Noche nefasta de S¨¢nchez

Al terminar el debate, un equipo cient¨ªfico de Atresmedia debi¨® coger el programa, impermeabilizarlo y meterlo en una c¨¢mara congelada a la espera, en las pr¨®ximas semanas, de traducir lo que dec¨ªan los candidatos cuando hablaban uno encima del otro y de verificar los datos que dec¨ªan, calificados sistem¨¢ticamente como mentira por uno y otro (en Espa?a se ha pasado de escandalizar cuando un pol¨ªtico acusaba a otro de mentir ¡ª¡±los espa?oles no se merecen un Gobierno que les mienta¡±¡ª a escandalizar cuando no lo hace). Lo de esta noche de lunes fue como una primera parte en bruto, una materia prima estupenda pero indigerible en su mayor parte, dos discursos altisonantes y verduleros en sus momentos m¨¢s agitados; cuando hablaban los dos a la vez con la vena al aire, y no se entend¨ªa nada de lo que dec¨ªan, tranquilamente nos llevaremos la sorpresa de que uno estaba diciendo que no hubiera perdonado a ??igo Onieva y otro respondiendo que la gente, ¡°incluso los ricos¡±, tiene derecho a cometer errores.

Dicho esto, y acerca de lo poco que se entendi¨®: noche nefasta de S¨¢nchez por diversos motivos. El primero es que si te est¨¢n colando una mentira, no se puede decir ¡°eso es mentira¡±, sobre todo cuando lo vas a tener que repetir todo el rato (¡°eso es mentira¡±, ¡°eso no es cierto¡±, ¡°eso tambi¨¦n es mentira¡±); hay que decir que es mentira y por qu¨¦ es mentira, o sea decir cu¨¢l es la verdad, pero para eso hay que traerse preparado el debate: anticipar la mentira y tener lista una respuesta contundente. S¨¢nchez no estuvo r¨¢pido ni h¨¢bil, reh¨¦n de su cara regular maquillada y su pelo extra?amente peinado, tuvo contestaciones de caj¨®n que no pill¨® al vuelo, insisti¨® en el sentido del humor de Feij¨®o (hasta tres veces) como si eso fuese gracioso y, a pesar de varios arrebatos que tumbaron a Feij¨®o (su concurso de cargos de Bildu puestos por el PSOE y de Vox puestos por el PP; la violencia machista y su negaci¨®n por parte de los socios del PP; Feij¨®o y el 11-M), se le vio inc¨®modo en general y fiando a su sonrisa y sus cejas muchas de sus respuestas; estrategia sin pies ni cabeza. Lo m¨¢s divertido fue cuando llamaba al candidato, fuera de s¨ª, ¡°Feij¨®o¡± sin el ¡°se?or delante¡±. ¡°?Pero Feij¨®o!¡±, dijo un par de veces. Si se entera de que en Galicia se le llama Frijolito ya la liamos.

Feij¨®o no quer¨ªa el debate, ni este ni ninguno, pero quiz¨¢ por eso, por sacarlo r¨¢pidamente de en medio, empez¨® avasallando y trastorn¨® el guion de S¨¢nchez, en caso de que este lo tuviera. Los dos son pol¨ªticos del siglo XXI afectados por sus extremos que han tomado nota de lo que funciona del populismo; es decir, se puede mentir sin verg¨¹enza porque gana el que la expresa con mayor convicci¨®n. Esa pol¨ªtica consiste en que, si tienen delante un cinco, uno tiene que convencer al elector de que es un cuatro y otro un tres, da igual. Feij¨®o gan¨® el debate como gan¨® las primeras elecciones en Galicia: inc¨®modo si tiene que explicar por qu¨¦. Pero nada importa m¨¢s en una campa?a que eso: ganar. Y gan¨® por varios puntos. Tan sobrado que en el minuto de oro pas¨® de la c¨¢mara y se puso a mirar a un t¨¦cnico que pasaba por all¨ª, en plan ¡°ya solo me interesa este espa?ol¡±.