Las ¨²ltimas horas con vida de Koussai D.
Al adolescente, muerto en un centro de menores, se le redujo con una pr¨¢ctica desaconsejada por riesgo de asfixia
¡°Est¨¢ en parada¡±. El tiempo se congel¨® a las 22.15 del jueves 3 de marzo en el centro de menores Zambrana de Valladolid. Un chico yac¨ªa en el suelo de una vivienda compartida por varios chavales. Minutos antes hab¨ªa estado forcejeando con dos guardias de seguridad, que lo redujeron con esposas hasta que dej¨® de moverse y chillar. Cre¨ªan que se hab¨ªa relajado o que fing¨ªa, algo que ya hab¨ªa hecho en trifulcas anteriores. Pero esta vez no. Koussai D. estaba muerto. El cad¨¢ver fue levantado de madrugada.
En ese momento, cuatro internos m¨¢s permanec¨ªan encerrados en sus habitaciones y tres monitores contemplaban la escena. Al d¨ªa siguiente se abri¨® una causa judicial para averiguar c¨®mo falleci¨® un chico de 14 a?os ¡ª la edad que dijo que ten¨ªa cuando ingres¨®¡ª en un centro de gesti¨®n auton¨®mica donde, seg¨²n admiten fuentes internas, se actu¨® de forma inapropiada porque el joven fue contenido boca abajo, lo que eleva el riesgo de asfixia. La autopsia revel¨®, adem¨¢s, que sufr¨ªa una cardiopat¨ªa y que rondaba realmente los 17 a?os. Lo a¨²n desconocido es si la actuaci¨®n de los guardias influy¨® en que dejara de respirar.
El Zambrana trata con hermetismo el caso judicializado, mientras la Fiscal¨ªa recaba informaci¨®n. El Defensor del Pueblo ha decidido entrar de oficio a investigar. El protocolo marca que, ante situaciones extremas, los educadores no tienen que avisar a la direcci¨®n para reclamar a los guardias. Despu¨¦s, elaboran un informe sobre lo ocurrido, como en este suceso. Nadie de quienes conocen lo que pas¨® quiere dar su nombre. Solo bajo anonimato, aseguran que el fallecido, de origen tunecino, se llamaba Koussai D. y minti¨® en la edad que dijo al ingresar en el centro. Fuentes fiscales confirman que el consulado del pa¨ªs norteafricano acredita que iba a cumplir 18, lo cual encaja con la vida del adolescente, que juraba haber llegado a los 11 a?os a Sicilia (Italia), donde viv¨ªa su padre, antes de viajar por Holanda, Alemania y Suiza. Desde all¨ª recal¨® en tren en Espa?a, tras escapar de un hospital antes de obtener el alta tras ser operado de un problema g¨¢strico.
Koussai se comunicaba en un espa?ol irregular con acento italiano y ¨¢rabe. El chico fue localizado en Valladolid vagando el 29 de noviembre. Dos d¨ªas despu¨¦s, la Junta de Castilla y Le¨®n asumi¨® su tutela y lo ingres¨® en un centro de asistencia de la provincia, donde dio problemas. Por ello, se le traslad¨® a otro de Zamora, donde sigui¨® excedi¨¦ndose, y finalmente acab¨® en el Zambrana, en Valladolid, famoso por su severidad.
El joven conviv¨ªa con otros cuatro muchachos en la zona de socializaci¨®n, menos firme que la de reforma, en unos chal¨¦s con habitaciones separadas con camas y mesas de hormig¨®n para que no puedan ser usadas como armas o barricadas. No ten¨ªa apenas amigos y solo le atra¨ªa el deporte. El grupo compart¨ªa una cocina y un peque?o sal¨®n. All¨ª muri¨® y, seg¨²n quienes conocen lo acontecido, boca abajo: una pr¨¢ctica desaconsejada por su riesgo de asfixia, aunque en el Zambrana matizan que se les gira la cabeza para que respiren mejor.
¡°Llevaba todo el d¨ªa muy exaltado¡±, explican quienes saben c¨®mo transcurrieron sus ¨²ltimas horas. Antes del incidente con los guardias ya hab¨ªa protagonizado otro conflicto. Ocurri¨® a las ocho de la tarde, cuando le arranc¨® la mascarilla a uno de sus compa?eros. Un educador le reprendi¨® y le orden¨® subir a la habitaci¨®n. ¡°Pero se puso agresivo. Le insistieron y no lo hac¨ªa¡±, relatan estas fuentes, que detallan que el menor se mof¨® e ¡°hizo un corte de mangas¡±. Cuando el adulto iba a coger un tel¨¦fono para avisar a seguridad, a?aden, el interno intent¨® abalanzarse contra ¨¦l, pero choc¨® con otro monitor y, entre insultos, acab¨® claudicando y subiendo a la habitaci¨®n.
En el Zambrana constaba que ten¨ªa huesos rotos y que no se dejaba tratar, pues se arrancaba las escayolas que le pon¨ªan los m¨¦dicos hasta que desistieron. En el momento en que los guardias lo retuvieron esa noche, ¡°respiraba, no hablaba, pero tensaba los brazos y apretaba los pu?os¡±, a?aden esas fuentes, que dicen que se pens¨® que los espasmos que hac¨ªa eran simulados, ¡°como la historia de Pedro y el lobo¡±, porque el joven exageraba a menudo. El 112 constat¨® que iba en serio. Tard¨® unos minutos en perder el pulso para siempre.
El incidente que provoc¨® la inmovilizaci¨®n
Los testigos del incidente han comparecido ya ante la Policía para explicar lo que vieron. Los investigadores les han pedido estar tranquilos, según fuentes del caso, porque las primeras conclusiones de la autopsia no revelan heridas o evidencias físicas de maltrato. Las pesquisas recogen que los guardias, una vez requeridos por la tarde por un primer incidente con Koussai, se quedaron hasta la hora de cenar ante el ambiente tenso, y presenciaron otra insubordinación del joven, que cogió la bandeja con la comida, pero se negaba a volver a la habitación. El chico miraba burlón a sus responsables, guiñándoles el ojo, y en cuanto le amenazaron con un parte, “echó a correr hacia uno e intentó agarrarlo del cuello”. El educador se protegió y los guardias se lanzaron contra el agresor. “Gritaba, estaba muy alterado y daba patadas y puñetazos”, destacan estas voces, y tal virulencia indujo a los vigilantes a esposarlo unos 10 minutos tras fracasar la contención física. Al poco, dejó de moverse.
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