La censura del Congreso a Marlaska por la tragedia de Melilla deja su futuro en manos de la Fiscal¨ªa
El ministerio p¨²blico afronta sus ¨²ltimas diligencias antes de decidir si presenta querella por las muertes de al menos 23 inmigrantes en la valla con Marruecos
Tras cuatro horas y 15 minutos de suplicio pol¨ªtico por la bandada de ataques que recibi¨® desde todos los frentes del Parlamento, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, termin¨® la ¨²ltima intervenci¨®n de su comparecencia sobre la tragedia en Melilla del pasado 24 de junio recordando a Vox que este jueves es el D¨ªa Mundial de la Lucha contra el Sida; y exhortando a todos los que le hab¨ªan exigido vanamente m¨¢s explicaciones a que esperasen al final de la investigaci¨®n abierta sobre el caso por la Fiscal¨ªa. El ministerio p¨²blico est¨¢ a punto de concluir sus investigaciones, las ¨²nicas a las que da cr¨¦dito Marlaska y en las que se refugia el Gobierno, antes de decidir si se querella por la muerte aquel d¨ªa de al menos 23 personas en el puesto fronterizo que separa Espa?a de Marruecos. Ning¨²n partido, excepto el PSOE, se crey¨® la versi¨®n reiterada de Marlaska, al que acusaron de ¡°enrocarse¡±, ¡°mentir¡± y de enga?arlos.
La Fiscal¨ªa investiga desde hace cinco meses las muertes en el paso fronterizo de Melilla para determinar si el Ministerio del Interior, responsable de las fuerzas de seguridad espa?olas que controlaban esa zona, cometi¨® el delito de omisi¨®n del deber de socorro o incurri¨® en ilegalidades con la devoluci¨®n en caliente de cientos de migrantes y refugiados que hab¨ªan saltado el per¨ªmetro. La Fiscal¨ªa cit¨® hace d¨ªas al piloto y al copiloto del helic¨®ptero que sobrevol¨® la zona durante los incidentes y grab¨® im¨¢genes de lo ocurrido, as¨ª como al director del operativo de la Guardia Civil. Ahora quedan pendientes otras diligencias antes de decidir si se presenta querella o se archiva el caso.
El mi¨¦rcoles, Fernando Grande-Marlaska acab¨® su ¨²ltima intervenci¨®n ante el pleno del Congreso aludiendo precisamente a que hay que aguardar a esas conclusiones de la Fiscal¨ªa, ¡°donde se debe¡±. Y el portavoz socialista que lo escolt¨®, David Serrada, replic¨® con esa idea. Esos argumentos dilatorios no convencieron tampoco a asociaciones profesionales como la Uni¨®n Progresista de Fiscales que ha pedido el cese del ministro tras conocer la investigaci¨®n de EL PA?S junto Lighthouse Reports en la que se desvela nuevas evidencias que apuntan a que hubo al menos una muerte en suelo espa?ol y a la devoluci¨®n en caliente de un menor. Marlaska se volvi¨® a marchar de esta nueva comparecencia para aportar luz sobre lo ocurrido el 24 de junio en la valla fronteriza entre Melilla y Nador con m¨¢s inc¨®gnitas por resolver que respuestas.
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El titular de Interior padeci¨® un aut¨¦ntico vapuleo pol¨ªtico. Se subi¨® a la tribuna y repiti¨®, casi punto por punto, lo que ya hab¨ªa dicho en el hemiciclo el 21 de septiembre; lo que ha respondido ante cinco preguntas orales en la C¨¢mara baja y el Senado, y lo que ha remachado en hasta 32 ocasiones en estos meses en distintas entrevistas y declaraciones a los medios de comunicaci¨®n, seg¨²n el c¨®mputo que ¨¦l facilit¨® para presumir de ¡°transparencia¡±. Pero sus explicaciones sobre que los ¡°hechos tr¨¢gicos de car¨¢cter vital¡± de aquel d¨ªa se registraron fuera de Espa?a, que la respuesta de las fuerzas de seguridad fue ¡°proporcionada¡± y que todo lo que se est¨¢ diciendo, escribiendo y observando en v¨ªdeos e investigaciones period¨ªsticas independientes son ¡°conjeturas, especulaciones e insinuaciones¡± no persuadieron a nadie. Ni el presidente, Pedro S¨¢nchez, ni ninguno de sus compa?eros de Gabinete lo arroparon durante su larga exposici¨®n.
Las andanadas contra Marlaska llegaron en tromba en cuanto termin¨® su intervenci¨®n inicial, que se alarg¨® 36 minutos. La portavoz del PP, Ana V¨¢zquez, ya de por s¨ª vehemente, no se reserv¨® ninguna descalificaci¨®n. Fue la primera que pidi¨® la dimisi¨®n o el cese del titular de Interior, que luego refrendaron casi todos los partidos menos Unidas Podemos, socio de la coalici¨®n, y casi tambi¨¦n la ¨²nica formaci¨®n que no avanz¨® si estar¨ªa dispuesta a demandar la constituci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre aquellos hechos.
Ana V¨¢zquez tild¨® a Marlaska de ¡°indecente¡±, ¡°miserable¡± e ¡°indigno¡±, por la v¨ªa directa o indirecta. La diputada popular rechaz¨® ya de partida que el ministro todav¨ªa siguiera en su puesto ¡°para defender su mentira¡± y luego le refresc¨® que hab¨ªa ido al Parlamento porque as¨ª lo pidieron varios grupos, de la oposici¨®n y aliados, ¡°arrastrado y obligado¡±. V¨¢zquez lo llam¨® ¡°cobarde¡± por no haber acudido la semana pasada a la comisi¨®n de Interior a explicar el contenido de los v¨ªdeos; horas de im¨¢genes proporcionadas oficialmente, tras varios requerimientos, y haber enviado a cambio al teniente coronel al mando de la comandancia de la zona, lo que interpret¨® como una maniobra para esconderse tras los responsables del cuerpo armado.
Al ser la primera en tomar la palabra, la portavoz del PP tambi¨¦n fue la que se estren¨® en cuestionar la falta de personal y de medios de las fuerzas de seguridad para actuar en Melilla en este tipo de situaciones. V¨¢zquez no introdujo en ning¨²n momento alg¨²n matiz cr¨ªtico sobre la actuaci¨®n de los algo m¨¢s de 100 agentes de la Guardia Civil que acabaron despleg¨¢ndose aquel d¨ªa en esa operaci¨®n, como tampoco lo hicieron m¨¢s tarde el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, o el de Ciudadanos, Miguel Guti¨¦rrez, que abundaron en esas carencias. Los dem¨¢s partidos tambi¨¦n asumieron que pudieron faltar recursos, pero convinieron que algunos agentes s¨ª pudieron excederse en el uso de la fuerza para repeler la avalancha. El ministro tampoco acept¨® ese extremo y en todo momento tach¨® la respuesta de ¡°proporcionada¡± y pidi¨® una respuesta un¨¢nime de los partidos en el rechazo a la violencia del ataque de los migrantes y refugiados sobre la frontera de Espa?a. El ministro ubic¨® la mayor parte de las veces el escenario de la tragedia en Nador y no en Melilla, para remarcar que el origen del conflicto ten¨ªa m¨¢s que ver con Marruecos.
Varios portavoces, de la derecha, la izquierda y los socios nacionalistas, conminaron al ministro a reflexionar sobre el ¡°enrocamiento¡± en su versi¨®n frente a la posici¨®n generalizada en contra. Y la diputada popular concluy¨® con una frase ya m¨ªtica en el acervo del PP en la oposici¨®n, que en su d¨ªa us¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar contra Felipe Gonz¨¢lez: ¡°No siga envuelto en la mentira. V¨¢yase, se?or Marlaska¡±. Fuentes de Interior matizaron que Marlaska lo que est¨¢ es ¡°enrocado con la verdad¡±.
Javier Ortega, de Vox, se vanaglori¨® tanto a continuaci¨®n en la respuesta adecuada de aquel d¨ªa de las fuerzas de seguridad que hasta lleg¨® a justificar que pudieran haberse registrado heridos graves entre los migrantes que saltaron la valla y al menos un muerto: ¡°Y, si lo hab¨ªa, ?qu¨¦?¡±, se pregunt¨®, para responderse que fue un ¡°milagro¡± que no hubiera m¨¢s.
Enrique de Santiago, de Unidas Podemos, no pidi¨® en esta ocasi¨®n la dimisi¨®n del ministro ni tampoco la comisi¨®n de investigaci¨®n que en su d¨ªa suscribi¨® su formaci¨®n con otros aliados, pero rebati¨® casi todas las afirmaciones de Marlaska. Esta vez Santiago fue mucho m¨¢s diplom¨¢tico y pragm¨¢tico. El portavoz de UP sostuvo que ni Espa?a ni la Uni¨®n Europea han desplegado los mecanismos f¨ªsicos, legales y de cooperaci¨®n para encarar este tipo de problemas, reproch¨® a Marruecos que no ¡°observe sus obligaciones de derechos humanos¡± y cit¨® varias veces la investigaci¨®n desarrollada por EL PA?S y un grupo de medios que cuestiona la versi¨®n oficial. Santiago tambi¨¦n destac¨® la falta de auxilio a los migrantes ¡°atrapados bajo la avalancha¡±.
Las exposiciones de la portavoz de ERC, Mar¨ªa Carvalho; de Ciudadanos, Miguel Guti¨¦rrez; de JuntsxCAT, Mariona Illamola; del PNV, Mikel Legarda; de EH Bildu, Jon I?arritu, o de la CUP, Mireia Veh¨ª, incidieron en quejarse de las carencias con ¡°mentiras y enga?os¡± de las intervenciones de Marlaska, pidieron responsabilidades y, una mayor¨ªa, la constituci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n.
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