Prudencio Garc¨ªa, un luchador silencioso y comprometido
Prudencio ha fallecido en Madrid el 9 de agosto de 2022, a los 87 a?os, tras luchar durante cinco contra una enfermedad infecciosa
Una de las cosas importantes que me han sucedido en la vida ha sido conocer a Prudencio Garc¨ªa Mart¨ªnez de Murgu¨ªa, all¨¢ por 1975. Fue con motivo de la detenci¨®n de los militares dem¨®cratas de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD), organizaci¨®n militar clandestina antifranquista. Ten¨ªamos cinco d¨ªas para presentar un recurso y nombrar defensor militar. Me lo recomend¨® Manuel Miralles, amigo suyo, hijo del conocido abogado y mejor persona Jaime Miralles.
Prudencio ha fallecido en Madrid el 9 de agosto de 2022, a los 87 a?os, tras luchar durante cinco contra una enfermedad infecciosa que no le impidi¨® seguir estudiando y escribiendo hasta el ¨²ltimo momento. Su ¨²ltimo libro, sobre Chile, lo termin¨® al final de su vida con el pensamiento puesto en los derechos humanos y la milicia, algo que se refleja en toda su obra de la que habr¨ªa que destacar su doctrina sobre la obediencia debida en los ej¨¦rcitos, concepto felizmente desaparecido y que tantas barbaridades justific¨® -o se intent¨® que justificara- en su d¨ªa.
Su biograf¨ªa acad¨¦mica y personal quede para los historiadores. Una biograf¨ªa dilatada, como su obra, de soci¨®logo y militar. Coronel del Ej¨¦rcito, formado como artillero y doctor ingeniero en la polit¨¦cnica militar, fue un hombre ilustrado y estudioso, inquieto siempre por la defensa de los derechos humanos, con t¨ªtulos importantes; entre otros, el de consultor de la ONU. Pero para quien esto escribe fue adem¨¢s un amigo con el que contar y a quien acudir para hablar y, sobre todo, escucharle sobre asuntos que tanto interesaban en aquellos a?os de la transici¨®n.
Cuando lleg¨® al entonces regimiento de artiller¨ªa Getafe n¨²mero 13, donde yo cumpl¨ªa prisi¨®n preventiva, para ofrecerse como defensor militar de la UMD, lo recib¨ª con cierta desconfianza. En aquellas paredes que en 1975 guardaban ca?ones hoy se encuentra un templo de la palabra, la Universidad Carlos III. Aprovechando una salida moment¨¢nea de Prudencio, le registr¨¦ su chaqueta y escudri?¨¦ su documentaci¨®n. Comprob¨¦ que, en efecto, se trataba del entonces capit¨¢n Prudencio Garc¨ªa Mart¨ªnez de Murgu¨ªa. Prepar¨® un magn¨ªfico recurso que, como era de esperar, de nada sirvi¨®. Y desde ese momento dedic¨® todos sus esfuerzos a mi defensa ante la jurisdicci¨®n militar.
Su trayectoria y sus escritos sobre sociolog¨ªa militar le costaron no pocos problemas y hasta amenazas de muerte por parte de la ultraderecha uniformada o no. Aunque Prudencio no se hab¨ªa apuntado a la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica, por la simple raz¨®n de que no hab¨ªa sabido de su existencia, seg¨²n explicar¨ªa m¨¢s tarde, a partir de entonces particip¨® con su particular entusiasmo, conocimiento y altura intelectual en los actos, an¨¢lisis y decisiones de la organizaci¨®n. Hasta el punto de que unas l¨ªneas escritas por ¨¦l fueron el principal referente de la nota con la que la UMD anunciaba su autodisoluci¨®n el 26 de junio de 1977, 11 d¨ªas despu¨¦s de las primeras elecciones libres que se celebraron en Espa?a tras el franquismo.
Tras este periodo m¨¢s o menos p¨²blico de la UMD, los contactos personales con los amigos militares de Madrid continuaron, con actos p¨²blicos, comidas y cenas, conferencias y charlas o simplemente comentando la actualidad. Una actualidad que segu¨ªa con pasi¨®n y cuyos an¨¢lisis compart¨ªa sin poder evitar el car¨¢cter did¨¢ctico de su conversaci¨®n, extremo que era agradecido siempre por sus interlocutores.
Fue un defensor importante y comprometido de la memoria democr¨¢tica, pero no solamente en Espa?a, sino en pa¨ªses sudamericanos, que tambi¨¦n sufrieron la lacra de la dictadura militar. El nivel de su ilustraci¨®n era alto y, no puedo evitar recordarlo con una sonrisa cari?osa, tambi¨¦n era muy alta su mistad con la buena mesa. Y la mesa abundante.
Prudencio fue todo eso y muchas cosas m¨¢s pero, sobre todo, como he dicho y repito, fue un amigo. Un amigo al que ser¨¢ muy dif¨ªcil, por no decir imposible, olvidar.
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