Las opciones de Gri?¨¢n para intentar evitar la c¨¢rcel
Los condenados anuncian que pedir¨¢n la suspensi¨®n de su entrada en prisi¨®n mientras se resuelven los recursos y se tramitan las peticiones de indulto
La publicaci¨®n, el mi¨¦rcoles, de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso de los ERE pone en marcha la cuenta atr¨¢s para que los condenados a penas de c¨¢rcel superiores a dos a?os ingresen en prisi¨®n. Entre ellos est¨¢ el que fuera presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, condenado a seis a?os y dos d¨ªas de c¨¢rcel por malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y a 15 a?os de inhabilitaci¨®n por prevaricaci¨®n. El Supremo ya ha enviado el fallo al tribunal sentenciador, la Audiencia Provincial de Sevilla, para que lo ejecute. Esta fijar¨¢ un plazo de 10 d¨ªas para que los condenados se personen en el centro penitenciario que cada uno decida para cumplir la pena. Ser¨¢ entonces cuando la defensa de Gri?¨¢n invoque el art¨ªculo 4.4 del C¨®digo Penal para suspender la entrada en prisi¨®n de su cliente mientras se tramita su petici¨®n de indulto. No ser¨¢ la ¨²nica opci¨®n del exdirigente del PSOE andaluz para evitar la entrada en prisi¨®n, aunque el hecho de que su condena sea superior a cinco a?os complica todas.
El recurso. Con la sentencia ya notificada, Jos¨¦ Mar¨ªa Calero, abogado del expresidente andaluz, ha anunciado que presentar¨¢ dos recursos. Uno, un incidente de nulidad ante el propio Tribunal Supremo por una supuesta vulneraci¨®n de un derecho fundamental de su cliente o la presunta existencia de defectos formales en la causa que considera que le han provocado indefensi¨®n. Las posibilidades de que prospere son escasas, seg¨²n coinciden en se?alar fuentes jur¨ªdicas. El segundo ser¨¢ un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional por supuesta vulneraci¨®n de alg¨²n derecho fundamental. Su principal argumento ser¨¢ el voto particular firmado por dos magistradas del Supremo que concluyen que Gri?¨¢n no debi¨® ser condenado por malversaci¨®n. Mientras se resuelve este recurso, los magistrados del Constitucional pueden suspender de manera excepcional la condena, aunque la doctrina del tribunal es no hacerlo cuando la pena impuesta supera los cinco a?os, como es el caso del expresidente andaluz.
El indulto. La esposa y los hijos de Gri?¨¢n anunciaron antes de que se conociera el contenido de la sentencia del Supremo que iban a solicitar el indulto para el expresidente andaluz. Se inicia as¨ª un procedimiento administrativo que, si bien no tiene un plazo fijo, puede demorarse durante meses. Durante su tramitaci¨®n, el Ministerio de Justicia debe recabar un informe de los magistrados del Tribunal Supremo que han dictado la condena ¨Dincluidas las dos que han emitido el voto particular en contra de la pena¨D para conocer si son partidarios o no de su concesi¨®n. El tribunal, a su vez, pedir¨¢ un informe similar a la Fiscal¨ªa. No son vinculantes y la decisi¨®n final es una prerrogativa del Gobierno. En caso de que decida concederlo, el indulto puede extinguir la responsabilidad criminal en su totalidad o conmutar la pena por otra menor ¨Dlo que se conoce como indulto parcial¨D y dejarla en un n¨²mero de a?os que no obligue al expresidente andaluz a entrar en prisi¨®n. Los abogados de los acusados ya han anunciado que pedir¨¢n la suspensi¨®n del ingreso en prisi¨®n mientras el Gobierno los tramita.
La edad. La avanzada edad de Gri?¨¢n ¨Dcumpli¨® 76 a?os el pasado junio¨D es tambi¨¦n uno de los argumentos al que se agarra su entorno para pedir que no entre en prisi¨®n. Sin embargo, el C¨®digo Penal no recoge ninguna edad m¨¢xima para que un condenado ingrese en la c¨¢rcel. De hecho, en julio hab¨ªa en penales espa?oles 577 personas mayores de 70 a?os cumpliendo condena y otras 67 en prisi¨®n preventiva, seg¨²n las estad¨ªsticas penitenciarias. No obstante, el art¨ªculo 91.1 del C¨®digo Penal facilita que aquellos reclusos que han superado esta edad obtengan la libertad condicional m¨¢s f¨¢cilmente, al igual que ocurre con los presos que sufren enfermedades incurables. Para ello, no obstante, el recluso debe cumplir dos requisitos que le obligar¨ªan a pasar un tiempo en prisi¨®n: tener buena conducta y haber sido clasificado en tercer grado penitenciario o r¨¦gimen abierto. La decisi¨®n de concederle la libertad condicional debe ser adoptada, adem¨¢s, por un juez de vigilancia penitenciaria.
La semilibertad. Si finalmente ingresa en prisi¨®n, Gri?¨¢n puede aspirar a ser clasificado desde el inicio en tercer grado penitenciario para cumplir la pena en semilibertad. La Junta de Tratamiento de la prisi¨®n ¡ªun ¨®rgano formado por profesionales penitenciarios¡ª es la que estudia si cumple los requisitos en un proceso que suele durar d¨ªas y en el que deber¨¢ permanecer dentro de la c¨¢rcel. Si finalmente considera que es as¨ª, propondr¨¢ la medida a la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias, que es la que debe acordarla. De aceptarse, el expresidente andaluz solo tendr¨ªa que ir a la c¨¢rcel a dormir de lunes a jueves o, incluso, simplemente estar en su domicilio bajo control telem¨¢tico. Sin embargo, lo que Gri?¨¢n no podr¨¢ hacer es presentarse directamente en un Centro de Inserci¨®n Social (CIS, los recintos penitenciarios destinados a los reclusos en semilibertad) para que se le clasifique en tercer grado de manera inmediata. Una instrucci¨®n interna de Instituciones Penitenciarias dictada en 2007, y que fue actualizada en diciembre de 2020, solo contempla esta posibilidad para los condenados a una pena inferior a los cinco a?os de c¨¢rcel, circunstancia que el expresidente andaluz no cumple.
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