Tamames se olvida de pedir elecciones en su moci¨®n de censura y reclama un pacto de los ¡°partidos constitucionales¡±
El candidato elimin¨® apartados completos de su discurso, donde no aport¨® un programa de Gobierno, para intentar acortar un debate que se prolong¨® 11 horas
A Ram¨®n Tamames su moci¨®n de censura se le hizo cuesta arriba. Ya cuando Santiago Abascal, su presentador, y el jefe del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, andaban enzarzados en un duelo de r¨¦plicas y contrarr¨¦plicas que se prolong¨® dos horas y media, consultaba impaciente el reloj. M¨¢s tarde, intent¨® interrumpir al presidente censurado mientras respond¨ªa a sus cr¨ªticas porque, se quej¨®, estaba leyendo 20 folios. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, lo mand¨® callar y aguantar.
El economista, de 89 a?os, hab¨ªa sido advertido de que defender una moci¨®n de censura era someterse a una agotadora sesi¨®n parlamentaria. Pero no esperaba que, siendo ¨¦l el protagonista, las intervenciones de los dem¨¢s oradores fueran m¨¢s largas que la suya. ¡°Estar¨¢n ustedes l¨®gicamente cansados¡±, se justific¨®, aunque a¨²n era media ma?ana, y recort¨® sobre la marcha el discurso que tra¨ªa preparado, salt¨¢ndose p¨¢ginas y apartados completos. Entre ellos, su propuesta para reformar el sistema de pensiones.
Tambi¨¦n se comi¨® el p¨¢rrafo en el que propon¨ªa la celebraci¨®n de elecciones generales anticipadas el 28 de mayo, coincidiendo con las municipales y auton¨®micas, que era el punto clave de su pacto con Vox, con el que no comparte la mayor parte de su programa pol¨ªtico. La Moncloa se apresur¨® a llamar la atenci¨®n sobre el olvido y el partido ultra rescat¨® el p¨¢rrafo en el que el candidato dec¨ªa que ¡°las elecciones generales, si no se acepta la propuesta de la moci¨®n de censura, ser¨¢n en diciembre¡±. Lo que no es exactamente lo mismo.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, destac¨® que ni siquiera Tamames se cre¨ªa que fuera candidato a La Moncloa y ¨¦l mismo reconoci¨® que la moci¨®n no ten¨ªa ¡°visos de prosperar en su finalidad de cambiar el Gobierno¡±. Por eso, en vez de concluir su discurso pidiendo a los diputados que voten este mi¨¦rcoles a favor de su candidatura, como se espera en un tr¨¢mite como este, lo hizo con un llamamiento a los llamados ¡°partidos constitucionales¡± ¡ªentre los que incluye al PSOE, el PP y Vox¡ª para que lleguen a un pacto de m¨ªnimos que incluya un ¡°paquete de medidas adecuadas¡± (aunque no lo especific¨®, se refer¨ªa a medidas econ¨®micas), una reforma de la ley electoral (para evitar la supuesta sobre-representaci¨®n de los partidos independentistas) y un mecanismo de vigilancia de la corrupci¨®n. Adem¨¢s, reclam¨® un acuerdo entre las fuerzas pol¨ªticas para ¡°recuperar un cierto rumbo de concordia, paz y entendimiento¡±, una demanda que se daba de bruces con el tono agresivo del discurso que acababa de pronunciar su patrocinador, Santiago Abascal.
Tamames aleg¨® que la Constituci¨®n no obliga al candidato de una moci¨®n de censura a presentar un programa de Gobierno y ¨¦l no lo hizo. Lo que present¨® en el Congreso fue, seg¨²n sus propias palabras, una ¡°ponencia¡±, un ¡°an¨¢lisis de la situaci¨®n de Espa?a y sus posibles remedios¡±, un conjunto de ideas para ¡°una meditaci¨®n parlamentaria¡± a partir de la pregunta que lanz¨® al aire: ¡°?Cu¨¢ndo se jodi¨® Espa?a?¡±, parafraseado al personaje de Vargas Llosa en Conversaci¨®n en la Catedral.
Sentado en el esca?o de Abascal, el economista utiliz¨® un tono m¨¢s templado que su presentador y solo levant¨® la voz en ocasiones contadas, como cuando asegur¨® sentirse indignado por el ¡°benepl¨¢cito¡± del Gobierno ante la negativa de la Generalitat catalana a aplicar la sentencia del 25% de las clases en castellano. O cuando proclam¨®, dirigi¨¦ndose a los independentistas: ¡°La autodeterminaci¨®n no existe¡±.
Los diputados de Vox lo interrumpieron con aplausos en contadas ocasiones y recibieron su discurso con bastante m¨¢s frialdad que el de Abascal. S¨ª lo ovacionaron cuando dijo que el Gobierno se apoya en quienes ¡°hasta hace poco utilizaban la violencia para imponer¡± sus posiciones y en los que ¡°mantienen declarada profesi¨®n de fe en acabar con la Monarqu¨ªa parlamentaria, la figura de Felipe VI y la unidad de Espa?a¡±.
El exdirigente del PCE acus¨® al Gobierno de dividir a los espa?oles con la Ley de Memoria Democr¨¢tica, situando el origen de la Guerra Civil en la revoluci¨®n de Asturias y no en el golpe militar. Y de tomar el control de otras instituciones del Estado, entre las que incluy¨® el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), a pesar de que su composici¨®n no se renueva desde hace 1.565 d¨ªas, como le record¨® S¨¢nchez, debido al bloqueo del PP.
Quiz¨¢ como consecuencia de que recort¨® su discurso sobre la marcha, la intervenci¨®n del candidato qued¨® deslavazada, sin que fuera f¨¢cil seguir su hilo conductor. En el cap¨ªtulo econ¨®mico, el que tra¨ªa m¨¢s preparado, critic¨® el aumento del Salario M¨ªnimo Interprofesional (SMI) o la propuesta de recuperar los 45 d¨ªas de indemnizaci¨®n por despido, que calific¨® de ¡°franquista¡±; mientras que tach¨® de electoralista el anuncio de que se dedicar¨¢n 2.500 millones para becas y critic¨® el ¡°desmadre generalizado del gasto p¨²blico¡±, sin atender la demanda de la Airef (Administraci¨®n Independiente de Responsabilidad Fiscal) de recortarlo en 60.000 millones.
Tras asegurar que ¡°el desarrollo industrial de Espa?a tiene su mayor enemigo en el Gobierno por su aversi¨®n a los empresarios¡±, cometi¨® un sonoro patinazo al criticar ¡°el sacrosanto respeto a las pymes¡±, las mayores creadoras de empleo en Espa?a, de las que dijo que ¡°no son las empresas del futuro¡±. Se aline¨®, quiz¨¢ sin saberlo, con Unidas Podemos al preguntarse por qu¨¦ no se aprueba ya la ley de vivienda, y se siti¨® en las ant¨ªpodas de Vox al pedir que se importen trabajadores extranjeros para la construcci¨®n frente a quienes ¡°se oponen a ello porque quitan trabajo a los espa?oles¡±.
Molesto con la excesiva duraci¨®n del debate, sugiri¨® que se modifique el reglamento de la C¨¢mara para abreviarlo y, cuando S¨¢nchez le reproch¨® que no hubiera mencionado la lucha contra el calentamiento global, que Vox niega, o la situaci¨®n de Catalu?a, que a juicio del presidente ha mejorado desde que no gobierna el PP, le respondi¨® que no se pueden abordar todos los temas. Y, como dec¨ªa el president Jordi Pujol cuando una pregunta le incomodaba, apostill¨®: ¡°Hoy no toca¡±.
El candidato aguant¨® 11 horas en el esca?o, con una interrupci¨®n de 30 minutos, pero solo contest¨® a S¨¢nchez y a la vicepresidenta Yolanda D¨ªaz por la ma?ana. A los 20 portavoces que intervinieron por la tarde les contestar¨¢ este mi¨¦rcoles en bloque; incluido el de Vox, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, quien le agradeci¨® su ¡°valent¨ªa¡± por haber aceptado ser candidato. Una decisi¨®n que la mayor¨ªa de quienes intervinieron achacaron a su vanidad y ¨¦l present¨® como uno de sus ¡°¨²ltimos servicios¡± a Espa?a.
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