Horror, solidaridad y coraje: la memoria compartida de los republicanos y jud¨ªos en Mauthausen
El Gobierno presenta la exposici¨®n sobre los presos del campo nazi como una vacuna democr¨¢tica contra los discursos de odio
Al llegar les quitaban el apellido, la ropa, el pelo de todo el cuerpo. A partir de ese momento, en Mauthausen eran un n¨²mero y una macabra cuenta atr¨¢s hasta la muerte. De las 190.000 personas que pasaron por el campo de concentraci¨®n nazi y sus anexos, al menos 90.000 murieron. Alrededor de 7.500 ¡ªno todos fueron inscritos¡ª de sus presos eran republicanos espa?oles y de ellos, casi 4.500 no lograron salir de ¨¦l con vida. Hasta la liberaci¨®n, en mayo de 1945, por el ej¨¦rcito de EE UU convivieron con miles de jud¨ªos en una dram¨¢tica lucha por la supervivencia, es decir, contra el fr¨ªo, el hambre, los golpes, los experimentos m¨¦dicos, las dur¨ªsimas jornadas de m¨¢s de 12 horas de trabajo en la cantera. Una exposici¨®n en Centro Sefarad-Israel de Madrid recuerda ahora esas memorias compartidas de horror, solidaridad y coraje. La muestra, que podr¨¢ verse hasta el 17 de junio, fue inaugurada este mi¨¦rcoles por los ministros de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, y Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, quienes insistieron en la necesidad de traer los episodios m¨¢s negros de la historia al presente como vacuna para la intolerancia y los discursos de odio. ¡°Ninguna etapa hist¨®rica est¨¢ exenta de sufrir retrocesos democr¨¢ticos. Esta exposici¨®n nos conmueve y nos recuerda lo que pas¨® en Europa no hace tanto y lo que puede pasar en Europa si algunos s¨¢trapas como Putin consiguen los objetivos que persiguen¡±, se?al¨® Bola?os.
De Mauthausen salieron de la mano, convertidos en padre e hijo, un burgal¨¦s llamado Saturnino Navazo y un ni?o llamado Siegfried Meir que hab¨ªa nacido en Fr¨¢ncfort. El peque?o hab¨ªa llegado al campo con 10 a?os desde otra sucursal del infierno, Auschwitz, donde hab¨ªan matado a sus padres, ambos jud¨ªos. Navazo, que antes de combatir en el bando republicano en la Guerra Civil hab¨ªa sido futbolista, cuid¨® de ¨¦l desde su posici¨®n de cierto privilegio; los guardas nazis se aburr¨ªan y permitieron organizar una liguilla de f¨²tbol en el campo. Para que los jugadores como Navazo aguantaran m¨¢s durante los partidos, los apartaron de la cantera y los enviaron a la cocina, lo que les permit¨ªa alimentarse y alimentar a otros mejor. La muestra recoge la entra?able historia de afecto entre el republicano y el hu¨¦rfano, quien en 2015, cinco a?os antes de morir, explicaba a EL PA?S: ¡°A ¨¦l el f¨²tbol le salv¨® la vida y a m¨ª Navazo me la dio. Si no se hubiera quedado conmigo, habr¨ªa acabado en la c¨¢rcel¡±.
Fue tambi¨¦n en Mauthausen donde se reencontraron, en 1945, tras cinco a?os de lucha por la supervivencia, Alfonsina Bueno y su marido, Josep Ester. Ella fue trasladada al campo procedente de Ravensbruk con seis mujeres nacidas en Espa?a y otra m¨¢s, la polaca Esther Zilberberg, que se consideraba espa?ola porque hab¨ªa resultado herida en Vitoria, combatiendo en las brigadas internacionales junto al bando republicano en la Guerra Civil. Otros presos espa?oles vigilaron la puerta de los ba?os para que nadie molestara a Alfonsina y Josep cuando pudieron celebrar que segu¨ªan vivos. Ella hab¨ªa sido sometida a un experimento m¨¦dico por los nazis. Ten¨ªa 30 a?os cuando logr¨® salir vida del infierno, con secuelas de por vida que no impidieron que ambos continuaran su militancia contra el fascismo. La exposici¨®n recuerda c¨®mo el matrimonio trabaj¨® para conseguir que el gobierno alem¨¢n indemnizara a los deportados y a las viudas de los fallecidos. Tambi¨¦n Esther Zilberberg se implic¨® en la asistencia a refugiados tras abandonar el campo y retomar sus estudios de Medicina. Muchos brigadistas internacionales como ella se hab¨ªan reencontrado en Mauthausen con sus compa?eros de trinchera republicana, como Artur London, que en 1949, cuatro despu¨¦s de la liberaci¨®n del campo, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Checoslovaquia y en 1952, condenado a cadena perpetua por Stalin. Su esposa, Elisabet Ricol, hija de espa?oles, tambi¨¦n hab¨ªa estado presa en los campos de Ravensbr¨¹ck y Buchenwald. El periodista alem¨¢n Erich Kuttner, quien en 1936 se hab¨ªa desplazado a Espa?a para cubrir la Guerra Civil, no logr¨® salir con vida de Mauthausen porque lo asesinaron cuando intentaba fugarse en 1942, tres a?os antes de la liberaci¨®n.
La mayor¨ªa de supervivientes de Mauthausen permaneci¨® en Francia tras recuperar la libertad y ve¨ªa espor¨¢dicamente a sus familiares en encuentros furtivos en la frontera. Algunos decidieron contar a quien quiso o¨ªrlo lo que hab¨ªan visto y vivido, como hab¨ªan prometido en el campo. Otros prefirieron ahorrar a sus seres queridos los detalles de un horror inimaginable antes del Holocausto.
Un estudio revel¨® recientemente las lagunas de los j¨®venes espa?oles sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista. ¡°La Guerra Civil fue porque el pueblo se rebel¨® contra Franco¡±, llegaban a decir algunos. Los encuestados, sin embargo, conoc¨ªan la segunda guerra mundial y el holocausto mejor que su propia historia, pese a que ambas conflu¨ªan en lugares como Mauthausen. El historiador Josep Calvet, comisario de la exposici¨®n, explica que ¡°hasta hace muy poco¡± esos contenidos no ten¨ªan presencia en las escuelas, pero cree que ¡°todo eso se est¨¢ revirtiendo por el inter¨¦s de profesores concienciados con ese d¨¦ficit¡±. ¡°Todav¨ªa no estamos al nivel al que est¨¢n los estudiantes de Alemania, que tienen muy interiorizado y muy presente el nazismo y sus consecuencias, pero creo que iniciativas como esta son important¨ªsimas para que eso cambie y para que deje de verse como un asunto partidista¡±. El Centro Sefarad-Israel organizar¨¢ visitas guiadas a la exposici¨®n para colegios e institutos.
Algunas de las im¨¢genes recogidas en la muestra fueron utilizadas como pruebas en los juicios contra los criminales nazis. Hoy, la ONU recoge tambi¨¦n testimonios, im¨¢genes y evidencias en Ucrania de cr¨ªmenes de guerra cometidos por Putin.
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