Las 12 razones de Pablo Ibar
La defensa del espa?ol condenado en EE UU por un triple asesinato hace 28 a?os expone sus motivos para convencer al tribunal de apelaci¨®n
Cuando Pablo Ibar fue detenido y encerrado, el 14 de julio de 1994, su actual abogado, Joe Nascimento, ten¨ªa solo 10 a?os. Ese d¨ªa, un testigo asegur¨® que este ciudadano hispano-estadounidense era la persona a la que hab¨ªa visto salir, tres semanas antes, el 26 de junio, de la casa de Casimir Sucharski, en Miramar (Miami), el d¨ªa que lo asesinaron junto a las j¨®venes Marie Rogers y Sharon Anderson. Desde aquel d¨ªa Pablo, que ten¨ªa entonces 22 a?os y tiene ahora 50, jam¨¢s ha salido de la c¨¢rcel. 28 a?os de los que 16 se los pas¨® en el corredor de la muerte de la prisi¨®n de Raiford (Florida). Se libr¨® de la inyecci¨®n letal gracias a su anterior abogado, Benjamin Waxman, que en 2019 logr¨® la repetici¨®n del juicio alegando graves irregularidades en todo el proceso. En esa repetici¨®n Pablo no logr¨® que lo absolvieran, pero s¨ª que la pena de muerte le fuera conmutada por cadena perpetua, castigo que cumple actualmente en el penal de Okeechobee (Florida).
Pablo Ibar, hijo del pelotari C¨¢ndido Ibar (emigrante vasco en Florida) y Cristina Casas, de origen cubano, fue declarado culpable del triple asesinato en Miramar y condenado a muerte en el a?o 2000. El caso nunca se alej¨® de la pol¨¦mica: su primer abogado, de oficio, lleg¨® a la primera vista judicial con un mono sobre el hombro y fue expulsado de la sala. Meses despu¨¦s, el letrado acabar¨ªa detenido por agredir a su mujer. Pablo se vio indefenso a pesar de que no hab¨ªa rastros de su ADN en la escena del crimen y el v¨ªdeo en el que se recoge el brutal asesinato no permite identificar a los autores. Enfrente, un fiscal implacable y bien preparado. Las consecuencias fueron predecibles: condena a muerte por nueve votos del jurado contra tres, un resultado que actualmente ser¨ªa inconstitucional (la pena de muerte solo se puede aplicar si hay unanimidad), pero aceptado por Florida en aquellos a?os.
Recurri¨® Pablo en el a?o 2003 de la mano del prestigioso abogado Peter Raben, que meses antes hab¨ªa sacado del corredor de la muerte al tambi¨¦n espa?ol Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez, pero la petici¨®n de repetir el juicio fue denegada. Volvi¨® a intentarlo en 2012, con resultado cruel: tras a?os de trabajo y recopilaci¨®n de pruebas, el juez se limit¨® a asomarse a la sala el d¨ªa del veredicto y dijo que no conced¨ªa la repetici¨®n. No a?adi¨® nada m¨¢s. Tras eso, en el juzgado, solo se pudo escuchar el llanto de Tanya Ibar, la esposa de Pablo, que ha estado a su lado desde el d¨ªa de su detenci¨®n en 1994.
En esta segunda intentona ya estaba al frente Benjamin Waxman. Nascimento era su pasante entonces. Hoy es ¨¦l quien pide una nueva repetici¨®n. Si prospera ser¨ªa la segunda; el tercer juicio en total. Y, como su mentor, Nascimento alega inexplicables defectos durante el proceso. Se centra, sobre todo, en los que tuvieron lugar durante la repetici¨®n del juicio hace cuatro a?os, en el que conmutaron la pena de muerte por la cadena perpetua.
El juicio de 2019 fue fiel a la tormentosa vida de Pablo. Nascimento sostiene que aquel no fue un proceso ¡°limpio¡± y as¨ª se lo expuso a los tres jueces que presidieron la vista de apelaci¨®n celebrada el pasado d¨ªa 28. Estos tres magistrados deber¨¢n decidir si conceden a Pablo una nueva oportunidad. Bastar¨ªa con que dos de ellos quisieran.
Durante la vista, Nascimento desgran¨® a contrarreloj las doce razones que explicar¨ªan que el ¨²ltimo juicio contra Pablo no fue justo y merece ser repetido. Algunas de ellas son verdaderamente llamativas.
Por ejemplo, durante el proceso el juez Dennis Bailey (con quien Pablo lleg¨® a tener un encontronazo verbal durante el juicio) admiti¨® el testimonio de Gary Foy, un vecino que asegur¨® en 1994 haber visto a Pablo Ibar en un coche cerca de la casa del hombre asesinado justo despu¨¦s del ataque. Sin embargo, tal y como explica el abogado de Ibar, el juez no permiti¨® que se le contase al jurado que Foy se?al¨® a la segunda la foto de Pablo Ibar cuando fue requerido por la polic¨ªa ni que el ¨²nico sospechoso que repiti¨® en la rueda de reconocimiento fue Pablo. El juez tampoco permiti¨® que el jurado conociese que Foy admiti¨® ¡°no estar seguro¡±.
Para la defensa de Ibar tampoco fue justo que el juez Bailey impidiera la comparecencia de Gary Wells, experto en identificaci¨®n facial y que sostiene que la persona que se ve en el v¨ªdeo no puede demostrarse que sea Pablo Ibar. S¨ª admiti¨®, en cambio, el testimonio de Jean Tessier, que durante 18 a?os mantuvo una versi¨®n exculpatoria para Pablo hasta que la fiscal¨ªa puso en duda sus permisos de residencia en Estados Unidos.
Tampoco el juez Bailey accedi¨® a que se explicase al jurado la posible contaminaci¨®n de ADN en las pruebas debido a demostrados fallos de custodia, no permiti¨® numerosas r¨¦plicas de la defensa e hizo o¨ªdos sordos cuando el fiscal le dijo al jurado: ¡°No permitan que este asesino salga libre¡±, se?alando a Ibar.
Por ¨²ltimo, el abogado de Pablo explic¨® en la vista de apelaci¨®n que un miembro del jurado que conden¨® a Ibar hace cuatro a?os se mostr¨® arrepentido y denunci¨® que hab¨ªa sufrido ¡°fuertes presiones¡±. Esta persona fue expulsada por hablar del asunto de forma p¨²blica y los hechos no se investigaron.
Los familiares de las v¨ªctimas del triple asesinato de Miramar tienen una visi¨®n distinta. Para los hijos de Casimir Sucharski y para la hermana de una de las mujeres asesinadas (cuyos testimonios se recogen en el documental de HBO El Estado contra Pablo Ibar), ¡°Pablo es claramente culpable y debe permanecer en la c¨¢rcel¡±. ¡°Lo ¨²nico que deseamos es que se acaben los juicios ya. La justicia ya ha hablado. Pablo los asesin¨®¡±.
Del otro lado, la familia Ibar, con Tanya, su mujer, y C¨¢ndido Ibar, su padre, como caras visibles. Esta misma semana, en una conversaci¨®n con EL PA?S, Tanya explicaba que ¡°Pablo est¨¢ esperanzado, ha recobrado fuerzas y se encuentra bien. Deseamos con toda nuestra alma que acepten la apelaci¨®n y que Pablo, por fin, tenga un juicio justo¡±.
La familia ya no est¨¢ recibiendo m¨¢s ayudas por parte del Gobierno de Espa?a ni del vasco, por lo que mantienen una campa?a de recaudaci¨®n de donativos a trav¨¦s de la web de la Asociaci¨®n Pablo Ibar. Solo este proceso de apelaci¨®n que ahora encaran est¨¢ valorado en 200.000 euros.
Los tres jueces que deben dictaminar si Pablo tiene otra oportunidad o no podr¨ªan pronunciarse en cualquier momento. Tal vez d¨ªas, tal vez meses. El tiempo es importante y corre en contra. Nascimento, el abogado de Ibar, explica que el clima pol¨ªtico en Florida es convulso y existe una enorme presi¨®n conservadora por aumentar el n¨²mero de penas de muerte y ejecuciones. Pablo, casi 30 a?os despu¨¦s, sigue esperando.
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