La reforma de la sedici¨®n pasa el primer tr¨¢mite tras un debate cargado de tensi¨®n en el Congreso
Gabriel Rufi¨¢n (ERC): ¡°Le hemos quitado el juguete a los jueces fascistas¡±
Ya entrada la madrugada y al final de un debate cargado de tensi¨®n, el Congreso aprob¨® este viernes el primer tr¨¢mite para suprimir el delito de sedici¨®n y reemplazarlo por uno nuevo de des¨®rdenes p¨²blicos. Pasada la medianoche, los diputados fueron llamados uno a uno para expresar su voto, la f¨®rmula solicitada por el PP con el vano intento de provocar alguna fisura en las filas socialistas. El triunfo de la iniciativa se daba por descontado con el apoyo de las formaciones del Gobierno y sus aliados de izquierda y nacionalistas, que le proporcionaron un respaldo m¨¢s que sobrado: 187 votos a favor, 155 en contra y seis abstenciones, entre estas ¨²ltimas las de Junts per Catalunya. El ambiente espeso no solo se apoder¨® del debate, sino que se traslad¨® al mismo momento de la votaci¨®n por las interrupciones entre los diputados y las advertencias de la presidencia porque algunos parlamentarios estaban tomando im¨¢genes con sus tel¨¦fonos, una pr¨¢ctica prohibida en el hemiciclo.
El debate no ofreci¨® ninguna novedad sobre los argumentos que unos y otros se ven¨ªan lanzando desde que PSOE y Unidas Podemos anunciaron la iniciativa. Los socialistas y sus aliados insistieron en que su prop¨®sito es adaptar el C¨®digo Penal espa?ol a la legislaci¨®n europea y al mismo tiempo contribuir a desactivar el conflicto independentista. PP, Vox y Ciudadanos acusaron al Gobierno de hacer una legislaci¨®n ¡°a la medida de los delincuentes¡± que protagonizaron el proc¨¦s en 2017 para asegurar su supervivencia pol¨ªtica. La reforma permitir¨¢ suavizar algunos de los procesos todav¨ªa abiertos contra dirigentes independentistas. ¡°Le hemos quitado el juguete a los jueces fascistas¡±, sentenci¨® el portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n.
El debate lleg¨® tras una interminable jornada parlamentaria, que hab¨ªa comenzado a las nueve de la ma?ana y en la que se aprobaron tambi¨¦n los Presupuestos Generales del Estado, lo que la derecha interpret¨® como la ¡°moneda de cambio¡± para despejar el camino al Gobierno en el ¨²ltimo a?o de legislatura. Hab¨ªa sido ya una jornada de nervios a flor de piel, despu¨¦s de los incidentes que se hab¨ªan producido el mi¨¦rcoles por los insultos machistas de Vox a la ministra de Igualdad, Irene Montero, que dejaron una amarga resaca en la C¨¢mara. Sin llegar a la bronca, el debate sobre la sedici¨®n estuvo plagado de interrupciones, gritos, protestas y continuas llamadas al orden de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet.
Para defender la propuesta, los dos partidos del Gobierno escogieron a diputados catalanes. El socialista Francisco Aranda hizo alarde de ello al presentarse, con unas palabras en catal¨¢n: ¡°Les habla un diputado del PSC, el primer partido de Catalu?a¡±. PSOE y Unidas Podemos parecieron repartirse los papeles: Aranda se dedic¨® a fustigar al PP y el representante del socio minoritario del Gobierno, Jaume Asens, se encarg¨® de atacar a Junts por no apoyar la reforma.
Aranda reiter¨® lo que se ha convertido en el principal argumento de Pedro S¨¢nchez y su Ejecutivo en las ¨²ltimas semanas: que la pol¨ªtica de distensi¨®n con los independentistas en los ¨²ltimos tres a?os ha logrado restablecer la ¡°convivencia¡± en Catalu?a y restar apoyo al nacionalismo rupturista. Frente a ello, el socialista pint¨® a un PP condenado a la ¡°irrelevancia pol¨ªtica¡± en aquella comunidad y que, lejos de buscar soluciones, lo ¨²nico que pretende es ¡°negar la existencia misma del Gobierno y su legitimidad¡±. Asens carg¨® contra Junts: ¡°Tanto quieren desconectarse de Espa?a que se han acabado por desconectar de la realidad¡±.
El PP sac¨® a su primera figura, la portavoz y secretaria general, Cuca Gamarra, quien puso en la diana a S¨¢nchez, le acus¨® de ¡°abrir las puertas de la c¨¢rcel a los delincuentes¡±, abocar al Estado a una ¡°humillaci¨®n¡±, ¡°suplantar al poder judicial¡± que conden¨® a los promotores del proc¨¦s y provocar un ¡°estropicio de dimensiones hist¨®ricas¡±. Con distinta intensidad, los mismos argumentos fueron esgrimidos por Ciudadanos y Vox. ¡°Le van a permitir a Puigdemont volver a Espa?a por la puerta grande¡±, concluy¨® la l¨ªder de Cs, In¨¦s Arrimadas. Javier Ortega Smith, de Vox, defini¨® a los que apoyaron la iniciativa como la ¡°bancada de la traici¨®n a Espa?a¡±.
Sin referencias a la malversaci¨®n
Ni los partidos del Gobierno ni sus socios independentistas se refirieron a la posibilidad de que durante el tr¨¢mite de la reforma se rebajen tambi¨¦n las penas por el delito de malversaci¨®n. Rufi¨¢n no lo mencion¨® en su discurso, pese a que ERC es el principal defensor de la idea, que en los ¨²ltimos d¨ªas se ha ido desinflando por las reticencias que suscita en el Gobierno y en algunos de sus aliados parlamentarios.
Junts finalmente se abstuvo, aunque dej¨® un discurso muy cr¨ªtico con el acuerdo entre el Ejecutivo y ERC para una reforma que el sector m¨¢s duro del independentismo interpreta como una simple maniobra para acallar sus reivindicaciones. El diputado de Junts Josep Pag¨¨s lleg¨® a coincidir con la derecha en una apreciaci¨®n: que el prop¨®sito verdadero de la reforma es ¡°contribuir a soluciones personales¡±, las de los dirigentes de ERC sobre los que pesan a¨²n condenas o acusaciones judiciales. ¡°No vamos a ser los tontos ¨²tiles¡±, zanj¨® Pag¨¨s.
Rufi¨¢n sostuvo que la iniciativa ¡°no es una concesi¨®n a ERC, ni al independentismo, es una concesi¨®n a la democracia¡±, palabras que los diputados del PP jalearon negando cada una de las afirmaciones del portavoz del grupo republicano. La primera diputada socialista a la que le toc¨® votar por sorteo, Inmaculada Oria, desat¨® las protestas de los populares al a?adir a su voto favorable una coletilla: ¡°Aqu¨ª estamos todos las y los socialistas juntos, sin fisuras¡±. Toda la bancada del PSOE se puso en pie para ratificarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.