?Estamos preparados para los incendios que vienen?
Al comienzo del verano ya se duplica la superficie quemada (52.000 hect¨¢reas) con respecto al a?o pasado. La prevenci¨®n es la gran asignatura pendiente.
Mientras empezaba a arder la Sierra de la Culebra (Zamora) el pasado d¨ªa 15 de junio, en plena ola de calor y despu¨¦s de que presuntamente un rayo de una tormenta seca prendiese la primera llama, en la aplicaci¨®n del m¨®vil ¡°Incendios Castilla y Le¨®n¡± ¡ªque gestiona la Junta de Castilla y Le¨®n¡ª pod¨ªa leerse: ¡°?poca de peligro medio. Sin alertas¡±. Lo mismo pon¨ªa tres d¨ªas m¨¢s tarde, cuando el fuego hab¨ªa calcinado ya 25.000 hect¨¢reas de monte, acerc¨¢ndose peligrosamente a una veintena de poblaciones en las que m¨¢s de 1.250 personas fueron desalojadas de sus casas. Finalmente han sido 30.000 las hect¨¢reas quemadas. El pasado jueves segu¨ªan ardiendo algunas zonas acotadas y el mensaje en la aplicaci¨®n de la Junta era el mismo.
Sumadas a las extensiones de los recientes incendios de M¨¢laga, Navarra, Arag¨®n y Catalu?a, van 51.957 hect¨¢reas arrasadas por el fuego, seg¨²n los datos de Protecci¨®n Civil: m¨¢s del doble de la extensi¨®n quemada en el mismo periodo del a?o pasado, y el verano no ha hecho m¨¢s que empezar. Los expertos en la lucha contra los incendios aseguran que es un asunto ¡°extremadamente complejo¡± en el que intervienen factores medioambientales, de seguridad, de distribuci¨®n de la poblaci¨®n (c¨®mo ocupamos el territorio), de pol¨ªtica forestal con repoblaciones de especies, y de formaci¨®n y educaci¨®n (campa?as de concienciaci¨®n ciudadana). Por tanto, ¡°no tiene una soluci¨®n f¨¢cil¡±.
No obstante, las normativas ¡°m¨¢s restrictivas¡± ¡ªaunque cada comunidad aut¨®noma establece la suya porque las competencias medioambientales est¨¢n transferidas¡ª han ayudado en el control: ¡°En Madrid, por ejemplo, se prohibieron las barbacoas en el monte hace a?os¡±, recuerda la sargento Gema Armero, del Seprona, servicio de protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil, con 2.000 agentes encargados de hacer cumplir esas normativas.
Inteligencia artificial
Las nuevas tecnolog¨ªas junto a la inteligencia artificial, como el sistema Arbaria, pionero de alerta temprana que permite la predicci¨®n de incendios forestales mediante t¨¦cnicas de big data; o el sistema Copernicus, que facilita v¨ªa sat¨¦lite informaci¨®n geoespacial puntual y precisa; o las predicciones de la Aemet, ¡°permiten anticiparse y redistribuir efectivos y medios en los lugares donde se prev¨¦ un mayor riesgo¡±, asegura Armero.
El ¨²ltimo censo del Seprona, tras las campa?as territoriales de control, incluye 621 zonas de riesgo alto de incendio en Espa?a: ¡°Zonas recreativas (donde hay actividad humana el riesgo es siempre alto), vertederos (sobre todo ilegales), l¨ªneas de tendido el¨¦ctrico (cortocircuitos, subidas o bajadas de tensi¨®n), y espacios de acumulaci¨®n de biomasa no retirada (como consecuencia de la tormenta Filomena)¡±, enumera, sin concretar donde se ubican esos sitios.
Los expertos en la materia coinciden, eso s¨ª, en un aspecto: ¡°Los incendios forestales empiezan a apagarse en invierno¡±. Y recuerdan que ¡°es in¨²til considerar que el ¡°riesgo alto¡± comienza en el mes de julio y, en consecuencia, no contratar los refuerzos de los servicios de bomberos hasta ese mes, como ha ocurrido ahora en Castilla y Le¨®n¡±. O como ocurri¨® en el incendio de Sierra Bermeja (M¨¢laga) el a?o pasado, que arras¨® 10.000 hect¨¢reas, desaloj¨® a 3.000 vecinos, y se extendi¨® durante 46 d¨ªas en una lucha contra las llamas en la que muri¨® un bombero del Infoca.
Entonces, cuando el humo se desvanece, y los bosques son ya cenizas, quedan al descubierto las desnudeces de los planes de prevenci¨®n (de los 8.000 municipios espa?oles solo 1.800 cuentan con planes de protecci¨®n civil) y aparecen los conflictos laborales latentes, como los que han salido a la luz ahora en Castilla y Le¨®n, donde el pasado mi¨¦rcoles los bomberos se concentraron frente al parlamento de la Junta exigiendo dimisiones por la mala gesti¨®n y mejores condiciones laborales. O como pasaba en M¨¢laga, donde acampaban delante del Palacio de San Telmo por un empleo estable, ya que solo se les contrata de junio a octubre.
El ¨²ltimo siniestro de Zamora es una buena muestra de c¨®mo han variado los incendios en los ¨²ltimos decenios y evidencia algunos de los peligros que suponen. ¡°Son cada vez m¨¢s amenazantes, al acercarse m¨¢s a las poblaciones¡±, seg¨²n los expertos del Seprona y de Protecci¨®n Civil, responsable de la gesti¨®n de emergencias y dependiente tambi¨¦n del Ministerio del Interior.
Lo ocurrido en la Sierra de la Culebra ha dejado ver tambi¨¦n lo envejecida y sola que est¨¢ la llamada Espa?a vaciada, ya que los habitantes de esas poblaciones desalojadas eran en su mayor parte personas mayores. Ha mostrado el abandono del campo, donde ya no pastan los animales y la yerba seca crece por doquier; y donde se repuebla con especies no aut¨®ctonas: ¡°Todos los pinos han ardido, pero los casta?os est¨¢n casi intactos¡±, comenta un lugare?o. ¡°En el pinar no viven animales, debajo del pino no crece nada¡±, a?ade.
La Naturaleza, una aliada
¡°Podemos llenar el cielo de hidroaviones, pero si no somos capaces de hacer de la naturaleza una aliada, de vivir en ella, de ella y con ella, de integrarla en el ciclo econ¨®mico como siempre estuvo, va a ser muy dif¨ªcil¡±, advierte Leonardo Marcos, director de Protecci¨®n Civil. ¡°Del mismo modo que si seguimos fij¨¢ndonos solo en el incendio, en lo que se ve, y no en lo que no vemos, nos estaremos equivocando¡±, se?ala. ¡°Somos muy buenos en extinci¨®n, de los mejores de Europa, esa es la parte vistosa de la intervenci¨®n, pero es mucho m¨¢s importante la prevenci¨®n y la anticipaci¨®n¡±, agrega.
¡°Invertir en el cuidado y mantenimiento de los bosques durante todo el a?o es ya vital¡±, seg¨²n los expertos, y va mucho m¨¢s all¨¢ de conflictos laborales, ya que tiene que ver con c¨®mo est¨¢ organizada la sociedad, concentrada en grandes urbes ¡°y que ha convertido el monte en una suerte de parque tem¨¢tico¡±, se?alan, haciendo hincapi¨¦ en que cuidar el monte es tambi¨¦n fijar a la poblaci¨®n en ese territorio.
¡°No tenemos a¨²n un sistema que nos permita calcular cuanto cuesta un incendio con todos sus par¨¢metros y variables¡±, dice Marcos, ¡°pero seguro que ser¨¢ mucho mayor ese coste que el de mantener contratados los servicios de bomberos y forestales 12 meses del a?o¡±.
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