El Estado reclama a los herederos de Franco 564 bienes del interior del Pazo de Meir¨¢s
La demanda recuerda que hay importantes piezas de Emilia Pardo Baz¨¢n que ya han ¡°desaparecido¡± y solicita medidas cautelares
La Abogac¨ªa del Estado ha presentado una demanda contra los herederos de Franco por la que reclama 564 bienes muebles que se encuentran en el interior del Pazo de Meir¨¢s (Sada, A Coru?a), residencia estival del dictador, cuya propiedad recuper¨® el Estado en 2020 en los tribunales ¡ªest¨¢ pendiente un recurso ante el Supremo¡ª. El listado incluye elementos que el Gobierno considera que son bienes de Patrimonio Nacional (2), de Patrimonio Documental (409) y de dominio p¨²blico (153) ¡°por su inter¨¦s hist¨®rico o art¨ªstico¡±. La demanda, de 230 p¨¢ginas, solicita, adem¨¢s, medidas cautelares para que se acuerde la permanencia de esos bienes dentro del Pazo y en dep¨®sito de la Administraci¨®n hasta que el juzgado resuelva sobre su propiedad.
El pasado julio, un juzgado de A Coru?a ya concedi¨® al Estado la custodia de bienes del Pazo de Meir¨¢s que estaban en litigio entre los herederos del dictador, el Estado, la Xunta de Galicia y los ayuntamientos de A Coru?a y Sada. A finales de 2020, los t¨¦cnicos de la Direcci¨®n General de Patrimonio Cultural de la Conseller¨ªa de Cultura, Educaci¨®n y Universidad de la Xunta presentaron un inventario de 697 objetos, de los que los Franco reclamaron inicialmente 55. Luego renunciaron a cinco, pero pidieron permiso para llevarse otros 500 bienes. El Estado no se f¨ªa de los herederos del dictador, por eso ha pedido medidas cautelares sobre los ya inventariados y ha a?adido otros 564 que en su d¨ªa no hab¨ªan sido incluidos ante ¡°las reiteradas negativas de los demandados a facilitar el acceso al interior del edificio a distintos t¨¦cnicos¡± para documentar debidamente qu¨¦ hab¨ªa dentro.
Algunos de estos bienes se adquirieron junto al Pazo de Meir¨¢s en 1938. Otros se introdujeron en el inmueble entre esa fecha y 1975, a?o de la muerte del dictador. Explica la Abogac¨ªa del Estado que, ¡°al igual que el bien inmueble del Pazo de Meir¨¢s que los contiene ha sido declarado como bien de dominio p¨²blico por ser un bien adscrito exclusivamente al servicio p¨²blico de cubrir las necesidades de residencia de verano del jefe del Estado, los bienes muebles que exist¨ªan en su interior durante ese periodo temporal (1938-1975) quedaron afectos al mencionado servicio p¨²blico, lo que determin¨® la adquisici¨®n, al menos por usucapi¨®n, de su condici¨®n de bienes de dominio p¨²blico adscritos a un servicio del Estado¡±. A?ade la demanda que, junto a esos bienes, existen otros ¡°sujetos a una legislaci¨®n especial¡± que permite que sean declarados " de dominio p¨²blico¡±.
La Abogac¨ªa del Estado, que describe el Pazo de Meir¨¢s como ¡°lugar de memoria¡±, incorpora al escrito los informes periciales para la identificaci¨®n concreta de los bienes reclamados con una descripci¨®n detallada y las ¡°distintas referencias gr¨¢ficas, literarias...¡± que permiten acreditar su incorporaci¨®n o presencia en el inmueble durante el periodo de tiempo en el que fue residencia de verano del dictador. Se trata de una mesa vitrina de la segunda mitad del siglo XIX que form¨® parte de la decoraci¨®n de la Sala de M¨²sica de la reina Victoria Eugenia en el Palacio Real de Madrid; piezas de madera tallada y dorada al agua del siglo XVIII (ambas Patrimonio Nacional, seg¨²n el Estado) y numerosos libros y documentaci¨®n hallados en la biblioteca y el despacho personal de Franco en el Pazo. El listado incluye textos propios de la burocracia de la dictadura, as¨ª como cartas en las que distintos organismos y personalidades alaban al dictador o le piden recursos para distintas actividades. Pero tambi¨¦n agendas personales de Franco con anotaciones sobre reuniones, documentos reservados sobre la resistencia, listados de militares que manifestaron su adhesi¨®n a lo que llaman ¡°guerra de liberaci¨®n¡± (la Guerra Civil), fotograf¨ªas de Franco en el frente, informes pol¨ªticos, como el que versa ¡±sobre la posible asociaci¨®n de Espa?a al Mercado Com¨²n¡±, fechado en 1962, o incluso un ¡°proyecto de reforma sobre el nuevo estadio del Real Madrid¡±.
Tambi¨¦n a?ade un listado de bienes sobre los que la demanda no formula pretensi¨®n de dominio. Se trata de las esculturas del Maestro Mateo ¡ªque ya reclama el Ayuntamiento de Santiago de Compostela¡ª o los cerca de 3.200 vol¨²menes de la biblioteca de Emilia Pardo Baz¨¢n que a¨²n permanecen en el pazo ¡ªse ha incoado el procedimiento para declararlos bien de inter¨¦s cultural conforme a una resoluci¨®n de la Xunta de noviembre de 2020¡ª. La Abogac¨ªa del Estado solicita en la demanda que se d¨¦ traslado de su presentaci¨®n tanto al Gobierno gallego como al Ayuntamiento de Sada.
En enero de 2021, expertos del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC documentaron c¨®mo dejaron los herederos del dictador el emblema del expolio franquista. ¡°La huella de Franco est¨¢ por todas partes¡±, relat¨® a EL PA?S el director de los trabajos, Alfredo Gonz¨¢lez Ruibal. ¡°Hay media docena de retratos suyos por las paredes, incluido el c¨¦lebre de Zuloaga, un busto suyo... Todo el espacio ha sido adaptado a los gustos de Franco¡±. La c¨¦lebre biblioteca de Emilia Pardo Baz¨¢n, con m¨¢s de 3.000 ejemplares, a?ad¨ªa, ¡°est¨¢ totalmente distorsionada¡±, sepultada por vol¨²menes correspondientes al periodo franquista.
Los Franco pretenden batallar hasta el final para tratar de mantener la propiedad del pazo y de sus bienes. De hecho, presentaron hasta una querella criminal contra la autora de uno de los informes sobre el pazo, que fue archivada. A su juicio, el contexto de represi¨®n en el que se hab¨ªan producido las expropiaciones y la colecta popular para regalar el inmueble a Franco eran ¡°irrelevantes¡±. Fue ese mismo contexto, el de la represi¨®n, el que permiti¨® al dictador hacerse rico. En 1935, Franco cobraba una n¨®mina de 2.429, 98 pesetas (unos 5.300 euros de hoy) como jefe del Estado Mayor. En 1940 dispon¨ªa del equivalente a 388 millones actuales en sus cuentas. Hasta la Guerra Civil solo ten¨ªa su sueldo de militar y la herencia de su mujer. Todo eso se convirti¨®, con el tiempo, durante la dictadura, ¡°en una riqueza espectacular¡± en palabras del historiador Paul Preston.
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