Vivir en un barrio de M¨¢laga donde abundan las armas de fuego: La Palmilla se planta ante los tiroteos
Esta zona de 15.000 habitantes ha sufrido tres incidentes con disparos en lo que va de a?o. Los vecinos piden m¨¢s seguridad al tiempo que denuncian que los prejuicios les quitan oportunidades
La semana pasada un conductor intent¨® atropellar a un polic¨ªa nacional durante un control en la barriada de La Palmilla, al norte de la ciudad de M¨¢laga. En su persecuci¨®n, otro de los agentes dispar¨® al aire. Tres personas acabaron arrestadas en un incidente que no es novedad en la zona, donde ya hubo tiroteos en enero y mayo, cuando se recogieron 60 casquillos del suelo. Los vecinos denuncian que las armas son comunes y se utilizan ya sea para celebrar un cumplea?os o durante una ri?a familiar. En 2020 una bala perdida de un kalashnikov mat¨® a un hombre que se asom¨® a la ventana al escuchar ruidos y en 2008 otra acab¨® con la vida de una mujer. Hartos, los residentes piden ¡°m¨¢s contundencia¡± a la Polic¨ªa Nacional y ¡°m¨¢s recursos¡±. Dicen sentirse inseguros, como explican en un comunicado ¡ªel en¨¦simo¡ª en el que solicitan apoyo de las administraciones.
La Palmilla es un ¨¢rea que incluye seis barriadas donde residen unas 15.000 personas, la mitad de todo el distrito que lleva el nombre Palma-Palmilla. Su base son las viviendas sociales construidas en los a?os sesenta del siglo pasado. Desde entonces, arrastra ¡°carencias estructurales no solo en los inmuebles, sino tambi¨¦n en equipamientos, tejido comercial y servicios p¨²blicos¡±, denuncia el Observatorio de Desigualdad de Andaluc¨ªa de 2023. El desempleo supera el 70% y la renta media anual por habitante ronda los 7.640 euros, seg¨²n el informe de indicadores urbanos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), que lo sit¨²a entre los diez barrios m¨¢s pobres de Espa?a. El absentismo escolar es habitual entre una infancia que no encuentra referentes ni facilidades para estudiar y rara vez llega a la educaci¨®n no obligatoria. La vivienda tambi¨¦n trae cola. Muchas mantienen su titularidad p¨²blica, pero han pasado por las manos de diferentes propietarios y la especulaci¨®n se dispara. Todo ello en un contexto donde clanes rivales mantienen un enfrentamiento que acumula decenas de detenidos.
¡°Los tiroteos son solo la punta del iceberg. Hay otras muchas cuestiones detr¨¢s. Entre ellas, saber qu¨¦ lleva a medio barrio a portar armas de fuego¡±, afirma Juanma Garc¨ªa, representante municipal en un distrito que suele ser noticia por actuaciones policiales a pesar de que ¡°la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n es gente buena, trabajadora, hospitalaria¡±. M¨¢s all¨¢ de las cifras de desempleo o pobreza hay una realidad de falta de oportunidades, prejuicios y una mirada ajena que prefiere no profundizar en las miles de realidades diferentes existentes en el barrio, una por persona. ¡°A veces tenemos que ocultar que somos de aqu¨ª para encontrar un empleo¡±, subraya Rafi Virella, de 60 a?os, que ha criado a sus cuatro hijos en el barrio y que, como el resto de los residentes, sabe que hay sitios que es mejor evitar.
Sin embargo, este territorio est¨¢ m¨¢s marcado por la ausencia de servicios que por la peligrosidad. Un paseo por sus calles muestra falta de recursos, pero tambi¨¦n mucha dignidad entre quienes sacan adelante a sus familias, como se ve cualquier ma?ana a la hora del desayuno en el bar Ferna. ¡°Somos gente normal. Llevo aqu¨ª toda la vida y nunca me ha pasado nada¡±, se?ala Carmen Castillo, de 58 a?os. Se queja de que tras comprar en una gran superficie los empleados consultan con la direcci¨®n si el pedido se puede entregar en este barrio. Varias empresas de paqueter¨ªa se niegan a entrar en ¨¦l porque lo consideran ¡°zona especial¡± y piden a sus clientes que recojan los paquetes en puntos externos. Hay taxistas que no suben a clientes si el destino es La Palmilla y empresas adjudicatarias de contratos municipales que intentan no pasar por la zona. ¡°Cuando se rompe algo en una comunidad, llegamos a tardar semanas o meses en encontrar a quien venga a repararlo aunque tengamos dinero¡±, a?ade otro vecino, Antonio Jim¨¦nez de 46 a?os.
¡°Un problema social¡±
Los incidentes relacionados con armas de fuego se han hecho frecuentes en el distrito y eso ha cansado a los vecinos. Este a?o ya van tres, el ¨²ltimo en mayo, al que sigui¨® una paliza, horas despu¨¦s, a un hombre, que fue ingresado en la UCI muy grave con contusiones y cortes tras ser golpeado por varias personas. En los ¨²ltimos a?os, dos personas han perdido la vida en el barrio ¡ªMateo, de 74 a?os y Yolanda, de 32¡ª y ahora, cada vez que suenan detonaciones, los vecinos se tiran al suelo en sus casas. Las operaciones policiales en Palma-Palmilla son frecuentes. La mayor¨ªa tienen detr¨¢s el tr¨¢fico de drogas y el cultivo de marihuana, que genera cortes de luz y problemas con los pisos, m¨¢s rentables como viveros.
Tras los disparos de mayo y ante las quejas vecinales, el entonces subdelegado del Gobierno, Javier Salas, subray¨® que se hab¨ªan hecho m¨¢s de un millar de actuaciones en La Palmilla en lo que iba de 2023 y que la ra¨ªz es ¡°un problema social¡±. ¡°Todos los malague?os sabemos lo que es Palma-Palmilla¡±, afirm¨® al tiempo que ped¨ªa al Ayuntamiento de M¨¢laga que se implicara. El alcalde, Francisco de la Torre, le afe¨® sus palabras ¡°impresentables¡± y dijo que era la Polic¨ªa Nacional al que deb¨ªa ¡°ocuparse de este tema¡±. ¡°No hagan de Palma-Palmilla un territorio comanche desde la pol¨ªtica¡±, ped¨ªa Jos¨¦ Miguel Santos, docente en uno de los colegios del barrio, en su blog, donde se refer¨ªa a una realidad ¡°compleja¡± que se debe abordar desde muchas perspectivas.
En medio de los reproches quedan los vecinos. Se sienten estigmatizados, encasillados entre prejuicios y estereotipos causados por una minor¨ªa y replicados por medios de comunicaci¨®n y youtubers que buscan atenci¨®n. Incluso han elaborado una gu¨ªa con consejos sobre c¨®mo informar de zonas desfavorecidas. Garc¨ªa, Virella, Castillo o Jim¨¦nez forman parte del plan comunitario Proyecto Hogar, que naci¨® en 2005 para realizar un diagn¨®stico, impulsar mesas de trabajo en distintos ¨¢mbitos y dar voz a los residentes. Primero recogieron los que aqu¨ª denominan los dolores del barrio, aquello que les duele a los vecinos, lo que falla y puede mejorar. Desde entonces mantienen un arduo trabajo con la implicaci¨®n de dinamizadores, entidades sociales y todo el que quiera arrimar el hombro para revertir la situaci¨®n mediante propuestas. M¨¢s de 300 personas participan en ¨¦l.
¡°La idea es que no venga alguien a decirnos lo que necesitamos, sino que seamos nosotros quienes lo digamos¡±, explica Carlos Torres, otro de los responsables municipales de la iniciativa. Pone un ejemplo: ¡°No queremos que venga el pol¨ªtico de turno, haga una pir¨¢mide por pasar a la historia como el que la levant¨® si aqu¨ª no hace falta una pir¨¢mide¡±. Hace extensiva su reflexi¨®n a organizaciones sociales que trabajan con proyectos que no siempre son los id¨®neos para la zona. ¡°Aqu¨ª no valen pol¨ªticas generalistas, se necesitan soluciones muy espec¨ªficas. Pero ni pedimos ni queremos m¨¢s recursos, solo que los existentes tengan la capacidad de ser realmente significativos para el barrio¡±, insiste Juanma Garc¨ªa.
No siempre llegan. Los vecinos aseguran que el Ayuntamiento de M¨¢laga hace esfuerzos incluso en campos que no son de su competencia ¡ªcomo la rehabilitaci¨®n de viviendas, en la que tambi¨¦n participa la administraci¨®n regional¡ª pero que son insuficientes. Y que la Junta de Andaluc¨ªa les ha olvidado. En 2011, con el socialista Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n como presidente, se aprobaron 80 millones de inversi¨®n en Palma-Palmilla. ¡°No ha llegado nada¡±, dicen al un¨ªsono desde Proyecto Hogar, al tiempo que levantan la mano para pedir atenci¨®n de la actual administraci¨®n auton¨®mica, liderada por el popular Juan Manuel Moreno. Dicen que su labor busca, ¡°simplemente¡±, que este sea ¡°un barrio normal¡±. ¡°Solo quiero sentirme segura y tranquila en mi casa¡±, a?ade Rafi Virella, que ejerce de presidenta de la radio Color Comunitaria, proyecto pionero galardonado en numerosas ocasiones. Hasta tienen un premio Ondas.
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