Europa carece de un criterio com¨²n sobre el cord¨®n sanitario a los ultras
En Francia, B¨¦lgica o Alemania existe una separaci¨®n pol¨ªtica clara contra la extrema derecha, mientras que en Italia, sin embargo, esta ha formado parte de gobiernos
Cada vez que la extrema derecha asciende en Europa y tiene la posibilidad de tocar poder, como ocurre ahora en Castilla y Le¨®n con la aspiraci¨®n de Vox de entrar en el Gobierno regional, brota el debate sobre si debe tenderse o no un cord¨®n sanitario o cord¨®n democr¨¢tico que rodee y a¨ªsle a los ultras de la gobernanza. La expresi¨®n designa la pol¨ªtica de acuerdos entre partidos para impedir el acceso al poder de otro partido o ideolog¨ªa incompatibles con sus valores. Es un debate recurrente e inconcluso en Espa?a, que no ofrece dudas en pa¨ªses como Francia, B¨¦lgica o Alemania, aunque en otros como Italia no hay problemas en incluir a La Liga de Matteo Salvini y algunos de sus ac¨®litos en el Gobierno. Esta es la situaci¨®n en los pa¨ªses del entorno de Espa?a donde ya se ha debatido, ejecutado o descartado el cerco a la la ultraderecha.
Francia. Un aislamiento estricto desde los a?os ochenta
El debate en Francia sobre el cord¨®n sanitario a la extrema derecha se abri¨® cuando, en los a?os ochenta, el Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen irrumpi¨® en Francia como fuerza pol¨ªtica de peso. La derecha tradicional, tras algunos titubeos, opt¨® por rechazar acuerdos con los ultras. La izquierda particip¨® en este aislamiento apoyando a candidatos de la derecha cuando era necesario para evitar el acceso del FN al poder. El cord¨®n, que en este pa¨ªs recibe el nombre de frente republicano, se ha aplicado a la extrema derecha, nunca a la extrema izquierda.
El sistema de elecci¨®n en dos vueltas, en el que se clasifican para la segunda los candidatos m¨¢s votados en la primera, facilita el cord¨®n sanitario. Cuando un candidato de la extrema derecha se clasifica para la segunda vuelta, es habitual que izquierda y derecha se unan para impedirle ganar. Sucedi¨® en las presidenciales de 2002, cuando toda la izquierda vot¨® al derechista Jacques Chirac para derrotar a Le Pen. Y de nuevo en 2017, cuando la hija de Jean-Marie, Marine, compet¨ªa en la segunda vuelta contra el centrista Emmanuel Macron.
?ric Zemmour, candidato ultra a las presidenciales del pr¨®ximo abril en competici¨®n con Marine Le Pen, intenta ahora romper ese aislamiento apostando por hacer caer el muro que separa a la derecha tradicional de la extrema derecha.
Reagrupamiento Nacional, partido heredero del FN, solo tiene seis diputados en la Asamblea Nacional, ning¨²n Gobierno regional y una decena de peque?as ciudades o pueblos.
Alemania. El veto que acab¨® con la sucesora de Merkel
El partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) est¨¢ completamente aislado. El cord¨®n sanitario en este pa¨ªs no consiste solo en que las otras fuerzas pol¨ªticas alemanas rechacen incluirles en una coalici¨®n; es que ni se sientan a hablar con ellos. Ni se negocia con AfD ni se usan sus votos para facilitar gobiernos regionales.
Desde que la formaci¨®n entr¨® por primera vez en el Parlamento alem¨¢n, en septiembre de 2017, con el 12,6% de los votos, solo se ha producido una brecha, que se llev¨® por delante la carrera pol¨ªtica de la entonces secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, designada por Angela Merkel para ser su heredera. Ocurri¨® en las elecciones del Estado oriental de Turingia en 2020: el candidato liberal fue elegido con los votos de la CDU de Merkel y los de AfD. El esc¨¢ndalo fue tal que el flamante primer ministro, Thomas Kemmerich, apenas dur¨® 24 horas en el cargo. Dimiti¨® tras el terremoto que caus¨® en todo el pa¨ªs el hecho de que, por primera vez en la historia alemana desde la posguerra, un presidente regional se beneficiara de los votos de la extrema derecha.
AfD es el ¨²nico partido con representaci¨®n parlamentaria al que se impone ese aislamiento. Los poscomunistas de Die Linke (La Izquierda) lideran Gobiernos regionales (Turingia) o forman parte de ellos (Berl¨ªn, Bremen) con toda normalidad y nadie pone en duda su compromiso con los valores democr¨¢ticos. AfD, en cambio, est¨¢ bajo vigilancia de los servicios secretos internos alemanes, que consideran a la formaci¨®n un peligro para la democracia.
Italia. Partidos con una larga trayectoria institucional
Los partidos italianos no han sometido a las formaciones consideradas de ultraderecha a ning¨²n tipo de aislamiento. El principal motivo es que los dos partidos que en el resto de Europa podr¨ªan encontrarse en esa franja ideol¨®gica ¡ªla Liga y Fratelli d¡¯Italia¡ª son dos de las formaciones m¨¢s antiguas del pa¨ªs y con una larga trayectoria en las instituciones. En general, no son percibidas como formaciones radicales a las que hay que aislar: ni por los ciudadanos ni por el resto de partidos. De hecho, hoy suman m¨¢s del 40% de la estimaci¨®n de voto. Lo mismo sucede con el Movimiento 5 Estrellas, con quien el Partido Democr¨¢tico ha creado una alianza para concurrir en coalici¨®n a las pr¨®ximas elecciones.
La Liga, el partido que preside Matteo Salvini y que forma hoy parte del Ejecutivo de Mario Draghi con tres ministros, lidera la coalici¨®n de centroderecha que gobierna en 12 de las 20 regiones del pa¨ªs y que conforma con Fratelli d¡¯Italia y Forza Italia (en el grupo de los Populares en Europa). El partido es hoy la evoluci¨®n de la antigua Liga Norte, que abog¨® durante muchos a?os por la independencia de la Padania ¡ªun territorio pol¨ªtico imaginario¡ª y que Silvio Berlusconi integr¨® en sus ejecutivos.
Fratelli d¡¯Italia es un partido nacido de los rescoldos de grupos posfascistas, como el Movimiento Social Italiano, y de la Alianza Nacional de Giancarlo Fini. Cuando este renunci¨® expl¨ªcitamente al fascismo, el partido fue integrado sin problemas en el Parlamento y form¨® parte tambi¨¦n de uno de los gobiernos de Berlusconi.
Grecia. De sorpresa pol¨ªtica a organizaci¨®n criminal
Grecia acab¨® con la amenaza que para la pol¨ªtica y la sociedad helenas supon¨ªa el partido Aurora Dorada gracias al vac¨ªo institucional y una implacable persecuci¨®n judicial, que acab¨® metiendo en la c¨¢rcel a su c¨²pula y estableci¨®, en 2020, que la formaci¨®n que en 2015 se hab¨ªa convertido en tercera fuerza del Parlamento no era un partido al uso sino una organizaci¨®n criminal.
Surgido como respuesta a los estragos que la austeridad hab¨ªa hecho en el pa¨ªs, Aurora Dorada ¡ªun partido neonazi, xen¨®fobo y anti-UE¡ª dinamit¨® un bipartidismo de d¨¦cadas con su entrada en el Parlamento en 2012 (21 esca?os) y con su consagraci¨®n como tercer partido tres a?os despu¨¦s. Su tir¨®n electoral acab¨® desinfl¨¢ndose en las elecciones de 2019, en las que no obtuvo un solo esca?o. Tan fulgurante como su auge fue su desaparici¨®n.
Al cord¨®n sanitario establecido alrededor del grupo parlamentario contribuy¨® el historial de algaradas e intimidaci¨®n que desde sus esca?os desplegaron los miembros de Aurora Dorada. En paralelo a una investigaci¨®n penal por el asesinato de un rapero antifascista en 2013, perpetrado por uno de sus miembros, la C¨¢mara cort¨® la subvenci¨®n y luego retir¨® la inmunidad a varios de sus diputados. Los l¨ªderes del partido nunca fueron recibidos por el presidente de Grecia.
Aurora Dorada es una anomal¨ªa en la extrema derecha europea y tambi¨¦n en las manifestaciones populistas derivadas de la crisis en Grecia, como Griegos Independientes (primer socio del izquierdista Syriza) o Soluci¨®n Griega, que dio la sorpresa en 2019 con 10 esca?os.
Portugal. Un debate reciente con la llegada del populismo
La convivencia con la extrema derecha es un fen¨®meno nuevo en Portugal, que hab¨ªa permanecido como una isla libre de populismos en el mapa europeo hasta que en 2019 se fund¨® el Chega. Lleg¨® tarde pero su ascenso es mete¨®rico. En las ¨²ltimas elecciones, celebradas el pasado 30 de enero, se convirti¨® en la tercera fuerza parlamentaria, al pasar de uno a 12 esca?os. Su l¨ªder es Andr¨¦ Ventura, abogado y comentarista de televisi¨®n que milit¨® en la derecha moderada del Partido Social Dem¨®crata (PSD) hasta 2019.
El primer ministro, el socialista Ant¨®nio Costa, ha decidido que mantendr¨¢ un cord¨®n sanitario respecto a los ultras. Su primer gesto ha sido la exclusi¨®n de Ventura de la ronda de consultas con los partidos para preparar la nueva legislatura, aunque ha diferenciado estas entrevistas de las audiencias institucionales en las que s¨ª incluir¨¢ al Chega.
En la prensa portuguesa se ha debatido en estas semanas sobre la mejor estrategia para relacionarse con la formaci¨®n ultra, que tendr¨¢ derecho a presidir alguna comisi¨®n parlamentaria y a proponer un candidato para la vicepresidencia de la C¨¢mara. Hay voces que alertan del riesgo de dar espacio a los extremistas, y otras que desaconsejan su marginaci¨®n. El soci¨®logo Ant¨®nio Barreto escribi¨® en el diario P¨²blico: ¡°Los partidos radicales de derecha y de izquierda nunca han construido la democracia. Pero la democracia es el r¨¦gimen de todos ellos¡±. Barreto considera que el Chega invoca problemas reales, como la corrupci¨®n, el nepotismo o la burocracia, aunque proponga soluciones ¡°fantasmag¨®ricas¡±.
Pa¨ªses n¨®rdicos. Ascenso en Suecia, horas bajas en Dinamarca
El cord¨®n sanitario que se form¨® en Suecia cuando la ultraderecha lleg¨® al Parlamento en 2010 se ha resquebrajado en los ¨²ltimos meses. Los Dem¨®cratas Suecos (DS) ¡ªun partido con ra¨ªces neonazis que encabez¨® los ¨²ltimos sondeos prepand¨¦micos¡ªlograron en noviembre que se aprobaran los Presupuestos que presentaron junto con el Partido Moderado y los cristianodem¨®cratas, las dos principales formaciones conservadoras de la oposici¨®n. DS afronta las elecciones del pr¨®ximo septiembre en una situaci¨®n in¨¦dita: el resto de la oposici¨®n de derechas ha asumido que tras los comicios ser¨¢ casi imposible formar gobierno sin su apoyo. En 2020, los Moderados reiteraron hasta la saciedad que jam¨¢s formar¨ªan una coalici¨®n con DS; hace unos meses, su l¨ªder, Ulf Kristersson, lo defini¨® como ¡°una fuerza constructiva¡±. Las ¨²ltimas encuestas en el pa¨ªs escandinavo sit¨²an a DS en tercera posici¨®n, con en torno al 20% de los apoyos, muy cerca de los Moderados y a unos nueve puntos porcentuales de los socialdem¨®cratas. Jimmie ?kesson, de 42 a?os y al frente de DS desde 2005, ha dejado caer que le interesa la cartera de Justicia.
En Dinamarca, por el contrario, la principal formaci¨®n de extrema derecha atraviesa sus horas m¨¢s bajas. Despu¨¦s de apoyar externamente a cuatro Gobiernos conservadores en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, el Partido Popular Dan¨¦s (PPD) mantiene un respaldo de en torno al 5% de los electores daneses ¡ªfrente al m¨¢s del 20% de los votos que obtuvo en 2015¡ª. Adem¨¢s, otro partido del mismo espectro ideol¨®gico, La Nueva Derecha, tiene un apoyo muy similar al del PPD, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos. Sin embargo, el discurso antiinmigraci¨®n con el que se ampli¨® su base el PPD a principios de siglo ha sido asimilado por gran parte del arco parlamentario.
La situaci¨®n en Suecia y Dinamarca difiere de la de Noruega, Finlandia y Estonia. En esos tres pa¨ªses, la ultraderecha ha tocado poder en el ¨²ltimo lustro y hoy est¨¢ en la oposici¨®n. Y en todos los casos, el Ejecutivo de coalici¨®n con miembros de formaciones radicales ha acabado dinamitado antes del fin de la legislatura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.