El pueblo del vino se queda sin agua potable
Toro (Zamora) lleva varios meses recurriendo a garrafas o depuradoras port¨¢tiles por el exceso de ars¨¦nico en el acu¨ªfero que lo abastece
El dios del vino sonr¨ªe en Toro (Zamora, 8.500 habitantes). Una r¨¦plica de El triunfo de Baco, de Vel¨¢zquez, adorna el primer bar al cruzar la torre del Reloj, rumbo a la majestuosa colegiata de Santa Mar¨ªa. Los parroquianos notan en su nuca los ojos de la licenciosa deidad mientras piden caf¨¦s, cervezas y, c¨®mo no, vasos de tinto. El camarero, Herman Reguero, se multiplica tras la barra, ya habituado a las grandes garrafas de agua que conecta a la cafetera, muy cotizada a primera hora. Las tapas que seducen a los hambrientos tambi¨¦n se cocinan con agua mineral, porque el pueblo lleva casi cuatro meses sin suministro ordinario. Muchos protestan, otros se han acostumbrado a recurrir a botellas o a potabilizadoras instaladas en el municipio y algunos bromean: siempre quedar¨¢ el vino Denominaci¨®n de Origen de vides regadas por el r¨ªo Duero.
El ars¨¦nico tiene la culpa. Los an¨¢lisis sobre el acu¨ªfero que abastece a Toro ¨Duna extensa masa del subsuelo de Segovia que nutre a localidades de varias provincias ¨D revelan que cada litro supera los 10 microgramos de esta toxina, el m¨¢ximo permitido para consumo humano. La contingencia no afecta a duchas, cisternas, lavadoras, cubos de fregar o regad¨ªos de huertas y geranios, pero trastoca a la poblaci¨®n. Las tiendas han multiplicado las ventas del l¨ªquido elemento desde que se detect¨® el problema en diciembre, y el Ayuntamiento, junto a la Diputaci¨®n, ha dispuesto siete potabilizadoras port¨¢tiles donde la gente acude con garrafas vac¨ªas para llenarlas y volver a casa.
El alcalde, Tom¨¢s del Bien (PSOE), explica que la saturaci¨®n agr¨ªcola, ganadera y urbana ha explotado al 187% el manantial subterr¨¢neo, que acaba saliendo por los grifos de Toro, seg¨²n un informe de Greenpeace. El acu¨ªfero de los Arenales, uno de los m¨¢s grandes de Europa, sufre por las sequ¨ªas y su saturaci¨®n mientras las poblaciones que saciaba buscan soluciones. Algunas, como la vallisoletana Tordesillas, opt¨® por hacer una captaci¨®n del Duero, medida que Del Bien sopes¨® para Toro, pero declin¨® por el ¡°alt¨ªsimo coste¡± de llegar desde el municipio al r¨ªo, a ocho kil¨®metros y con un desnivel de 150 metros. ¡°Consumimos dos millones de litros al d¨ªa, cinco en verano. Hemos probado sondeos, pero hacer agujeros es inviable¡±, expone el regidor. La soluci¨®n: una planta de tratamiento de ars¨¦nico con filtros.
La concesionaria, Acciona, est¨¢ tramitando la depuradora, valorada en 450.000 euros, 100.000 aportados por la Diputaci¨®n. ¡°En seis o siete semanas deber¨ªamos tenerla¡±, calcula Del Bien. Mientras, estaciones instaladas en zonas concurridas del lugar reciben un goteo de usuarios que llegan con garrafas vac¨ªas y ponen a prueba la fuerza sus brazos. En las horas puntas hay hasta colas. Alberto Hern¨¢ndez, de 18 a?os, acude en bicicleta con dos garrafas. ¡°Vengo todos los d¨ªas, te acostumbras ya¡±, asume el chaval, que regresa a casa haciendo equilibrios y acarreando los bidones depurados por ¨®smosis inversa. M¨¢s combativo se muestra Javier Garc¨ªa, de 40 a?os, en un bar. ¡°Tengo cuatro hijos y les tenemos que re?ir porque beben agua por costumbre, es un problema grande hasta para hacer un cocido¡±, critica el zamorano, molesto con que la compa?¨ªa les vaya a subir el precio del recibo pese a dejarlos sin agua consumible. ¡°Somos unos conformistas, no deber¨ªamos pagar las facturas¡±, se queja.
Del Bien matiza que el 98% del uso no es ¡°de boca¡± y entiende el enfado social. El Ayuntamiento va a lanzar ayudas tanto a la ciudadan¨ªa como a los negocios, de entre 40 y 200 euros para cubrir los gastos. Protecci¨®n Civil colabora proporcionando garrafas a ancianos con problemas de movilidad, agradecidos tanto por el agua como por la elemental compa?¨ªa que la soledad les niega en su d¨ªa a d¨ªa. Las esquelas, eterna atracci¨®n de miradas furtivas y no tan furtivas, informan de la reciente muerte de dos mujeres, de 89 y 101 a?os. Tan mal no estar¨¢ el agua, ironizan algunos. Tom¨¢s del Bien asegura que los informes documentados de Acciona rebajan la presencia de ars¨¦nico, pero la autoridad competente, la Junta de Castilla y Le¨®n, insiste en que supera el ¨ªndice permitido, aunque no les aporta las pruebas que quisieran. El alcalde sopesa tomar medidas legales mientras Toro sigue su rutina.
La madrile?a, pero toresana de adopci¨®n, Antonia Cubillo, de 88 primaveras, charla con las amigas que conoci¨® cuando viajaba los veranos al pueblo de su difunto marido ¡°?Vamos a tener que beber vino, pero yo ya no tengo edad!¡±, exclama la mujer. Para ¡°empujar la comida¡±, confiesa, tira de tinto de verano sin alcohol. Siempre quedar¨¢ el verdejo, a?ade, para guisar con buen gusto. Los murales con frases sobre el tinto y los dibujos de cl¨¦rigos con buenos y espirituosos c¨¢ntaros, as¨ª como las vides, bodegas y tiendas especializadas del entorno, evidencian que no se sufrir¨¢ mucho para sustituir el agua.
Quiz¨¢ el m¨¢s fastidiado sea el doctor de hombres como Paco Brazuelo, de 75 a?os, gorra verde y animoso al ir a su vivienda a por garrafas. ¡°El m¨¦dico me manda beber m¨¢s agua¡±, admite Brazuelo. Pues buena faena le han hecho. Al menos el aire puro de Toro, donde anta?o batallaron las tropas de Isabel de Castilla y Juana la Beltraneja, dificulta que el vaticinio de este hombre vaya a hacerse pronto realidad: ¡°Si nos faltan el agua y el aire nos vamos al huerto del t¨ªo Pedro a criar malvas¡±.
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