Pegasus, la cara oculta del poder al servicio de los intereses de Israel
El controvertido programa esp¨ªa se ha convertido en herramienta clave para una diplomacia de alianzas y la pujante industria de ciberseguridad del Estado jud¨ªo
Cuando el Mosad o el Shin Bet, las agencias de inteligencia exterior y nacional de Israel, no quieren dejar pistas recurren a la empresa NSO, conocida por comercializar el programa Pegasus, ahora en el ojo del hurac¨¢n por el espionaje a l¨ªderes independentistas catalanes, al presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Los agentes de ambos servicios cuentan con herramientas de intervenci¨®n de comunicaciones a¨²n m¨¢s potentes y secretas, pero no tanto como los instrumentos de ciberespionaje de ¨²ltima generaci¨®n de la Unidad 8200, sanctasanct¨®rum de la inteligencia militar del Estado jud¨ªo. De sus entra?as surgieron en 2010 los ingenieros Niv Carmi, Shalev Hulio y Omri Lavie (cuyas iniciales de nombre forman el acr¨®nimo de la compa?¨ªa) para dise?ar el virus troyano Pegasus. Desde entonces, han construido un emporio al servicio de los intereses israel¨ªes, un poder que parece haber entrado en declive por los presuntos abusos que lo rodean.
Sin apenas escrutinio
NSO ha salido airosa de investigaciones judiciales en Israel, tras detectarse que Pegasus ha sido usado para espiar a activistas humanitarios, periodistas o pol¨ªticos de la oposici¨®n en otros pa¨ªses. Un tribunal de Tel Aviv desestim¨® en 2020 una demanda de Amnist¨ªa Internacional para revisar el permiso de exportaci¨®n del sistema de espionaje tras dar por buena la versi¨®n del Ministerio de Defensa. Una vista sobre una denuncia del partido Meretz (izquierda pacifista) en 2016 se desarroll¨® a puerta cerrada y la resoluci¨®n que archivaba la causa fue declarada secreto oficial.
Israel atrae el 40% de las inversiones privadas mundiales en ciberseguridad, pero este sector, con compa?¨ªas punteras, act¨²a sin apenas escrutinio parlamentario o judicial. Las 700 firmas de ciberseguridad israel¨ªes recibieron el a?o pasado recibi¨® 8.800 millones de d¨®lares (8.350 millones de euros) en fondos extranjeros, seg¨²n la Direcci¨®n Nacional de Cibertecnolog¨ªas, tres veces m¨¢s que en 2020. El 80% de los fundadores de estas compa?¨ªas son j¨®venes ingenieros procedentes de la c¨¦lebre Unidad 8200 del Ej¨¦rcito.
Control gubernamental
La Comisi¨®n de Asuntos Exteriores y Defensa de la Kneset (Asamblea legislativa) carece de informaci¨®n detallada sobre las exportaciones del sector de seguridad, seg¨²n una investigaci¨®n publicada en 2018 por el diario Haaretz. El Ministerio de Defensa, que supervisa las exportaciones de Pegasus, se niega a enviar a los diputados la lista de Estados a los que est¨¢ prohibido vender armamento o tecnolog¨ªa de seguridad. ¡°La industria [del ciberespionaje] no ha vacilado en vender material de capacidad ofensiva a muchos pa¨ªses que carecen de una firme trayectoria democr¨¢tica¡±, como Bar¨¦in, Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos, Nicaragua, Honduras o Kazajist¨¢n, resaltaba el peri¨®dico.
NSO, con sede en Herzliya, el Silicon Valley israel¨ª al norte de Tel Aviv, suele responder con el mantra de que se limitan a ¡°suministrar tecnolog¨ªa a agencias y servicios de seguridad de otros pa¨ªses para salvar vidas¡± en la lucha contra el terrorismo o el crimen organizado. Sostiene que sus empleados no operan el programa y cuentan siempre con autorizaci¨®n del Gobierno israel¨ª. En su organigrama figura un comit¨¦ ¨¦tico que puede vetar los contratos, y desde 2019 se ha adherido a las directrices de Naciones Unidas sobre comercio y negocios responsables. En la pr¨¢ctica, el Ministerio de Defensa de Israel tiene la ¨²ltima palabra sobre las ventas de Pegasus.
Sancionada por EE UU
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluy¨® el a?o pasado a NSO en la lista de empresas vetadas en contratos p¨²blicos por suponer una ¡°amenaza para la seguridad nacional¡±. La compa?¨ªa ha visto c¨®mo se deprecian sus activos desde entonces. Otras firmas de ciberseguridad israel¨ªes, como Cellebrite y Candiru, se hallan tambi¨¦n en el punto de mira de Washington por haber facilitado a reg¨ªmenes autoritarios programas para controlar a la disidencia.
El asesinato del periodista saud¨ª Jamal Khashoggi, columnista en The Washington Post, dado por desaparecido en 2018 tras acudir al Consulado de Arabia Saud¨ª en Estambul, parece estar detr¨¢s de la sanci¨®n. En una teleconferencia de prensa desde Mosc¨², Edward Snowden, excolaborador de los servicios de inteligencia que protagoniz¨® una filtraci¨®n masiva sobre los programas de espionaje de Estados Unidos, asegur¨® entonces ante un grupo de periodistas en Tel Aviv que Pegasus hab¨ªa sido utilizado para seguir el rastro de Khashoggi.
Mejora de imagen global
La exportaci¨®n de programas como Pegasus form¨® parte tambi¨¦n de la estrategia de los gobiernos del ex primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu entre 1999 y 2021 para mejorar su imagen internacional, gravemente deteriorada por el conflicto palestino. Con la cesi¨®n de los programas de ciberespionaje busca ganarse aliados en Naciones Unidas, donde se cuestiona peri¨®dicamente la ocupaci¨®n de Cisjordania y Jerusal¨¦n Este y el bloqueo de la franja de Gaza por parte de Israel. Responsables del Mosad sol¨ªan visitar la sede central de NSO en Herzliya, revelaron a Haaretz extrabajadores de la empresa, junto con delegaciones de pa¨ªses ¨¢rabes y africanos, interesadas en adquirir el programa Pegasus.
Espionaje policial a israel¨ªes
El consejero delegado NSO, Shalev Hulio, siempre hab¨ªa asegurado que el programa estaba dise?ado para no poder operar en los tel¨¦fonos de Israel. Las sospechas sobre la intervenci¨®n por la polic¨ªa israel¨ª de tel¨¦fonos de cargos p¨²blicos, asesores gubernamentales y activistas sociales con Pegasus, sin autorizaci¨®n judicial, desemboc¨® a comienzos de este a?o en investigaciones de la Fiscal¨ªa General del Estado y del Parlamento. Los agentes interven¨ªan presuntamente los tel¨¦fonos de supuestos sospechosos con Pegasus para capturar datos de su m¨®vil. Si lograban alguna prueba de cargo, solicitaban autorizaci¨®n judicial para ¡°blanquear¡± el caso y regularizar la investigaci¨®n de manera retroactiva.
El programa Pegasus comenz¨® a ser usado por las fuerzas policiales israel¨ªes en 2013, tras la llegada al cuerpo de mandos procedentes del Shin Bet y de unidades de la inteligencia militar. ¡°Las revelaciones actuales son buena muestra de un proceso natural de erosi¨®n de la democracia en Israel, crecientemente controlada por un aparato militar y de seguridad¡±, advirti¨® Yossi Mellman, analista experto en los servicios de espionaje, en las p¨¢ginas de Haaretz. Las indagaciones emprendidas por la Fiscal¨ªa General, que contaron precisamente con la asistencia t¨¦cnica del Shin Bet y el Mosad, acabaron exonerando a la polic¨ªa israel¨ª de las acusaciones de intervenciones de comunicaciones irregulares.
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