Vox copi¨® el protocolo de Castilla y Le¨®n de la ley antiabortista del ultra h¨²ngaro Orb¨¢n
La nueva legislaci¨®n del Gobierno de Budapest obliga a las mujeres a escuchar el latido del feto antes de decidir si interrumpen su embarazo
El anunciado nuevo protocolo antiabortista de Castilla y Le¨®n, por el cual se instar¨¢ a partir de este lunes a los m¨¦dicos de esa comunidad a ofrecer a las embarazadas la posibilidad de escuchar el latido del feto y contemplar una ecograf¨ªa 4D (con imagen en movimiento), adem¨¢s de recibir asistencia psicol¨®gica, no es ning¨²n invento de Vox. Las medidas impuestas por el partido ultra al presidente Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, del PP, con quien gobierna en coalici¨®n, se inspiran directamente en la nueva legislaci¨®n contra el aborto del primer ministro h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n, expulsado del Grupo Popular europeo por su deriva antidemocr¨¢tica y uno de los principales aliados europeos de Santiago Abascal. La medida de Castilla y Le¨®n fue contestada el domingo por el Gobierno, que inst¨® a la Junta a paralizarlo.
El 15 de septiembre entr¨® en vigor en Hungr¨ªa una nueva norma que obliga a las mujeres que quieran interrumpir su embarazo a aportar un informe m¨¦dico que acredite que han sido confrontadas, ¡°de manera clara e identificable, con las constantes vitales¡± del feto. Es decir, que han escuchado los latidos de su coraz¨®n. Adem¨¢s, deben recibir asesoramiento en materia de adopciones y ayuda a la maternidad antes de practicarse el aborto.
Todas estas medidas las ha justificado el Gobierno h¨²ngaro como parte del ¡°consentimiento informado¡± requerido a las mujeres que deciden abortar. Es el mismo argumento que ofreci¨® el jueves el vicepresidente castellanoleon¨¦s y m¨¢ximo cargo institucional de Vox, Juan Garc¨ªa-Gallardo, cuando anunci¨® estas medidas: que las embarazadas tomen su decisi¨®n ¡°de manera m¨¢s consciente¡±. Hay, sin embargo, una diferencia notable entre la ley h¨²ngara y el protocolo castellanoleon¨¦s: mientras en el primer caso es un requisito indispensable, sin el que no es posible acceder a la interrupci¨®n del embarazo, en el segundo se trata de una mera recomendaci¨®n que las mujeres no est¨¢n obligadas a seguir.
La diferencia no responde a que Orb¨¢n sea m¨¢s antiabortista que Vox sino a que una comunidad aut¨®noma no puede vulnerar una ley estatal y su margen de maniobra es menor. El partido ultra no oculta, sin embargo, que su prop¨®sito es derogar la ley de interrupci¨®n voluntaria del embarazo, y tambi¨¦n la de eutanasia, en cuanto pueda. La Agenda Espa?a, el programa pol¨ªtico de Vox, proclama como uno de sus objetivos ¡°salvaguardar jur¨ªdicamente el derecho a la vida, desde la concepci¨®n hasta la muerte natural, comenzando con la derogaci¨®n de la ley de Eutanasia y de la ley de aborto libre¡±. Mientras tanto, se propone ¡°garantizar la informaci¨®n, apoyo y alternativas necesarias para todas aquellas madres [sic] con un embarazo problem¨¢tico e inesperado¡±.
Los movimientos provida o no choice (no elecci¨®n), como los denomina el Parlamento Europeo, han cambiado de t¨¢ctica y, en vez de buscar objetivos maximalistas, como la supresi¨®n del derecho al aborto, han optado por dificultar cada vez m¨¢s su ejercicio. Orb¨¢n, consciente de que dos tercios de los h¨²ngaros apoyan el derecho al aborto, reconocido en su pa¨ªs desde 1953, no se ha atrevido a derogarlo, sino que lo ha convertido en una carrera de obst¨¢culos, obligando a escuchar el latido fetal, como en algunos Estados de EE UU donde gobierna el ala m¨¢s ultra del Partido Republicano. En Polonia, el partido Ley y Justicia, aliado de Vox, ya ha prohibido el aborto en el 90% de los casos.
Madrid alberg¨® el 17 de diciembre, el II Foro Europeo por la Vida, organizado por el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), en el que se sientan los eurodiputados de Vox junto a los ultracat¨®licos polacos o los italianos de Georgia Meloni. En dicho foro, la diputada auton¨®mica madrile?a G¨¢dor Joya asegur¨® que, ¡°cuando Vox gobierne, hay que derogar esas leyes nefastas, sin duda, pero mientras tanto se puede hacer much¨ªsimo m¨¢s. Podemos llevar a cabo pol¨ªticas que, mientras [esas leyes] est¨¦n vigentes, puedan paliar sus efectos¡±, aleg¨®. ¡°Tienen que ser iniciativas t¨¦cnicas, pr¨¢cticas y dif¨ªciles de rechazar, que les pongan contra las cuerdas¡±, apostill¨® esta doctora que salt¨® a la fama por plantarse ante las cl¨ªnicas donde se practican abortos con un ec¨®grafo e invitar a las gestantes a escuchar el latido del feto. Entre los participantes en el foro estaba Eniko Gyori, eurodiputada de Fidesz, el partido de Orb¨¢n, a quien se present¨® como representante de un pa¨ªs mod¨¦lico que obliga a los m¨¦dicos a comunicar a las mujeres su embarazo con estas palabras: ¡°?Enhorabuena! Est¨¢ usted embarazada¡±.
Para Vox, el derecho al aborto no puede ser aceptado ni siquiera si democr¨¢ticamente as¨ª se decide. En el mismo foro, Lourdes M¨¦ndez Monasterio, exdiputada del PP y ahora del partido ultra, asegur¨® que en este asunto ¡°no puede haber consenso. El valor de la vida no se puede poner al albur de lo que vote la mayor¨ªa, como sucede ahora en Espa?a¡±.
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