La cesta de la ira
Al 70% de los espa?oles le preocupa ¡°mucho¡± la inflaci¨®n y el coste de la vida, muy por delante de cualquier otro asunto
Los datos del ¨²ltimo bar¨®metro de 40dB. ponen en evidencia cu¨¢l es el tema que m¨¢s inquieta a los electores espa?oles: al 70% le preocupa ¡°mucho¡± la inflaci¨®n y el coste de la vida, muy por delante de cualquier otro asunto. Los que dicen estar mucho o bastante preocupados suman casi el 95% de los encuestados. Es una preocupaci¨®n sorda, que se mueve bajo el radar de la pol¨ªtica y de las informaciones sobre la pol¨ªtica. Y esa distancia entre lo que se discute en el Congreso y en los mercados produce una creciente fractura entre el debate p¨²blico y el dom¨¦stico, profundizando en esa idea tan extendida de que ¡°los pol¨ªticos¡± no se ocupan de lo que preocupa al ciudadano de a pie. Ese distanciamiento es el que inflama a un segmento creciente de la ciudadan¨ªa: los extra?ados de la pol¨ªtica, los que sienten que la pol¨ªtica no va con ellos, no les habla a ellos, no soluciona sus problemas, ni tan siquiera los tiene en cuenta.
Para buena parte de este 70% que est¨¢ muy preocupado por el encarecimiento de la cesta de la compra el debate p¨²blico les debe parecer marciano, lo cual, unido a la gravedad de la situaci¨®n econ¨®mica, les lanza a las filas de la antipol¨ªtica que, bien azuzada y vehiculada, acaba convirti¨¦ndoles en la base de apoyo de propuestas que esgrimen supuestas soluciones simples a problemas que acostumbran a ser complejos y dif¨ªciles de abordar. Lo hemos visto en Italia no hace tanto. La conjunci¨®n del miedo y la sensaci¨®n de abandono por parte de ¡°los pol¨ªticos¡± es pasto para el populismo.
En un estudio reciente del Instituto de Ciencias Pol¨ªticas y Sociales de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona se verificaba esta relaci¨®n entre la creciente polarizaci¨®n de la discusi¨®n p¨²blica y el incremento de los sentimientos negativos acerca de la pol¨ªtica. A pesar de lo que pudiera parecer a primera vista, ambos fen¨®menos no son compartidos por los mismos segmentos del electorado. Es m¨¢s, los participantes en la polarizaci¨®n, la parte del electorado que se muestra m¨¢s radical en sus planteamientos pol¨ªticos, tiende a mostrar sentimientos positivos en relaci¨®n con esta. Para ellos la pol¨ªtica se asocia al inter¨¦s o al compromiso, incluso al entusiasmo.
El incremento de sentimientos como la frustraci¨®n, la irritaci¨®n o la desconfianza se debe principalmente a aquellos que no se muestran especialmente cercanos a ninguno de los bandos del conflicto pol¨ªtico (en ese caso, el catal¨¢n). Es precisamente este electorado, el que no participa de la polarizaci¨®n, el que se muestra crecientemente hastiado de la pol¨ªtica, de la que se siente excluido, con la que no comparte nada y de la que ya no espera nada.
Parad¨®jicamente, es este segmento de la ciudadan¨ªa el que podr¨ªa engancharse a una oferta electoral que proponga acabar con esos pol¨ªticos que no tienen en cuenta los problemas de la gente corriente, esos pol¨ªticos que ¡°hablan en pol¨ªtico¡± y a los que solo les interesa mantenerse en el poder. Algo de esto es lo que est¨¢ alimentando las protestas en Francia, que van m¨¢s all¨¢ de la reforma puntual del sistema de pensiones y el alargamiento de la vida laboral. All¨ª la m¨¢s beneficiada de la protesta parece ser la extrema derecha de Marine Le Pen.
No deber¨ªa sorprender, ya que las encuestas de las presidenciales del a?o pasado ya mostraban como el votante de Le Pen era el m¨¢s preocupado por el poder adquisitivo. Seg¨²n la encuesta de 40dB. la preocupaci¨®n por la inflaci¨®n y el coste de la vida es especialmente intensa entre los votantes de Vox y del PP.
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