De las aduanas a las empleadas del hogar, la frontera de Ceuta y Melilla sigue sin definirse
La reapertura de los pasos de las dos ciudades aut¨®nomas mantiene dudas sobre el futuro de las trabajadoras transfronterizas y de la futura relaci¨®n comercial
Tor¨ªa lleva toda la ma?ana del jueves, junto a un grupo de amigas y compa?eras de fatiga, recorriendo los alrededores del Consulado de Espa?a en Nador, provincia lim¨ªtrofe con Melilla. Pregunta y repregunta qu¨¦ documentos necesita para el visado que le permitir¨¢ salir de Marruecos a partir del 31 de mayo como trabajadora transfronteriza. Como respuesta, recibe un batiburrillo de menciones a papeles que abre nuevas inc¨®gnitas. Mientras, en Ceuta, la Delegaci¨®n del Gobierno se ha coordinado con el consulado de Tetu¨¢n para gestionar visados temporales que permitir¨¢n acceder a la ciudad y arreglar sus papeles a m¨¢s de 400 empleados con permiso de trabajo renovado que se quedaron en Marruecos. En Melilla, el desconcierto es total. Tan solo faltan ocho d¨ªas para que se permita el paso a los transfronterizos, en la que ser¨¢ la segunda etapa de reapertura de fronteras iniciada el 17 de mayo.
Madrid y Rabat a¨²n negocian una normalizaci¨®n ¡°gradual y ordenada¡± de los pasos terrestres en Ceuta y Melilla tras 26 meses de cerraz¨®n. Las fronteras, vitales para la econom¨ªa de las dos ciudades, se mantuvieron selladas, primero, por razones sanitarias y, despu¨¦s, como medida de presi¨®n de Marruecos en la crisis diplom¨¢tica que ha tensado al m¨¢ximo en el ¨²ltimo a?o las relaciones entre los dos pa¨ªses. Ahora, tras el respaldo del Gobierno a la propuesta de Rabat para el futuro del S¨¢hara Occidental (dotarle de autonom¨ªa pero bajo soberan¨ªa marroqu¨ª y sin refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n), se abre un futuro incierto para las dos ciudades que Marruecos siempre ha reclamado como suyas.
La situaci¨®n ha cambiado mucho desde 2020 y la facilidad para transitar entre los dos pa¨ªses ya no es tal. Ahora que se est¨¢n definiendo las normas para permitir el paso de las trabajadoras transfronterizas, todo apunta a que muchas cosas van a cambiar. De momento, las transfronterizas cuyos permisos de trabajo ya no est¨¢n en vigor necesitan un visado para volver. Piden informaci¨®n y planificaci¨®n. El viernes, el Consulado en Nador volvi¨® a llenarse de decenas de trabajadoras que quer¨ªan conseguir una cita e informarse sobre ese visado que ahora les exigen. Nadie sabe bien c¨®mo tramitarlo ni c¨®mo funcionar¨¢.
Seg¨²n la jefa de la Oficina de Extranjer¨ªa de la Delegaci¨®n del Gobierno, Elena Nieto, ese visado solo se garantiza a unas 80 personas listadas que se quedaron trabajando en Melilla desde 2020. Al otro lado de la frontera, en Marruecos, quedan casi 2.000 trabajadoras con sus permisos de trabajo caducados, para quienes a¨²n no hay soluci¨®n. Nieto afirma que esperan ¡°¨®rdenes de Madrid¡±. La mayor¨ªa son empleadas dom¨¦sticas, algunas con 20 a?os cotizados a la Seguridad Social y ahora no tienen ni paro, ni finiquito, ni trabajo. ¡°Hay muchas a quienes los jefes no van a volver a contratar¡±, espeta en una reuni¨®n de la Uni¨®n Marroqu¨ª de Trabajadores Karima Said, portavoz del sindicato. ¡°Necesitamos una soluci¨®n para todas, no un visado, necesitamos cruzar libremente, como antes, para poder renovar el permiso de trabajo y buscar empleo¡±.
El futuro de las aduanas
M¨¢s all¨¢ de los trabajadores, est¨¢ en el aire el paso de mercanc¨ªas, porque tras el fin del contrabando esas fronteras ya no volver¨¢n a ser las mismas. El fin del llamado comercio at¨ªpico impuesto por Marruecos se interpret¨® en Espa?a como una estrategia m¨¢s de asfixia econ¨®mica de las dos ciudades, pero ahora la perspectiva ha cambiado. ¡°Nadie quiere ya esa imagen lamentable¡±, asegura una fuente gubernamental espa?ola. ¡°Tiene que haber un antes y un despu¨¦s con esta apertura. No es una vuelta a la normalidad prepandemia, debe ser una frontera del siglo XXI¡±, a?ade.
El pol¨ªgono de El Tarajal, en Ceuta, est¨¢ pr¨¢cticamente desierto desde 2019. Casi todas las naves donde se compraban la ropa, los zapatos o artilugios tecnol¨®gicos que pasaban a Marruecos sobre las espaldas de cientos de porteadoras cerraron. Revivi¨® un a?o despu¨¦s, cuando un pu?ado de esas naves reabrieron para almacenar cientos de ni?os que entraron a nado desde Marruecos, pero estos d¨ªas, all¨ª apenas se oye el griter¨ªo de las gaviotas. En Melilla se han creado cementerios de furgonetas, antes usadas para descargar mercanc¨ªa en bultos, y ¡°coches patera¡± que met¨ªan alimentos. Muchos almacenes han echado el cierre. Algunos empresarios, incluso, se marcharon a la Pen¨ªnsula para relanzar sus negocios o realizar, desde all¨ª, exportaciones a Marruecos a trav¨¦s de otros puertos. Otros, como Sabah Ahmed, que sigue teniendo un almac¨¦n en Ceuta, le han dado la vuelta: ¡°Yo ya hab¨ªa viajado bastante a Turqu¨ªa y tra¨ªa productos de ajuar para beb¨¦ y novia. Es algo que ha funcionado muy bien, as¨ª que cuando cerr¨® la frontera, me qued¨¦ con eso¡±.
Durante estos d¨ªas las autoridades marroqu¨ªes no han permitido el paso de una sola caja de bombones, pero la frontera del futuro que quiere Espa?a pasa por reabrir la aduana comercial de Melilla, cerrada por Marruecos sin previo aviso en 2018, y crear una nueva en Ceuta. Tras el comunicado conjunto hecho p¨²blico tras la visita de Pedro S¨¢nchez a Mohamed VI el pasado 7 de abril, fuentes gubernamentales dieron por hecho que as¨ª se har¨ªa, pero a¨²n hay m¨¢s dudas que certezas. ?Marruecos est¨¢ de acuerdo?, ?qu¨¦ beneficios supondr¨¢?, ?cu¨¢ndo ocurrir¨¢?
No hay previsiones del tr¨¢nsito que podr¨ªa tener una aduana comercial en Ceuta porque nunca existi¨®, seg¨²n fuentes de la Agencia Tributaria, pero la aduana comercial de Melilla gestion¨® en 2017 (¨²ltimo a?o completo comparable) 18.900 toneladas en exportaciones hacia Marruecos por valor de casi 19,2 millones de euros. Como referencia cercana, ese mismo a?o, la aduana comercial de Gibraltar movi¨® m¨¢s de un mill¨®n de toneladas en exportaciones por valor de 2.030 millones de euros.
Una fuente conocedora de las negociaciones entre ambos pa¨ªses explica que los interlocutores marroqu¨ªes se han mostrado abiertos a colaborar, pero a?ade un detalle que no es casual: los marroqu¨ªes mencionan la aduana de Melilla con naturalidad, pero evitan mencionar la de Ceuta. En Ceuta, sin embargo, no se plantean quedarse fuera del trato. Su consejera de Econom¨ªa y Hacienda, Kissy Chandiramani, mantiene que una aduana ayudar¨ªa a recuperar las p¨¦rdidas sobrevenidas de la pandemia y el cierre de fronteras, que han alcanzado los 400 millones de euros. Adem¨¢s, asegura, incentivar¨ªa a empresas exportadoras y log¨ªsticas a instalarse en la ciudad.
Hasta hace unos a?os, a Rabat le interesaba que entrara mercanc¨ªa por la frontera con Melilla. ¡°Gracias al puerto de Melilla, Marruecos ha podido proveer de bienes y servicios a una parte del pa¨ªs a la que no pod¨ªa abastecer porque carec¨ªa de infraestructuras¡±, explica Jalid Said, portavoz de Acsemel, organizaci¨®n que agrupa a algunos de los empresarios melillenses m¨¢s afectados por el cierre de la frontera. La familia de Said, asegura, fue de las primeras en Melilla en contar con naves para almacenar todo lo que llegaba por barco a la ciudad aut¨®noma antes de que se estrenase el puerto de Beni Ensar, donde ahora llegan los ferris desde M¨¢laga y Almer¨ªa, y se iniciase el proyecto de Nador Med, a imagen del puerto de T¨¢nger.
Adem¨¢s del impulso econ¨®mico, hay quien defiende, en Madrid y en Ceuta y Melilla, que la apertura de aduanas es tambi¨¦n simb¨®lica y que supondr¨ªa un reconocimiento t¨¢cito de la soberan¨ªa espa?ola de Ceuta y Melilla. Parece un augurio optimista: la aduana de Melilla data de 1867 y su funcionamiento hasta 2018 no aplac¨® las proclamas de las autoridades marroqu¨ªes que han percibido siempre las ciudades aut¨®nomas como ¡°presidios ocupados¡± por Espa?a.
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