Un tribunal brit¨¢nico reconoce la inmunidad de Juan Carlos I en el juicio que le enfrenta a Corinna Larsen
Los magistrados se?alan que los actos previos a la abdicaci¨®n del rey em¨¦rito no pueden ser juzgados en el Reino Unido
El Tribunal de Apelaci¨®n de Inglaterra y Gales ha concedido una victoria parcial a Juan Carlos I en el juicio que le enfrenta contra Corinna Larsen en la justicia brit¨¢nica. Los magistrados han dado la raz¨®n al equipo jur¨ªdico del rey em¨¦rito, en contra de la sentencia anterior del magistrado Matthew Nicklin, y consideran que los actos llevados a cabo contra la expareja sentimental del anterior jefe del Estado en los a?os previos a su abdicaci¨®n gozan de inmunidad y no pueden por tanto ser juzgados en territorio brit¨¢nico. Parte muy importante de los hechos referidos por Larsen en su demanda de acoso hace referencia a ese periodo, entre 2012 y 2014. Por ejemplo, la visita presuntamente amenazante que le realiz¨® en Londres el entonces director general del CNI, F¨¦lix Sanz Rold¨¢n, o la intrusi¨®n de un equipo de operativos de la empresa de seguridad Eulen, a las ¨®rdenes de Sanz Rold¨¢n, en el apartamento que Larsen tiene en M¨®naco.
¡°Los hechos de la demanda eran claros y nada ambiguos¡±, concluye el Tribunal de Apelaci¨®n. ¡°El general Sanz Rold¨¢n actu¨® en todo momento en su capacidad de director del CNI. De ese modo, tanto ¨¦l como los operativos del CNI con los que actu¨® estaban durante todo ese tiempo maniobrando como agentes del Estado espa?ol. Y como el Estado es siempre responsable de aquellos actos realizados ¡®bajo el color de la autoridad¡¯ [el principio jur¨ªdico establecido en precedentes judiciales y alegado por la defensa de Juan Carlos I], hayan sido o no autorizados o sean o no legales de acuerdo con las leyes nacionales o internacionales, esos actos son atribuibles al Estado espa?ol¡±, dicen los magistrados en su sentencia. La conclusi¨®n es fundamental, porque permite la aplicaci¨®n de la Ley de Inmunidad del Estado que el equipo jur¨ªdico del rey em¨¦rito ha utilizado en todo momento para defender la inmunidad judicial de su cliente.
Aunque el juicio principal sigue adelante, y la previsi¨®n se?ala que las primeras vistas tendr¨¢n lugar a mediados del a?o que viene, la decisi¨®n dada a conocer este martes complica la estrategia judicial de Larsen. Al eliminar del relato de la demanda las partes en las que la inmunidad del rey em¨¦rito est¨¢ vigente, el hilo narrativo ¡ªya de por s¨ª cuestionado indirectamente por el juez Nicklin¡ª pierde consistencia. De hecho, durante la vista de apelaci¨®n, fue uno de los magistrados que este martes firma la sentencia el que compar¨® con ¡°un caballo de Troya¡± la idea de que el equipo jur¨ªdico de la expareja de Juan Carlos I siguiera utilizando en fases posteriores del juicio hechos ocurridos antes de la abdicaci¨®n, y por tanto descartados procesalmente al aplicarse la inmunidad.
El Tribunal de Apelaci¨®n propina adem¨¢s un varapalo al juez del caso, que en su momento sugiri¨® a los abogados de Larsen que modificaran su demanda para que fuera m¨¢s f¨¢cil argumentar la falta de inmunidad. Nicklin pidi¨® al equipo jur¨ªdico de la demandante que se?alara que Sanz Rold¨¢n hab¨ªa actuado como amigo de Juan Carlos I, y a t¨ªtulo personal, para que de ese modo se debilitara la idea de que hab¨ªa maniobrado bajo un manto de autoridad p¨²blica. Resultaba complicado sostener que el entonces director general del CNI realizaba un encargo del entonces Jefe de Estado simplemente a t¨ªtulo privado.
¡°El juez se equivoc¨® al concluir que la conducta se?alada durante la fase anterior a la abdicaci¨®n era privada¡±, dice la sentencia del Tribunal de Apelaci¨®n. ¡°No hubo una solicitud formal de enmienda (...) El modo en que se abord¨® fue asombrosamente informal. A pesar de conocer durante meses la cuesti¨®n de inmunidad planteada en junio de 2021 [por la defensa de Juan Carlos I], no fue sino poco antes de la vista que la demandante decidi¨® se?alar una supuesta ¡®relaci¨®n personal¡¯ entre el acusado y el general Sanz Rold¨¢n¡±, dice la sentencia.
Los magistrados confirman adem¨¢s la decisi¨®n previa del juez Nicklin de rechazar la existencia de ¡°da?os personales¡± (personal injury, en el t¨¦rmino ingl¨¦s) que activaran la excepci¨®n a la inmunidad que contempla la Ley de Inmunidad del Estado en su secci¨®n 5?. ¡°Como ha sostenido correctamente el juez, una supuesta alegaci¨®n de estr¨¦s o ansiedad derivada de un determinado tipo de conducta definida como acoso no supone, por s¨ª sola, una acusaci¨®n de da?os personales¡±. Aunque el equipo jur¨ªdico de Larsen ha presentado en los ¨²ltimos meses un informe m¨¦dico firmado por el doctor Frank Farnham, en el que se har¨ªa referencia expresa a ¡°depresi¨®n de gravedad entre suave y moderada, desorden de ansiedad entre suave y moderado y s¨ªntomas que sugieren un desorden de estr¨¦s postraum¨¢tico¡±, ese documento no estaba en la demanda inicial, con lo que el Tribunal de Apelaci¨®n no lo ha tenido en cuenta.
El pleito de Larsen contra Juan Carlos I se dilucida en la jurisdicci¨®n civil brit¨¢nica. En ning¨²n momento se plantean penas de c¨¢rcel, ¨®rdenes de arresto o solicitudes de extradici¨®n. Se trata de dinero. Y, sobre todo, sigue sobre la mesa la posibilidad de poner fin al asunto si las partes alcanzan un acuerdo extrajudicial.
A finales de diciembre de 2020, la demandante relat¨® en su reclamaci¨®n de da?os el acoso que, siempre seg¨²n su versi¨®n, hab¨ªa sufrido directamente del rey em¨¦rito o de personas en su nombre, como el exdirector del CNI F¨¦lix Sanz Rold¨¢n. La pretensi¨®n del em¨¦rito, seg¨²n Larsen, era recuperar los casi 65 millones de euros que hab¨ªa transferido a la empresaria de manera ¡°irrevocable¡± en 2012, o reanudar la relaci¨®n sentimental, y esa pretensi¨®n dio lugar a las supuestas amenazas, difamaciones, vigilancia electr¨®nica y seguimientos a los que ella y su equipo de asesores se vieron sometidos. La consecuencia de todo eso, seg¨²n su escrito, es una ansiedad y una angustia que han requerido tratamiento m¨¦dico, el deterioro de las relaciones con sus hijos y familiares y la p¨¦rdida de muchos de sus multimillonarios clientes.
Larsen ped¨ªa en su demanda una orden judicial que impidiera a Juan Carlos I comunicarse con ella, seguirla, difamarla o acercarse a una distancia inferior a 150 metros. Y exig¨ªa una compensaci¨®n, que no cuantificaba, por da?os y perjuicios.
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