¡°Las operaciones antidroga se estrellan contra la antig¨¹edad de nuestro sistema procesal¡±
El nuevo fiscal jefe de C¨¢diz, ?ngel N¨²?ez, aboga por una nueva ley de enjuiciamiento criminal para agilizar los cuellos de botella en la lucha contra el narco


C¨¢diz no es una provincia cualquiera ni sencilla en lo judicial. Tiene una Audiencia dividida en cuatro sedes ¡ªC¨¢diz, Jerez, Algeciras y Ceuta¡ª, con territorio a ambos lados del Estrecho de Gibraltar y ubicada en el punto m¨¢s meridional de Europa, a merced del tr¨¢fico de hach¨ªs y la inmigraci¨®n. Quiz¨¢s por eso ?ngel N¨²?ez (Sevilla, 1965) asegura que ni se le pasaba por la cabeza postularse a la plaza de fiscal jefe de C¨¢diz, hasta que sus compa?eros se lo pidieron. El experto en delitos contra el medio ambiente y el patrimonio hist¨®rico tom¨® posesi¨®n del cargo este pasado mi¨¦rcoles tras la jubilaci¨®n de ?ngeles Ayuso con el objetivo de luchar contra delitos acuciantes en la zona, mientras defiende la reforma pendiente de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para dar m¨¢s peso a la Fiscal¨ªa en la lucha contra el narco.
Pregunta. Inmigraci¨®n, narcotr¨¢fico, construcciones ilegales¡ De todos los problemas que sufre la zona en t¨¦rminos de delincuencia, ?cu¨¢l le preocupa m¨¢s?
Respuesta. En mi discurso [de toma de posesi¨®n] habl¨¦ de tr¨¢fico de drogas, narcotr¨¢fico, de la delincuencia organizada y la corrupci¨®n, que a su vez tiene una din¨¢mica muy variada de formas delictivas, y de la violencia machista. Pero podr¨ªa citar tambi¨¦n los delitos cometidos por medios inform¨¢ticos, las estafas, porque est¨¢n experimentando un notable incremento. Tenemos muchos casos de personas j¨®venes que ya traen a veces una trayectoria previa ante la jurisdicci¨®n de menores y que contin¨²an una vez que alcanza la mayor¨ªa de edad.
P. La falta de medios es una queja recurrente en los informes de su predecesora o de sus compa?eros, ?hasta qu¨¦ punto es un problema?
R. Es un problema grave. No tenemos ni siquiera una ratio de un fiscal por cada ¨®rgano jurisdiccional, cuando adem¨¢s nosotros, aparte de la tramitaci¨®n de los procedimientos, tenemos que hacer despu¨¦s los juicios y la fase posterior a ¨¦stos, la de los recursos y la ejecuci¨®n. Y en materia de funcionarios no tenemos ni siquiera una ratio de un funcionario de la oficina por cada cada fiscal. Eso dificulta notablemente nuestro trabajo.
P. ?Llega a afectar esa falta de medios en que luego haya causas, como las de narcotr¨¢fico, en las que las dilaciones indebidas se conviertan en un beneficio para el encausado?
R. Creo que las dilaciones que se producen no responden a la falta de medios personales, porque esa falta de medios se compensa con sobreesfuerzo. Las dilaciones son normalmente consecuencia de lo vetusto de nuestro sistema procesal penal que permite que estrategias procesales, que son leg¨ªtimas porque la ley las permite, den lugar a esas dilaciones.
P. ?En qu¨¦ punto cree que se encuentra el narcotr¨¢fico en la provincia?
R. Quien lo sabe verdaderamente es la fiscal antidroga de C¨¢diz [Ana Villag¨®mez], que es tambi¨¦n la fiscal antidroga de Andaluc¨ªa, pero creo que se han conseguido buenos resultados. Por fin, ha habido un verdadero compromiso desde las administraciones, en este caso s¨ª, respecto a la dotaci¨®n de medios. Los fiscales est¨¢n haciendo un trabajo extraordinario, pero nos encontramos con los cuellos de botella, que son los juzgados. Se pueden hacer muchas operaciones, pero al final llegamos a la idea del juez unipersonal instructor que preve¨ªa nuestra ley de 1882. Las operaciones antidroga se estrellan contra la antig¨¹edad de nuestro sistema procesal.
P. ?Y qu¨¦ papel cree que tienen las mafias de C¨¢diz en el tr¨¢fico internacional de drogas? Lo digo porque las investigaciones descubren nexos cada vez m¨¢s potentes con grandes organizaciones internacionales.
R. El tr¨¢fico de drogas es la modalidad delictiva en la que nosotros constatamos una mayor dimensi¨®n transnacional. No es s¨®lo en lo que se refiere a las propias sustancias, que tienen una procedencia en la mayor parte de los casos ajena, aunque cada vez estamos asistiendo a una mayor producci¨®n, por ejemplo, de marihuana en nuestro territorio. Tambi¨¦n es por la cada vez m¨¢s elaborada ingenier¨ªa financiera que acompa?a a los delitos contra la salud p¨²blica y que lleva a que el dinero se inserte en diab¨®licos circuitos que dificultan su localizaci¨®n m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras. En algunos casos, m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras pero muy cerca¡
P. Los traficantes han protagonizado asesinatos, ajustes de cuentas, ataques a los agentes... ?Se ha conseguido poner freno a esa violencia?
R. Hay que estar muy vigilantes en relaci¨®n a toda esa violencia colateral al fen¨®meno del narcotr¨¢fico de la que cualquier persona lega en Derecho puede informarse leyendo a Don Winslow [escritor estadounidense de novela negra]. Yo creo que estamos en t¨¦rminos todav¨ªa de control, afortunadamente. Pero no hay que cejar en ning¨²n momento en el empe?o, porque f¨¢cilmente puede desbordarse esa situaci¨®n.
P. Desde que se aprob¨® el plan especial contra el narco del Estrecho, asistimos a grandes operaciones con decenas de detenidos que luego se convierten en macrocausas judiciales muy complejas. ?Es partidario de esta forma de proceder?
R. Una ley de 1882 que estaba pensada para una delincuencia fundamentalmente contra la vida y contra la propiedad, es decir, delitos de lesiones, de homicidio, asesinato, robo, hurto o estafa, no est¨¢ preparada para albergar en su seno procedimientos de esta magnitud. Por muchas reformas que haya experimentado y que la han convertido en una especie de Frankestein procesal, no ofrece respuesta en t¨¦rminos de celeridad a esta dimensi¨®n de la delincuencia que no estaba contemplada en su origen. Los letrados, como es l¨®gico, yo si fuera letrado har¨ªa lo mismo, lo aprovechan.

P. Aunque las cifras de llegadas de pateras a la provincia se han reducido, seguimos asistiendo a detenciones por trata de seres humanos. ?En qu¨¦ quedan estas investigaciones? ?Se llega a dar con los verdaderos organizadores o se investiga a veces a personas que realmente tambi¨¦n son v¨ªctimas de estas mafias?
R. Yo distinguir¨ªa dos cosas. En primer lugar, no llegamos siempre a la cumbre de la pir¨¢mide porque esos estadios de la organizaci¨®n criminal radican fuera de Espa?a. No es f¨¢cil desarrollar esas investigaciones, pero tambi¨¦n dir¨ªa que no hablamos de que condenamos a v¨ªctimas, condenamos a personas que cometen delitos, porque si aplicamos ese concepto de v¨ªctima a quien realiza actividades importantes para que las mafias de la trata funcionen, tendr¨ªamos que aplicarlo tambi¨¦n a personas que realizan actividades secundarias en relaci¨®n con el tr¨¢fico de drogas. Y a nadie le cabe duda de que quien conduce una embarcaci¨®n con droga o quien realiza el alijo en la playa est¨¢ cometiendo un delito.
P. En las ¨²ltimas memorias de la Fiscal¨ªa, su predecesora apunt¨® a la dejaci¨®n de los alcaldes para colaborar en el problema del urbanismo ilegal, otro grave problema en C¨¢diz. ?Qu¨¦ cree se puede hacer para revertir esta actitud?
R. Fui fiscal de Urbanismo y tambi¨¦n de Medio Ambiente de Andaluc¨ªa y he sufrido bastante ese problema. En esa ¨¦poca era dif¨ªcil conseguir una sentencia en la que se acordara la demolici¨®n de lo indebidamente construido. Era algo as¨ª como se detiene al ladr¨®n, se le pone una pena, pero se le permite que se quede con el bot¨ªn. Hoy el problema al que nos enfrentamos es el de la ejecuci¨®n de la sentencia que acuerda la demolici¨®n. Yo entiendo que quien tiene un cargo que depende del voto sea un tanto renuente a la ejecuci¨®n de sentencias que se presentan siempre como situaciones aparentemente injustas, cuando en realidad no lo son. La aparici¨®n del cuerpo de inspecci¨®n de urban¨ªstica fue un paso adelante y ahora estamos insistiendo desde la Fiscal¨ªa en la necesidad de que se asuma la responsabilidad por parte de los alcaldes y el resto de autoridades.
P. Antes de marcharse, el exministro de Justicia Juan Carlos Campo plante¨® una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que planteaba dar m¨¢s peso a los fiscales en la instrucci¨®n de las investigaciones. ?Qu¨¦ le parece ese planteamiento?
R. Soy un absoluto defensor de la direcci¨®n de la investigaci¨®n para el Ministerio Fiscal. Form¨¦ parte de la comisi¨®n que en 2011 elabor¨® el primer anteproyecto, siendo Juan Carlos Campo secretario de Estado, y todos los proyectos legislativos que ha habido desde entonces apuntan a la direcci¨®n de la investigaci¨®n por el Ministerio Fiscal porque es lo que es lo que favorece la verdadera imparcialidad judicial. El juez se convierte en un ¨®rgano ajeno al procedimiento que no est¨¢ contaminado de ninguna forma y controla la actuaci¨®n de investigaci¨®n. Le permite dedicarse a lo que dice la Constituci¨®n, que es juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Adem¨¢s, el hecho de que la investigaci¨®n la dirija el fiscal supone m¨¢s juez y no menos juez, porque ¨¦l va a estar para decir que no. Supone tambi¨¦n un reforzamiento del derecho de defensa, porque favorece la igualdad de armas y redunda en beneficio del justiciable.
P. Es usted amante del Carnaval, exponente m¨¢ximo de una libertad de expresi¨®n que hay quien ve cada vez m¨¢s amenazada. ?Comparte esa preocupaci¨®n?
R. S¨ª, creo que en cierto modo, aunque de forma bienintencionada, algunos planteamientos nos conducen a una especie de ¨¦poca neovictoriana en la que determinadas cosas no se pueden tocar. Ciertas cosas no se pueden decir. En mi opini¨®n, el humor, sobre todo si se hace de manera creativa y art¨ªstica como en C¨¢diz, no deber¨ªa tener l¨ªmites m¨¢s que lo que establezca la Constituci¨®n. La ley parte de la idea de que la libertad de expresi¨®n est¨¢ hecha, precisamente, para que tengamos que soportar cosas que nos resulta dif¨ªcil tener que soportar. Si no, no ser¨ªa libertad de expresi¨®n.
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