La Espa?a que arde
El a?o 2021, con 75.548 hect¨¢reas quemadas en 7.244 siniestros, est¨¢ entre los peores del ¨²ltimo lustro
Las cerca de 10.000 hect¨¢reas que ard¨ªan hace una semana en la Sierra Bermeja de M¨¢laga han contribuido a ennegrecer este a?o. Un muerto (un experimentado bombero del Infoca), 60 heridos (24 de los dispositivos de extinci¨®n), 7.244 incendios forestales registrados, y 75.548 hect¨¢reas quemadas hasta el pasado 5 de septiembre (un 6% superior a la media de la ¨²ltima d¨¦cada), seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Civil. Es un mal balance: ¡°2021 presenta los peores datos de los ¨²ltimos cinco a?os en t¨¦rminos generales, en incidencias de protecci¨®n civil¡±, advierte su informe. Aunque matiza: ¡°Sin embargo, del total, 19 han sido grandes incendios (cuando afectan a m¨¢s de 500 hect¨¢reas) y s¨®lo ha sido necesario activar a la UME (Unidad Militar de Emergencias) en 14 de ellos, por debajo de la media de los ¨²ltimos cinco a?os¡±. ¡°Adem¨¢s, el 66% (4.791) fueron conatos que se extinguieron antes de quemar una hect¨¢rea y 2.453 han sido mayores de una hect¨¢rea¡±, se?ala Leonardo Marcos, director general de la instituci¨®n que coordina la emergencia y que depende del Ministerio del Interior.
Son datos que hablan de c¨®mo arde Espa?a y que contrastan con otros: 1.302 incendios esclarecidos por la Guardia Civil (hasta este mes de agosto) y un total de 222 detenidos e investigados por los miembros del Seprona, el Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza del instituto armado que cuenta con un total de 2.000 agentes, con una vocaci¨®n a prueba de llamas.
En lo que va de a?o han ¡°autopsiado¡± 2.500 montes quemados, como el de la sierra malague?a, en busca de pruebas que les conduzcan a determinar la causa del incendio y su autor¨ªa, del mismo modo que hacen los t¨¦cnicos ambientales de la decena de Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestarles (BRIF) con las que cuenta el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica (MITECO), responsable de la pol¨ªtica forestal. ¡°Son investigaciones arduas y lentas, suelen llevar meses, no hay que olvidar que el fuego lo arrasa todo, investigamos cenizas¡±, se?ala la sargento Ana Prieto, de la Jefatura del Seprona.
Los atestados policiales contienen ¡°declaraciones de testigos y vecinos, grabaciones de c¨¢maras de la zona (si las hay), posicionamientos de tel¨¦fonos, registros de subidas y bajadas de la tensi¨®n de la l¨ªnea el¨¦ctrica, valoraciones del da?o causado¡ todo tipo de pruebas o indicios que permitan acotar el origen del incendio¡±, explica la sargento. Pese a todos los esfuerzos, logran esclarecer ¡°casi un 60% de los incendios, pero del 100% sabemos si son intencionados o no¡±, asegura.
El factor humano est¨¢ detr¨¢s de la mayor¨ªa de los incendios forestales que se producen en Espa?a, lo cual no significa que exista en todos una intenci¨®n deliberada de quemar. ¡°Descuidos, incumplimientos de normativas (sobre todo en periodos estivales), accidentes de veh¨ªculos o maquinaria¡ est¨¢n detr¨¢s de la mayor parte de ellos¡±, coinciden en el Seprona y en Protecci¨®n Civil.
No solo son lentos los procesos de investigaci¨®n de los incendios forestales, lo son a¨²n m¨¢s los procedimientos judiciales que suelen llevar aparejados. Se trata de un delito penado con entre uno y cinco a?os de c¨¢rcel, y hasta 10 ¨® 20 si afecta a zonas especialmente protegidas o cuando hay un grave riesgo para las personas, recoge el art¨ªculo 351 del C¨®digo Penal y recuerda la sargento Prieto.
Un incendio tan grave como el que aconteci¨® en Guadalajara en julio de 2005, en el que murieron 11 miembros de un ret¨¦n y el fuego arras¨® 13.000 hect¨¢reas de monte, tard¨® ocho a?os en resolverse. En ese proceso que lleg¨® hasta el Tribunal Supremo, fueron desapareciendo imputados ¡ªlleg¨® a haber hasta 29, entre excursionistas y pol¨ªticos¡ª y, al final, solo qued¨® uno: Marcelino H. S., el excursionista que presuntamente encendi¨® la barbacoa en Riba de Saelices. El 21 de mayo de 2013 fue condenado a dos a?os de prisi¨®n y a indemnizar a la Junta de Castilla la Mancha con m¨¢s de 10,5 millones de euros por los da?os causados, pero ni fue a la c¨¢rcel (por carecer de antecedentes de ning¨²n tipo) ni pudo pagar semejante cantidad, puesto que viv¨ªa de una ayuda p¨²blica.
En el incendio de agosto de 2019, que arras¨® m¨¢s de 9.000 hect¨¢reas en Gran Canaria y oblig¨® a evacuar a 10.000 personas, la Guardia Civil resolvi¨® que se origin¨® como consecuencia de una chispa procedente del cableado el¨¦ctrico, pero sigue anclado en un juzgado de Arucas que trata de dilucidar si la responsabilidad es de la Heredad de Aguas o de Endesa.
Sin embargo, la lentitud de la Justicia y la dificultad de valorar las responsabilidades de los presuntos autores no es el principal problema, en opini¨®n de Leonardo Marcos. ¡°La criminalizaci¨®n no es eficaz a largo plazo¡±, asegura. ¡°Nuestra gran baza est¨¢ en la sensibilizaci¨®n, el desarrollo de un marco normativo debe ir de la mano de la educaci¨®n, y del mismo modo que ahora nadie va sin cintur¨®n o sin casco, o no supera determinada velocidad al volante, a nadie se le ocurrir¨¢ hacer fuego en el monte, o echarse al arc¨¦n con un coche ardiendo si hay yerba seca, como ocurri¨® en el incendio de este verano en ?vila¡±, comenta, convencido de que ¡°la autoprotecci¨®n, la corresponsabilidad ciudadana es el gran reservorio para luchar contra el fuego¡±.
El sistema de abordaje de los incendios forestales en Espa?a es complejo, porque en ¨¦l intervienen distintas administraciones ¡ªlas competencias est¨¢n transferidas a las comunidades aut¨®nomas¡ª, y afecta a varios ministerios (Interior, Defensa y Transici¨®n Ecol¨®gica). Pero, al mismo tiempo, es un sistema ¡°muy flexible¡±, lo que convierte a nuestro pa¨ªs en ¡°uno de los m¨¢s experimentados del mundo, referente en Europa en este ¨¢mbito¡± asegura Leonardo Marcos.
Cuando surge un incendio, por tanto, primero intervienen los municipios con sus planes de protecci¨®n ¡ªsi los tienen¡ª y las comunidades aut¨®nomas con sus recursos. Ambas administraciones est¨¢n obligadas a informar de sus situaciones de emergencia a la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Civil. Pero son primero las comunidades las que eval¨²an el nivel de esa emergencia: uno, dos y tres (Emergencia de Inter¨¦s Nacional que nunca ha llegado a declararse).
Mientras la emergencia sea de nivel uno, quiere decir que puede gobernarla la propia comunidad con sus medios y los que el Estado ponga a su disposici¨®n (como por ejemplo los aviones anfibios o ¡°botijos¡± tripulados por el ej¨¦rcito del aire) . Cuando se eleva a nivel dos, como en el caso de M¨¢laga y en el de otros 20 de los 550 incendios notificados este a?o al Centro Nacional de Seguimiento y Coordinaci¨®n de Emergencias (CENEM), se incorporan recursos externos: se puede movilizar a la UME (con sus veh¨ªculos pesados y su sistema de drones de visi¨®n nocturna para detectar puntos calientes), tambi¨¦n se pueden incorporar medios de otras comunidades y hasta internacionales.
¡°No se trata tanto de invertir recursos en la extinci¨®n del incendio, como de hacer una buena gesti¨®n forestal todo el a?o, la extinci¨®n es un fracaso del sistema¡±, se?ala Leonardo Marcos, que reconoce: ¡°En Espa?a hay unos 8.000 municipios, pero solo 1.800 cuentan con planes de protecci¨®n civil, hay que hacer un esfuerzo para que lo tengan todos, cada cual adaptado a su tama?o¡±.
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