El Gobierno se concentra en cambiar la mayor¨ªa del Constitucional ¡°por las buenas¡±
El Ejecutivo conf¨ªa en que el Poder Judicial renueve ahora el tribunal de garant¨ªas. Si no lo hace, el Ejecutivo tendr¨¢ que nombrar ¡°por las malas¡± a los dos magistrados que le corresponden
El Gobierno no tiene prisa. Pedro S¨¢nchez y su equipo est¨¢n convencidos de que Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha cometido un error estrat¨¦gico de libro al romper en el ¨²ltimo momento la negociaci¨®n para la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial, que estaba ya pr¨¢cticamente lista, alegando que no puede aceptar que el Gobierno tenga intenciones de reducir las penas del delito de sedici¨®n. El Ejecutivo, como explic¨® S¨¢nchez en el Congreso este mi¨¦rcoles, cree que ¡°el PP no tiene argumentos¡± para justificar esta espantada, y por eso ha aparcado de momento cualquier tipo de medida dr¨¢stica ¡ªla m¨¢s dura de todas ser¨ªa recuperar la ley que permit¨ªa renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con mayor¨ªa absoluta y no por tres quintos como ahora, esto es sin necesidad de contar con el PP¡ª para que todo el foco se ponga en el fiasco de Feij¨®o. Y para concentrarse en lo m¨¢s importante en este momento, seg¨²n la visi¨®n del Gobierno: la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional, que supondr¨ªa cambiar la mayor¨ªa a favor de los progresistas para los pr¨®ximos nueve a?os, de la misma manera que en 2013 se cambi¨® a favor de los conservadores y ha seguido as¨ª los ¨²ltimos nueve a?os.
Esto sucede porque, cada nueve a?os, el Gobierno tiene la facultad constitucional de renovar los dos magistrados que le corresponden. Se hace a trav¨¦s de un nombramiento directo por Consejo de Ministros, que no tiene que negociar con nadie. Y obviamente todos los gobiernos desde que se recuper¨® la democracia nombran a dos de su perfil ideol¨®gico, progresistas o conservadores. Por eso la renovaci¨®n de 2013 trajo un tribunal conservador, el actual, y la anterior, de 2004, con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero reci¨¦n elegido, llev¨® a uno progresista.
Una vez rotas las negociaciones con el PP, el Gobierno ha vuelto a su posici¨®n de septiembre: est¨¢ buscando que el CGPJ haga una renovaci¨®n del Constitucional pactada, por las buenas. Ese es el plan a, el que se plantear¨¢ el Ejecutivo a¨²n varios d¨ªas. Ca¨ªdo Carlos Lesmes, que dimiti¨® incapaz de lograr un pacto para renovar el tribunal de garant¨ªas, al Ejecutivo le llegan mensajes que indican que el sector conservador, muy cercano al PP, ahora s¨ª est¨¢ en disposici¨®n de renovar de forma pactada, eligiendo un conservador y un progresista, como se ha hecho siempre. Esa ser¨ªa la forma m¨¢s f¨¢cil de resolver el problema y as¨ª se ir¨ªa a una mayor¨ªa de 7 a 4 a favor de los progresistas (que el Ejecutivo no tiene ning¨²n problema en corregir r¨¢pidamente a una de 7 a 5 renovando con un conservador el puesto que ha quedado vacante en el cupo del Senado despu¨¦s de la renuncia de un magistrado).
Tambi¨¦n hay un plan b, m¨¢s dr¨¢stico, por si finalmente los magistrados conservadores empiezan a bloquear la renovaci¨®n ¡ªcomo ya hicieron en septiembre y octubre, hasta que dimiti¨® Lesmes¡ª: nombrar a los dos magistrados que le corresponden en el Consejo de Ministros. Es una soluci¨®n llena de problemas, y por eso no es la primera opci¨®n, porque el propio Constitucional podr¨ªa bloquearla al no renovarse por tercios ¡ªcuatro magistrados de los 12¡ª sino por medio tercio. Con todo, esa opci¨®n ser¨ªa la ¨²nica viable al bloqueo. Pero la clave est¨¢ en qu¨¦ har¨ªa el presidente del Constitucional, el conservador Pedro Gonz¨¢lez Trevijano, precisamente uno de los magistrados que debe ser renovado. El Gobierno quiere intentarlo todo ¡°por las buenas¡± para armarse de argumentos frente a Trevijano y el Constitucional. Pero el camino de esta decisi¨®n es incierto. Por eso el Ejecutivo prefiere el plan a.
As¨ª, de momento no est¨¢ encima de la mesa qu¨¦ hacer con el bloqueo del CGPJ. Unidas Podemos insiste en recuperar la ley para poder renovarlo con mayor¨ªa absoluta y propone a?adirle un punto: que, adem¨¢s, requiera el acuerdo m¨ªnimo de la mitad de los grupos de la C¨¢mara, una forma de evitar que en el futuro uno o dos grupos que tengan la mayor¨ªa absoluta puedan configurar el CGPJ como quieran.
Sin embargo, al Ejecutivo esta soluci¨®n de UP no le convence, por el rechazo que tuvo de Bruselas cuando se plante¨® en 2020. Y tampoco se lo plantea, porque se ha concentrado en la renovaci¨®n del tribunal de garant¨ªas y en la cr¨ªtica al PP por incumplir la Constituci¨®n. Pero en alg¨²n momento habr¨¢ que tomar una decisi¨®n: La Moncloa no ve viable mantener el bloqueo del CGPJ un a?o m¨¢s.
El Gobierno tambi¨¦n podr¨ªa hacer algo en sentido contrario, esto es, cambiar la ley para que este CGPJ caducado pueda renovar magistrados del Supremo y desbloquear algunas salas saturadas. Pero nada indica que eso est¨¦ ahora en los planes del Ejecutivo, que insiste en meter presi¨®n al PP para que renueve y resuelva todos los problemas de una vez.
Mientras, la renovaci¨®n del Constitucional avanza. Los progresistas del CGPJ prev¨¦n decidir este jueves su candidato definitivo para el puesto que les corresponder¨ªa entre los dos que renueva el consejo. El debate en el grupo de vocales propuestos por el PSOE, IU y PNV se centra en Jos¨¦ Manuel Bandr¨¦s y Pablo Lucas, ambos magistrados de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo, pero el primero es quien, en principio, re¨²ne m¨¢s apoyos. La idea de este sector es comunicar sobre la marcha su candidato a los conservadores y que sea este nombre el que se someta a votaci¨®n en un pr¨®ximo pleno junto al aspirante que decidan los vocales propuestos por el PP. Ese pleno a¨²n no tiene fecha, pero podr¨ªa convocarse en cuanto hubiera una acuerdo, incluso la pr¨®xima semana.
Esa es la tradici¨®n en anteriores renovaciones del Constitucional y as¨ª se ha quedado en hacerlo tambi¨¦n esta vez. Pero la salida de Carlos Lesmes ha rebajado el qu¨®rum necesario para reunir la mayor¨ªa de tres quintos que necesitan estos nombramientos, lo que, si la negociaci¨®n se estanca, puede dar lugar a escenarios con los que no se contaba. El pleno est¨¢ ahora formado por 18 miembros y hacen falta 11 votos (antes eran 12). Los conservadores suman diez y los progresistas, ocho, por lo que a los conservadores les faltar¨ªa un solo voto para sacar adelante cualquier candidatura. Cuando estaba Lesmes la cuenta era la misma (los conservadores reun¨ªan 11 votos y hac¨ªan falta 12), pero las circunstancias muy distintas, porque Lesmes asegur¨® desde el principio que no iba a romper la tradici¨®n de que cada bloque aportara un candidato a la selecci¨®n final.
Esta bajada de qu¨®rum abre todo tipo de suspicacias ante la posibilidad de que los conservadores intenten alguna maniobra para controlar los nombramientos y romper la tradici¨®n de que cada bloque propone al suyo. En alg¨²n momento, los progresistas han llegado a temer que se intentara nombrar dos conservadores al Constitucional, algo que ser¨ªa una declaraci¨®n de guerra sin precedentes y que es muy complejo, porque necesitar¨ªan que un progresista se cambiara radicalmente de bando.
En el Gobierno conf¨ªan en que finalmente todo pueda arreglarse y la situaci¨®n de la justicia, cada vez m¨¢s insostenible, haga mella sobre todos los vocales y les empuje a renovar como se ha hecho siempre, de forma pactada con un conservador y un progresista. Sin embargo, en las ¨²ltimas semanas todo se ha enviciado tanto que nadie se anima a hacer previsiones con ciertas garant¨ªas. La soluci¨®n llegar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas.
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