El gallego que reapareci¨® tras ser dado por muerto y pasar nueve a?os en una c¨¢rcel siria
Diego Mart¨ªn rehace su vida en Fene despu¨¦s de ser repatriado de Siria, donde fue acusado de terrorismo por el r¨¦gimen de El Asad
A sus 46 a?os, la vida le ha dado una segunda oportunidad a Diego Mart¨ªn Barcia. En octubre pasado, consigui¨® regresar a su casa, en Fene (A Coru?a). Atr¨¢s quedaron nueve a?os y medio de cautiverio en una celda de aislamiento en Damasco, adonde hab¨ªa viajado, seg¨²n cuenta, para informar sobre la guerra como periodista freelance y acab¨® acusado de terrorismo. ¡°Por muy dura que fuera mi experiencia en Siria, todo esto que tengo ahora aqu¨ª es mucho m¨¢s grande. Aquello no era m¨¢s que la privaci¨®n de la libertad, hasta cierto punto, porque yo creo que la libertad est¨¢ dentro de ti. Y eso fue lo que me salv¨® y me ayud¨® a vivir el d¨ªa a d¨ªa¡±, dice.
Cuando Mart¨ªn habla de ¡°todo esto que tengo ahora aqu¨ª¡± se refiere al cari?o de su hermano y de su hija; al afecto de sus vecinos; al piso de su infancia, destartalado y sin luz, donde vive ahora, y a la caminata diaria de 15 kil¨®metros para comer en una cocina econ¨®mica de Ferrol. ¡°No me arrepiento de nada. Es una gran experiencia que te cambia la vida¡±, insiste. Seg¨²n su relato, en 2012, tras cuatro meses en Berl¨ªn busc¨¢ndose la vida, decidi¨® viajar a Siria para cubrir el conflicto como periodista. ¡°Ten¨ªa muy poco dinero y viajaba como pod¨ªa, en transportes de todo tipo. Atraves¨¦ los Balcanes y Grecia, hasta llegar a Turqu¨ªa. Entr¨¦ [a Siria] caminando, porque por la ma?ana abrieron el paso a todo el mundo. Despu¨¦s me sub¨ª a un autob¨²s¡±.
La guerra civil siria hab¨ªa empezado en 2011 con el enfrentamiento entre el r¨¦gimen de Bachar el Asad y el autodenominado Ej¨¦rcito Libre Sirio, apoyado por Turqu¨ªa entre otros pa¨ªses. ?l, asegura, no era consciente de que cualquiera que entrara en el pa¨ªs cruzando la frontera turca pod¨ªa ser considerado terrorista. ¡°Fui a la zona rebelde. Estuve cinco d¨ªas conviviendo con los comandos que peleaban¡± contra el r¨¦gimen.
La detenci¨®n
En una guerra las fronteras pueden cambiar de un d¨ªa para otro y cualquier movimiento en falso te puede dejar en tierra hostil. Eso es lo que le pas¨® a Mart¨ªn. ¡°Entr¨¦ en la zona gubernamental por Alepo, pero me detuvieron en un control militar. Vieron que el pasaporte no estaba en regla porque no ten¨ªa visado. Me dijeron que ten¨ªa que haber entrado por L¨ªbano, no desde Turqu¨ªa¡±. Cuando los soldados le preguntaron qu¨¦ hac¨ªa en el checkpoint [puesto de control] de Alepo, su respuesta no result¨® convincente. ¡°Yo no buscaba nada. Iba observando y escribiendo lo que ve¨ªa, con la intenci¨®n de enviar material a las agencias de prensa. Fui con la idea de ser freelance, aunque no tuviera ning¨²n contacto period¨ªstico en Espa?a¡±, asegura.
Mart¨ªn fue detenido el 7 de marzo de 2013, y se convirti¨® en reh¨¦n de una guerra que ya no iba a poder contar. ¡°Estaba en una celda de dos por tres metros, sin ventana. Ve¨ªa el pasillo a trav¨¦s de los barrotes. Estaba solo, no ten¨ªa contacto con otros presos. Dorm¨ªa sobre mantas en el suelo. Hac¨ªa ejercicio diario, caminaba por la celda y la limpiaba. Si ten¨ªa ganas de ir al ba?o, solo pod¨ªa hacerlo cuando ellos me lo dec¨ªan. Tuve diarrea todo el tiempo que estuve en la c¨¢rcel. Com¨ªa sentado en el suelo. Al principio, en los a?os duros de la guerra, el rancho era muy escaso y de mala calidad¡±, relata.
Niega con la cabeza que sufriera malos tratos, pero aclara que el aislamiento puede ser la peor tortura. ¡°Necesitas mucha disciplina para estar entero y soportarlo. Te acostumbras enseguida; si no te acostumbras, te vas. Eso jam¨¢s lo olvidar¨¦¡±.
La falsa noticia de su muerte
A los seis meses de su detenci¨®n, en noviembre de 2013, un blog de combatientes holandeses en Siria, De Mediawerkgroep Siri?, lanz¨® el bulo de que Mart¨ªn se hab¨ªa inmolado en un atentado suicida en Damasco. Mostraban fotos de su documento de identidad y pasaporte. La prensa local de A Coru?a se hizo eco y ¨¦l pas¨® de estar preso a muerto. La ¨²nica persona que no crey¨® a los holandeses fue su madre. ¡°Mi esperanza era que mi familia supiera que yo segu¨ªa con vida en una c¨¢rcel en Siria. Las vecinas de mi madre me cuentan que ella siempre dec¨ªa que yo estaba vivo¡±. La mujer falleci¨® en 2021 sin llegar a ver de nuevo a su hijo.
En la contienda civil siria, un occidental es una moneda de cambio y Mart¨ªn se hab¨ªa convertido en un bot¨ªn de guerra del r¨¦gimen. ¡°En 2017 nos llevaron a cuatro presos extranjeros al Instituto Nacional de Ciencias en Damasco y, al quitarme la capucha, me vi ante un grupo de periodistas sirios y rusos haci¨¦ndonos preguntas en ingl¨¦s. Para m¨ª la guerra acab¨® en 2018 cuando los aviones dejaron de sobrevolar la c¨¢rcel¡±, dice. A finales del a?o anterior, Siria hab¨ªa anunciado su victoria sobre el Estado Isl¨¢mico.
Pasaban los a?os y Diego cumpl¨ªa una condena que ning¨²n juez, ni civil ni militar, hab¨ªa dictado. ¡°En mayo de 2020 nos dijeron que nos iban a dar una amnist¨ªa y nos trasladaron a otra c¨¢rcel, con patio y con gente. Eso era otra cosa. Estuve all¨ª 20 d¨ªas. Me presentaron ante un tribunal, por primera vez desde mi encarcelamiento. Hasta ese momento me acusaban de terrorista, pero ah¨ª me declararon periodista. De terrorista pas¨¦ a periodista. Me devolvieron a la c¨¢rcel de Farag Phalest¨ªn [la oficina palestina, el duro penal militar en Damasco en el que pas¨® casi toda su reclusi¨®n] y me dijeron que no pod¨ªan ponerme en libertad por culpa del coronavirus¡±.
El rescate
El destino de Diego estaba ligado al desenlace de la guerra civil, que entraba en su fase terminal. ¡°Yo no ten¨ªa la certeza de que no me fueran a pasar a cuchillo. En 2020 pregunt¨¦ a mis carceleros: ¡®?Me vais a ajusticiar o no?¡¯ Me dijeron que no. Y, en agosto de 2022, les recalqu¨¦: ¡®Yo aqu¨ª ya no quiero estar m¨¢s, yo aqu¨ª finito, quiero volver a Espa?a ?Libertad o muerte?¡¯ Me dijeron que muerte no, entonces les ped¨ª la libertad.¡±.
Sin embargo, esa no fue la clave de su liberaci¨®n. El verano pasado, agentes del servicio de inteligencia espa?ol liberaron a un chico madrile?o, de nombre Alberto, que llevaba seis meses encarcelado en Siria, seg¨²n fuentes conocedoras de la operaci¨®n. Cre¨ªan que era el ¨²nico espa?ol preso, pero Alberto les habl¨® de Diego Mart¨ªn y ah¨ª empez¨® la lucha para liberar al Preso Decano, como se denomin¨® el plan de rescate, cuya ¨²ltima etapa, la repatriaci¨®n desde Beirut, cont¨® con el apoyo de la Embajada espa?ola en L¨ªbano. En septiembre, un agente espa?ol accedi¨® a los s¨®tanos del penal y se entrevist¨® por primera vez con ¨¦l.
¡°Le bajaron encapuchado y esposado. Le hab¨ªan puesto un abrigo, para disimular su delgadez extrema. Le dije: ¡°?Falas galego?¡±. Se derrumb¨® y se puso a llorar¡±, ha narrado a EL PA?S el agente que intervino en su liberaci¨®n, que exige el anonimato. Pregunt¨® por su madre, que hab¨ªa fallecido recientemente, y la respuesta de su libertador fue darle un tel¨¦fono para que llamara a su hermano.
Al aterrizar en el aeropuerto de Madrid-Barajas, la Guardia Civil le interrog¨® por orden de un juez de la Audiencia Nacional. Pas¨® as¨ª de desaparecido ¡ªsu familia hab¨ªa denunciado su desaparici¨®n en 2013 en el cuartel de Fene¡ª a investigado en Espa?a como presunto combatiente extranjero en Siria. ¡°Yo no me arrepiento de nada. Es una experiencia que te cambia la vida. Para m¨ª ir a la guerra de Siria era el compromiso m¨¢s grande que pod¨ªa hacer¡±, insiste durante la entrevista, en un polideportivo cerca de su casa ante la r¨ªa de Ferrol.
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