La reforma de la sedici¨®n: a toda prisa y en horario de m¨ªnima audiencia
El Gobierno y sus aliados esperan dejar listo el texto en tres semanas para enviarlo al Senado
La eliminaci¨®n del delito de sedici¨®n y su reemplazo por otro de des¨®rdenes p¨²blicos agravados pas¨® el primer tr¨¢mite parlamentario la pasada semana en un debate que finaliz¨® pasada la medianoche. El segundo lo super¨® este jueves ¡ªde nuevo con un apoyo muy holgado, 185 diputados¡ª a la hora de comer, con el banco azul vac¨ªo y un hemiciclo casi desierto hasta el momento de la votaci¨®n. La pr¨®xima semana se cerrar¨¢ el plazo de presentaci¨®n de enmiendas y las previsiones del Gobierno y sus aliados son elaborar el texto a toda prisa para aprobarlo antes de fin de a?o y enviarlo al Senado.
La propuesta de los dos partidos del Gobierno ¡ªque suavizar¨¢ los procesos judiciales todav¨ªa abiertos contra algunos dirigentes independentistas¡ª fue admitida a tr¨¢mite tras un tenso debate que acab¨® ya entrada la madrugada del pasado viernes 25. El siguiente paso era debatir las enmiendas a la totalidad, en las que coincid¨ªan, por motivos radicalmente opuestos, las derechas en la oposici¨®n y el independentismo m¨¢s irreductible, Junts y la CUP. Las prisas del Ejecutivo llevaron a convocar este jueves un pleno extraordinario tras finalizar el ordinario semanal, que comenz¨® despu¨¦s de las dos de la tarde.
Las urgencias suscitaron las protestas de la derecha. ¡°Qu¨¦ molestos les resultan los tr¨¢mites legislativos, cu¨¢nto les incomoda dar cuentas del C¨®digo Penal¡±, critic¨® el popular Carlos Rojas, quien tambi¨¦n censur¨® la ausencia de miembros del Gobierno ¡°en un debate de tanta trascendencia¡±. In¨¦s Arrimadas, de Ciudadanos, y el regionalista navarro Sergio Sayas sostuvieron incluso que se hab¨ªa buscado a prop¨®sito su coincidencia con el partido del Mundial de f¨²tbol Espa?a-Jap¨®n, previsto para cinco horas m¨¢s tarde. Esta ¨²ltima queja dio pie a la diputada de ERC Carolina Telechea para ironizar: ¡°Tienen raz¨®n, se han puesto de acuerdo el pleno y el partido para que no se hable del tema ni en Espa?a ni en Jap¨®n¡±.
A la hora del debate, la mayor¨ªa de los diputados ya se hab¨ªa ido a comer, una vez finalizadas las votaciones del pleno ordinario anterior. Del Gobierno, ni rastro. Algunos grupos rebajaron adem¨¢s el rango de los diputados elegidos para defender sus posiciones, a diferencia del primer debate. En el PP, la portavoz, Cuca Gamarra, cedi¨® el testigo a Rojas, su n¨²mero dos, y en ERC Gabriel Rufi¨¢n deleg¨® en Telechea. Solo Ciudadanos puso en liza a su l¨ªder, Arrimadas.
Como hace una semana, el PP intent¨® sin ¨¦xito abrir fisuras en las filas socialistas. ¡°Rompan la disciplina de voto por respeto a su pa¨ªs y a sus votantes¡±, les inst¨® Rojas. En el primer intento los populares hab¨ªan reclamado el voto por llamamiento, es decir, de viva voz y uno a uno de los diputados. Entonces la respuesta fue que todos los socialistas se levantasen al un¨ªsono cuando llamaron a la primera parlamentaria de ese grupo. Esta vez, con la votaci¨®n electr¨®nica habitual, el cierre de filas se escenific¨® mediante una ovaci¨®n del grupo entero puesto en pie ¡ªya hab¨ªan regresado la mayor¨ªa para la votaci¨®n¡ª cuando finaliz¨® la intervenci¨®n de su compa?ero Felipe Sicilia, quien hab¨ªa replicado a los ataques del PP: ¡°Ustedes prefieren la Catalu?a de 2017 a la actual, la de la divisi¨®n y el enfrentamiento, porque es as¨ª, en la crispaci¨®n, donde ustedes hacen su papel¡±.
El grupo de los contrarios a la reforma no pod¨ªa ser m¨¢s heterog¨¦neo y sus razones m¨¢s opuestas. De un lado, la oposici¨®n: el PP y Ciudadanos propon¨ªan dejar el delito tal como est¨¢, y en el caso de esta ¨²ltima formaci¨®n se suger¨ªa introducir adem¨¢s uno nuevo de ¡°rebeli¨®n impropia¡± cuando medie la ¡°amenaza de violencia¡±. Vox pretend¨ªa agravar las penas previstas e introducir tambi¨¦n un delito m¨¢s, el de traici¨®n. Del otro, Junts y la CUP abogaban por eliminarlo por completo y sosten¨ªan que la nueva tipificaci¨®n de des¨®rdenes p¨²blicos permitir¨¢ continuar lo que ellos califican de ¡°criminalizaci¨®n¡± del independentismo y la protesta ciudadana. Como todas las enmiendas conten¨ªan textos alternativos se votaron por separado. La del PP logr¨® el apoyo de toda la derecha. Los populares se abstuvieron en la de Vox, lo mismo que hizo ERC con las de los otros dos grupos independentistas catalanes.
El debate llegaba tras una ma?ana muy tensa en el Congreso, por los constantes forcejeos entre la presidencia y algunos grupos, Vox singularmente, para que retirasen t¨¦rminos considerados ofensivos. Esos choques se hab¨ªan producido durante discusiones sobre asuntos en teor¨ªa mucho menos controvertidos. Y, en cambio, al abordar un tema que suscita tantas pasiones encontradas como la sedici¨®n, no se registr¨® el menor incidente.
Hubo hasta alg¨²n momento jocoso, como cuando el diputado de Vox Javier Ortega Smith provoc¨® las risas de Rufi¨¢n y sus compa?eros de ERC al emplazarles: ¡°Si tanto odian a Espa?a, renuncien a la nacionalidad espa?ola, tomen un avi¨®n y v¨¢yanse a Corea del Norte, Cuba o Venezuela¡±. Ortega Smith pronunci¨® un inflamado discurso en defensa de las esencias de la naci¨®n espa?ola que tuvo su r¨¦plica en Jaume Asens, de Unidas Podemos: ¡°Me ha recordado mucho al Volksgeist [esp¨ªritu del pueblo] del nazismo. Me ha sonado muy parecido al fascismo¡±. Ni as¨ª se alteraron los ¨¢nimos. Arrimadas arranc¨® un gran aplauso de Vox cuando critic¨® a la presidencia por haber retirado la palabra el pasado martes a su diputada Patricia Rueda, quien manifest¨® que el Gobierno ¡°premia a filoterroristas¡±, afirmaci¨®n que la l¨ªder de Ciudadanos suscribi¨® apelando a los pactos del Ejecutivo con EH Bildu.
Por lo dem¨¢s, el debate solo sirvi¨® para ahondar en los argumentos ya conocidos. Las formaciones del Gobierno defendieron que se trata de adaptar la legislaci¨®n espa?ola a la europea y sus detractores replicaron que, aunque con diferentes nombres, otros pa¨ªses contemplan delitos parecidos. Unos aseguraron que su prop¨®sito es propiciar la convivencia en Catalu?a y los otros que el Ejecutivo se pliega a los ¡°golpistas¡±. Y en una dimensi¨®n aparte, los independentistas opuestos a la reforma. Josep Pag¨¨s, de Junts, la interpret¨® como la prueba de que el Gobierno ¡°est¨¢ obsesionado con traer de vuelta a Puigdemont. Y Mireia Veh¨¬, de la CUP, deplor¨® que el nuevo delito de des¨®rdenes p¨²blicos pueda aplicarse a conductas como las de los activistas por la independencia que bloquearon el aeropuerto de Barcelona en protesta por la condena a los l¨ªderes del proc¨¦s, en octubre de 2019.
Sin pistas sobre el posible cambio de la malversaci¨®n
Ya había ocurrido en el debate de la pasada semana y se repitió en el de ayer: ni las formaciones del Gobierno ni sus aliados parlamentarios hicieron la menor alusión a la posibilidad de que la reforma suavice también las penas por malversación, otro de los delitos que pesan sobre dirigentes independentistas implicados en la organización del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Los diputados de la oposición aludieron a esa posibilidad para reforzar su catarata de argumentos contrarios a la propuesta, pero del otro lado no obtuvieron ningún indicio sobre si esa idea continúa adelante.
La iniciativa de reformar la malversación fue lanzada en su momento por ERC, y el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se mostró dispuesto a estudiarla. Pero la propuesta se ha encontrado con obstáculos. Varias formaciones que apoyan al Gobierno han expresado su rechazo porque podría implicar beneficios a personas condenadas por corrupción. Hasta ERC ha admitido ese peligro y no ha acabado de concretar cómo se podría abordar la cuestión. El asunto debería quedar aclarado la semana próxima, cuando se cierre el plazo de presentación de enmiendas, la vía que anunció en principio ERC para poner esa propuesta encima de la mesa.
La diputada de Esquerra Carolina Telechea se limitó a exponer ayer que la reforma legal ya en marcha es aún “mejorable” durante el rápido proceso de tramitación que comienza ahora. “Seremos exigentes”, anunció la diputada republicana sin ofrecer más pistas. ERC enfrentó en el debate las críticas de su hasta hace poco socio en el Govern, Junts, cuyo diputado Josep Pagès criticó: “Aceptan todo lo que el Gobierno de Sánchez les pone encima de la mesa”.
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