Crimen perfecto en Vigo: un tiro en la nuca sin culpable y una familia bajo sospecha
El juez concluye que no hay pruebas para resolver el asesinato de un empresario que sacudi¨® la ciudad hace casi 20 a?os. Hubo un m¨®vil econ¨®mico, pero la investigaci¨®n policial fue ¡°especialmente deficiente¡±
Hay m¨®vil, hay sospechosos, pero todo indica que nunca habr¨¢ un culpable. El 2 de abril de 2004, el empresario y asesor Manuel Salgado Fern¨¢ndez, de 56 a?os, fue hallado muerto con un disparo en la nuca en su plaza de garaje de la calle Rosal¨ªa de Castro, en el centro de Vigo (Pontevedra). Lo que parec¨ªa un caso f¨¢cil de resolver ha pasado a los anales del crimen perfecto por falta de pruebas y quiz¨¢ tambi¨¦n por una ¡°deficiente¡± investigaci¨®n policial, seg¨²n el juez instructor. Al borde de la prescripci¨®n, que llegar¨¢ cuando se cumplan 20 a?os del suceso en 2024, y sin haberse despejado las principales inc¨®gnitas, el magistrado Juan Carlos Carballal ha archivado la causa con la convicci¨®n de que Salgado fue asesinado por motivos econ¨®micos y poniendo bajo sospecha a familiares directos de la v¨ªctima. ¡°La hip¨®tesis policial sigue considerando que los autores del homicidio se encuentran, directa o indirectamente, en el c¨ªrculo familiar m¨¢s pr¨®ximo a la v¨ªctima¡±, se?ala el auto.
Las ¡°turbulentas relaciones familiares¡± que destaparon las pesquisas marcaron la ¨²ltima d¨¦cada de vida de Salgado, a ra¨ªz de su separaci¨®n en 1996. Los hijos y la exmujer estaban enfrentados a causa de unos pleitos sobre el reparto de negocios y bienes tras el divorcio. El sumario se?ala que el hombre ¡°se sent¨ªa vigilado¡± y ¡°tem¨ªa por su vida¡±, por lo que viv¨ªa con su hermana, el marido de esta y sus dos sobrinos, acusaci¨®n particular en este caso lleno de ¡°incongruencias¡±, seg¨²n admite el instructor.
La investigaci¨®n policial fue ¡°especialmente deficiente, incompleta y carente de un criterio l¨®gico¡±, critica el juez, ¡°quiz¨¢s por haber desplazado a algunos de los funcionarios m¨¢s competentes adscritos a la comisar¨ªa de Vigo para ser sustituidos por otros procedentes de unidades centrales con total desconocimiento de la zona¡±. El magistrado Juan Carlos Carballal reabri¨® en noviembre de 2021 el caso, que hab¨ªa sido archivado en 2006, pero ahora reconoce que ¡°el paso del tiempo ha impedido solventar¡± los ¡°muchos cabos sueltos¡± de las pesquisas, privadas de ¡°mucha informaci¨®n policial¡± por los cambios en los efectivos. Los nuevos testigos llamados a declarar han ofrecido versiones ¡°que en nada han ayudado a resolver tales incertidumbres¡±, a?ade.
El informe forense situ¨® la hora de la muerte entre las 8.15 y las 8.50, cuando un individuo solo o en compa?¨ªa de otros le descerraj¨® al empresario un tiro certero con un arma del calibre 22 cuando acababa de aparcar su coche. No hay testigos, nadie vio ni escuch¨® nada sospechoso. Junto al cad¨¢ver se hallaron tres colillas y papeles desperdigados que llevaba la v¨ªctima con fragmentos de pisadas que no dieron pistas. Sin embargo, se descart¨® un robo, ya que Salgado ten¨ªa su reloj, una cadena con medalla de oro en el cuello y su cartera, con 65 euros y monedas. Lo m¨¢s sorprendente para los investigadores fue que no aparecieran ni las llaves del veh¨ªculo ni su tel¨¦fono m¨®vil.
La hip¨®tesis de que el crimen hab¨ªa sido planificado surgi¨® cuando un usuario del garaje entreg¨® un cartucho que hab¨ªa encontrado d¨ªas antes en el aparcamiento. Se lo hab¨ªa quedado hasta que conoci¨® la noticia del asesinato. Los an¨¢lisis bal¨ªsticos revelaron que era del mismo calibre que el que acab¨® con la vida del empresario y disparado con la misma arma: ¡°Surge la duda de si este crimen fue o no cometido por un profesional por encargo, ya que semejante descuido de dejar abandonado un cartucho percutido y usar luego la misma arma para cometer el crimen y la misma munici¨®n no parece acomodarse al perfil de un sicario¡±, escribe el juez.
Adem¨¢s, por la posici¨®n del cad¨¢ver y la ubicaci¨®n de los cartuchos, la polic¨ªa se convenci¨® de que la v¨ªctima hab¨ªa visto a su asesino y que lo conoc¨ªa. Esta conclusi¨®n se deduce de que Salgado no intent¨® huir, sino meterse en el interior de su veh¨ªculo, intentando esquivar una discusi¨®n ¡°similar a como se hab¨ªa comportado en situaciones previas que hab¨ªa sufrido¡±, expone el magistrado.
A medida que avanzaron las pesquisas, se acumularon los testimonios que apuntaban a que la v¨ªctima tem¨ªa por su vida y que el pasado familiar era clave. El juez vincula el homicidio ¡°con personas cercanas a su ¨¢mbito familiar¡±. Horas despu¨¦s del crimen se produjeron las dos ¨²nicas detenciones que ha habido en esta causa: la exesposa de Salgado y su pareja. Ella era directora de un colegio privado en el municipio vecino de Mos del que era copropietaria con su marido, y ¨¦l ten¨ªa un comercio de alfombras cerca del centro. Sin embargo, varios testigos confirmaron sus coartadas y ambos quedaron en libertad. En 2006, dos a?os despu¨¦s, la entonces jueza instructora archiv¨® provisionalmente la causa por falta de pruebas.
Los dos sobrinos de la v¨ªctima lograron reactivar las investigaciones y ahora tambi¨¦n han recurrido el auto de archivo. Pidieron asesoramiento judicial al despacho de crimin¨®logos de Madrid Balfag¨®n y Chippirr¨¢s, que tras analizar el caso present¨® un informe solicitando la pr¨¢ctica de hasta 60 diligencias, como algunas pruebas que no se cotejaron, y la declaraci¨®n testifical del hijo de la v¨ªctima, que nunca fue interrogado. Ambos crimin¨®logos y portavoces de la familia lamentan las lagunas que deja el sumario. ¡°A los polic¨ªas les perdi¨® la confianza, pensaron que iban a resolverlo enseguida, pero estamos igual y sin avances, con una enorme frustraci¨®n, tanto para los familiares como para los abogados¡±, afirman Carmen Balfag¨®n y Ram¨®n Chippirr¨¢s. ¡°Los presuntos homicidas tienen derechos, pero tambi¨¦n las v¨ªctimas, y con una espada de Damocles como es la prescripci¨®n en este pa¨ªs es a¨²n m¨¢s complicado¡±, subrayan.
El auto de archivo define como ¡°curioso, y sin una explicaci¨®n l¨®gica¡± el hecho de que el hijo de la v¨ªctima, abogado de profesi¨®n y que hoy es el gerente del colegio de propiedad familiar, hubiese intervenido en esta causa como letrado defensor de la pareja de su madre. Este movimiento lo exoner¨® de declarar, pese a estar en el punto de mira, como supuesto conocedor de los hechos.
Deudas, vigilancias y amenazas de muerte
Los exc¨®nyuges llegaron a cruzarse denuncias por supuestas amenazas de muerte y altercados entre ambos con lesiones. Manuel Salgado lleg¨® a solicitar la protecci¨®n policial. En el origen de estas desavenencias est¨¢ una sentencia de la Audiencia de Pontevedra de 2001, confirmada por el Tribunal Supremo, en la que la mujer del fallecido fue condenada a dos a?os y medio de prisi¨®n por unas escuchas telef¨®nicas hechas a su marido por una agencia de detectives. Ella aleg¨® que su intenci¨®n era averiguar si el empresario le era infiel. Solicit¨® el indulto, pero le fue denegado porque su ex se neg¨® a perdonarle. Finalmente, evit¨® la prisi¨®n al conseguir que le conmutaran la pena.
Otro hecho posterior que policialmente se ha interpretado como detonante del homicidio es el pleito civil que se resolvi¨® con sentencia firme mes y medio antes del homicidio. Se conden¨® a la mujer a devolver a su exmarido unos cuantiosos bienes que hab¨ªa recibido mediante una escritura notarial por la compraventa del colegio del que era directora, que fue declarada nula. La v¨ªctima hab¨ªa transmitido ese patrimonio en 1996 bajo la condici¨®n de que ambos reanudaran la vida conyugal, pero ella present¨® una demanda de separaci¨®n, por lo que ten¨ªa que pagarle 50.000 euros. El hombre falleci¨® sin que se hubiera ejecutado la sentencia y sin cobrar esa suma.
La defensa de la exmujer de Salgado ha tratado de desacreditar los indicios policiales que apuntan al patrimonio a devolver como un m¨®vil s¨®lido. Ha incidido en que la v¨ªctima hab¨ªa desheredado a sus hijos dos a?os antes de morir y hab¨ªa nombrado heredera universal a su hermana. Sin embargo, tras la muerte de Salgado, sus v¨¢stagos impugnaron el testamento y dejaron en minor¨ªa, con un 33%, a quien era beneficiaria en un principio.
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