NSO, una ¡®start up¡¯ que sortea en silencio las investigaciones en Israel

NSO, la empresa tecnol¨®gica que dise?¨® el programa Pegasus, detectado en los m¨®viles de dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ha salido airosa en Israel de investigaciones judiciales bajo la acusaci¨®n de que su sistema fue usado para espiar a activistas humanitarios, periodistas o pol¨ªticos de la oposici¨®n en otros pa¨ªses.

Esta misma semana, el tribunal del distrito de Tel Aviv ha desestimado la demanda presentada por Amnist¨ªa Internacional para revisar el permiso de exportaci¨®n de NSO. La juez Rachel Levi-Barkai consider¨® en su resoluci¨®n que Amnist¨ªa no hab¨ªa presentado pruebas suficientes para demostrar la acusaci¨®n de espionaje a disidentes.

¡°Estoy convencida de que el procedimiento de supervisi¨®n y la gesti¨®n de la concesi¨®n de los permisos de exportaci¨®n son meticulosos¡±, concluy¨® la magistrada. Amnist¨ªa Internacional lamenta que el tribunal no haya tenido en cuenta la ¡°monta?a de evidencias¡± que present¨® y se haya limitado a dar por buena la versi¨®n del Ministerio de Defensa.

La diputada del partido Meretz (izquierda pacifista) Tamar Zandberg ya hab¨ªa instado en 2016 al Gobierno a suspender la licencia de exportaci¨®n de NSO en una petici¨®n dirigida al Tribunal Supremo. La vista se desarroll¨® a puerta cerrada y el contenido de la resoluci¨®n, en la que se deneg¨® la reclamaci¨®n de la parlamentaria, fue declarado secreto oficial.

La pujante industria del ciberespionaje se ha desarrollado en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en Israel, hasta alcanzar entre el 10% y 20% del mercado mundial, sin apenas escrutinio parlamentario o judicial. La Comisi¨®n de Asuntos Exteriores y Defensa de la Kneset (asamblea legislativa) carece de informaci¨®n detallada sobre las exportaciones del sector de seguridad, seg¨²n una exhaustiva investigaci¨®n period¨ªstica publicada en 2018 por Haaretz, y el Ministerio de Defensa se niega a enviar a los diputados la lista de pa¨ªses a los que est¨¢ prohibido vender armamento o tecnolog¨ªa de seguridad.

El peri¨®dico progresista israel¨ª concluy¨® que ¡°la industria (del ciberespionaje) no ha vacilado en vender material de capacidad ofensiva a muchos pa¨ªses que carecen de una firme trayectoria democr¨¢tica¡±. La investigaci¨®n revel¨® que m¨¢s de dos decenas de Gobiernos ¨Cde Estados como Bar¨¦in, Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos, Nicaragua, Honduras o Kazajist¨¢n¨C han adquirido programas de inteligencia y espionaje en el Estado jud¨ªo.

El jaqueo de los m¨®viles de periodistas ¨Ccomo el registrado masivamente en M¨¦xico entre 2015 y 2106, o el caso del reportero marroqu¨ª Omar Radi, denunciado recientemente por Amnist¨ªa Internacional¨C suele llevar la marca del sistema Pegasus de NOS. En una teleconferencia de prensa desde Mosc¨², Edward Snowden, excolaborador de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, asegur¨® hace dos a?os a un grupo de periodistas en Tel Aviv que la tecnolog¨ªa de Pegasus hab¨ªa sido utilizada para seguir el rastro del periodista disidente saud¨ª Jamal Khashoggi, dado por muerto tras acudir al consulado de Arabia Saud¨ª en Estambul.

Fundada en 2010 por los ingenieros Niv Carmi, Omri Lavie y Shalev Hulio (cuyas iniciales de nombre de pila dieron nombre a la empresa, aunque el primero la ha abandonado ya), NOS tiene su sede en Herzliya, una acomodada poblaci¨®n de la periferia norte de Tel Aviv. Su programa troyano Pegasus ha sido calificado por la revista Forbes como ¡°la herramienta m¨¢s invasiva para el espionaje de m¨®viles¡±.

La compa?¨ªa suele responder a estas acusaciones con el mantra de que su funci¨®n en ¡°suministrar tecnolog¨ªa a agencias de inteligencia de los pa¨ªses para salvar vidas¡± en la lucha contra el terrorismo o el crimen organizado. Cuenta en su organigrama con un comit¨¦ ¨¦tico que supervisa los contratos y puede vetarlos. Desde 2019 se ha adherido a las directrices de Naciones Unidas sobre comercio y negocios responsables.

En la pr¨¢ctica, el Ministerio de Defensa de Israel tiene la ¨²ltima palabra a la hora de autorizar las exportaciones de armamento y material y tecnolog¨ªa de seguridad. ¡°La pol¨ªtica regulatoria es revisada frecuentemente en funci¨®n de diversas consideraciones, como la protecci¨®n de los derechos humanos¡±, asegur¨® un portavoz del departamento a Haaretz.

Para Israel, el ciberespionaje es una sus principales industrias exportadoras, con 27 compa?¨ªas punteras en un ecosistema tecnol¨®gico de seguridad ¨²nico en el mundo. Del desarrollo en los a?os ochenta y noventa de centros de ciberinteligencia en el Ej¨¦rcito, como la c¨¦lebre Unidad 8200, naci¨® un vivero de j¨®venes ingenieros que ha contribuido al desarrollo de empresas de tecnolog¨ªa emergente. El 80% de los fundadores de las 700 firmas de ciberseguridad israel¨ªes proceden precisamente de las filas de la Unidad 8200.

Pero la venta en el exterior de programas como Pegasus forma parte tambi¨¦n de la estrategia del Gobierno del primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu para mejorar su imagen internacional, deteriorada por el conflicto palestino. Con la cesi¨®n de los altamente demandados programas de ciberespionaje busca ganarse aliados en foros como Naciones Unidas, donde se cuestiona peri¨®dicamente la ocupaci¨®n de Cisjordania y Jerusal¨¦n este y el bloqueo de la franja de Gaza.