muy desgastado. Ah¨ª se fragu¨® una amistad, un equipo y una cadena.
En ese festejo, entre el f¨²tbol, la cena y el posterior baile, se fueron formando corrillos de intereses. Nadie apostaba un duro en aquellos momentos por la candidatura de la tercera v¨ªa de Casado, tampoco en su entorno directo, que la ve¨ªa inviable por falta de experiencia. Excepto su amigo Egea, al que no conoc¨ªa de antiguo, pero con el que hab¨ªa trabado buena relaci¨®n en esa legislatura tan complicada en el Congreso.
Jorge Moragas, el jefe de gabinete en La Moncloa de Rajoy, hab¨ªa comprobado que los ministros m¨¢s abrasados del Gobierno apenas quer¨ªan exponerse en los medios y dio orden al joven vicesecretario de Comunicaci¨®n, Pablo Casado, de que buscase ardorosos guerreros dispuestos a baquetearse en cualquier trinchera medi¨¢tica. Egea siempre fue un obediente voluntario.
Cuando Casado gan¨® el congreso, con aquel discurso m¨¢s fresco y nuevo que sus adversarias, Egea y ?ngel Carromero, su amigo y colaborador de siempre en Nuevas Generaciones de Madrid, fueron claves para sumar votos y apoyos. A Carromero ¨Dahora dimitido por la supuesta implicaci¨®n en el intento de contratar esp¨ªas para buscar pruebas contra Isabel D¨ªaz Ayuso desde su cargo de coordinador de la alcald¨ªa de Madrid¨D, Casado siempre le tuvo como su experto en lo que en el PP denominan como ¡°operaciones especiales¡±. Egea relev¨® a Carromero en esa funci¨®n, pero ya desde el enorme poder que otorga en el PP la secretar¨ªa general del partido.
Cayetana ?lvarez de Toledo, a la que Casado fich¨® como gran estandarte de la batalla cultural que quer¨ªa jugar contra la izquierda, sufri¨® los envites de Egea desde que fue nombrada portavoz parlamentaria. En su libro, Pol¨ªticamente indeseable, ?lvarez de Toledo lo retrata no solo como un ¡°buld¨®cer¡± dispuesto a ¡°limitar al m¨¢ximo¡± su ¡°autonom¨ªa, influencia y margen de maniobra¡±. Tambi¨¦n revela una reuni¨®n en el hotel Wellington de Madrid para aplacar ese fuego amigo a la que Egea se present¨® con una sonrisa. Y concluye: ¡°En dos minutos comprob¨¦ que el Profident y el pu?al son compatibles¡±.
En ese volumen de sus memorias, ?lvarez de Toledo asegura que Casado le confes¨® que hab¨ªa entregado todo el poder org¨¢nico a Egea. Y la a¨²n diputada, ahora baluarte del sector cr¨ªtico, aprovecha para saldar cuentas con su examigo Casado, del que ha exigido estos d¨ªas su dimisi¨®n tanto como la de Egea. Le llama desde ¡°camale¨®n sentimental¡±, a ¡°bienqueda¡± o ¡°veleta¡±. Y se lamenta de que le pueda tanto ¡°el miedo¡± como la obsesi¨®n ¡°por agradar¡± a todo el mundo todo el tiempo.
Ese reproche de ?lvarez de Toledo a Egea sobre sus intromisiones en nombramientos y en la disponibilidad de todo tipo de recursos para el aparato del partido se lo han transmitido a Casado barones tan importantes como el andaluz Juan Manuel Moreno y el presidente de Castilla y Le¨®n, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco. Moreno, directamente, le dio plant¨®n a Egea en el congreso del PP de Sevilla, por c¨®mo actu¨® para que ganase su candidata. Ma?ueco tambi¨¦n le recrimin¨® sus injerencias para nombrar presidentes del partido en alguna de sus provincias, como Le¨®n. Casado hab¨ªa encomendado a Egea, nada m¨¢s ganar el congreso, que renovase las estructuras del PP para pasar p¨¢gina con el pasado y sobre todo para preparar el aparato a su favor en caso de nuevas derrotas electorales.
Esas intromisiones han levantado ronchas en el PP por toda Espa?a. Casado ha escuchado esas quejas internas contra Egea durante estos tres a?os y medio, pero no ha actuado.
En la crisis con Ayuso, que en teor¨ªa comenz¨® por los recelos de Egea a entregar tambi¨¦n el poder del PP de Madrid a la presidenta de la Comunidad, Casado se crey¨® los argumentos y acusaciones que su n¨²mero dos le fue administrando desde el verano. Fue a Egea al que le lleg¨® la filtraci¨®n de un alto cargo nacional sobre la supuesta comisi¨®n que habr¨ªa recibido el hermano de Ayuso por la compra de una partida de mascarillas en el peor momento de la pandemia. Pero sin la prueba definitiva.
El t¨¢ndem Casado-Egea entendi¨®, sin embargo, que la hab¨ªan atrapado. La citaron en sus despachos, en sendas reuniones bilaterales y secretas, y seg¨²n el entorno de Ayuso le plantearon el dilema: o renuncias a acumular m¨¢s poder o sacamos el esc¨¢ndalo. Ayuso se mantiene en la batalla y en su cargo. Casado y Egea han conducido al PP a la mayor crisis de su historia.
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