El nacionalismo aprieta, el Gobierno pone l¨ªmites
El PNV no quiere quedarse atr¨¢s y tambi¨¦n plantea un nuevo modelo territorial, sin vincularlo a la investidura. El PSOE insiste en que no se aceptar¨¢ nada que sobrepase la Constituci¨®n
Andoni Ortuzar, presidente del PNV, reuni¨® a los suyos el viernes en Zarautz (Gipuzkoa) para aleccionarlos en el comienzo del curso pol¨ªtico y les anunci¨®: ¡°Estamos ante una oportunidad hist¨®rica¡±. Desde las elecciones del 26-J, los independentistas catalanes, tanto Junts como ERC, lo ven¨ªan repitiendo con palabras parecidas: ¡°Es una ocasi¨®n de oro¡±. Cada nuevas elecciones, el voto de los grupos nacionalistas en el C...
Andoni Ortuzar, presidente del PNV, reuni¨® a los suyos el viernes en Zarautz (Gipuzkoa) para aleccionarlos en el comienzo del curso pol¨ªtico y les anunci¨®: ¡°Estamos ante una oportunidad hist¨®rica¡±. Desde las elecciones del 26-J, los independentistas catalanes, tanto Junts como ERC, lo ven¨ªan repitiendo con palabras parecidas: ¡°Es una ocasi¨®n de oro¡±. Cada nuevas elecciones, el voto de los grupos nacionalistas en el Congreso se vuelve m¨¢s valioso. Y los actores en escena se van incrementando, ahora con el mism¨ªsimo Carles Puigdemont en primera l¨ªnea. Conscientes de su peso, los nacionalistas aprietan.
El socio minoritario del Gobierno en funciones, Sumar, se apunta a la tesis de que ha llegado el momento de actuar, porque ¡ªen recientes palabras de su l¨ªder y vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda D¨ªaz¡ª ¡°en el problema puede estar la soluci¨®n¡± y el ¡°conflicto pol¨ªtico en Catalu?a puede ser la llave para un nuevo contrato territorial en Espa?a¡±. Los socialistas escuchan a todos, toman nota y se preparan para una ardua y larga negociaci¨®n con el fin de lograr la investidura de Pedro S¨¢nchez. Pero advierten de que se debe tener claro el l¨ªmite: una Constituci¨®n que solo se podr¨ªa reformar con el improbable apoyo del PP.
La atracci¨®n pol¨ªtica de la semana parec¨ªa ser el encuentro entre S¨¢nchez y el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, por mucho que nadie esperase nada m¨¢s que la constataci¨®n de que no hay el menor entendimiento entre ambos. Feij¨®o aprovech¨® para intentar fijar la idea de que S¨¢nchez prefiere echarse en brazos de los nacionalistas antes que pactar con el PP, un mensaje que no tard¨® en quedar acallado al entrar en escena otro actor con el que no se contaba. El lehendakari I?igo Urkullu publicaba un art¨ªculo en EL PA?S para reclamar un nuevo pacto territorial con el objetivo de avanzar hacia un ¡°Estado plurinacional¡± en el que las ¡°nacionalidades hist¨®ricas¡± dispongan de ¡°capacidad de decidir¡±.
El PNV ha sido en los ¨²ltimos a?os el contrapunto al estr¨¦pito del nacionalismo catal¨¢n. Desde el frustrado plan Ibarretxe, en tiempos del Gobierno Zapatero, no hab¨ªa vuelto a poner sobre la mesa una propuesta de reforma del Estado. En el Parlamento vasco se ha discutido en los ¨²ltimos a?os un proyecto de nuevo Estatuto, pero la iniciativa permanece encallada. Hasta que ha surgido eso que Ortuzar llama ¡°oportunidad hist¨®rica¡±. En una entrevista en este peri¨®dico, ya lo hab¨ªa avisado semanas atr¨¢s el presidente del PNV, que ped¨ªa un nuevo modelo territorial ¡°para 10 o 20 a?os¡±. La hist¨®rica formaci¨®n vasca vuelve a dar un paso adelante en un momento adem¨¢s en el que, por primera vez en d¨¦cadas, ha surgido una fuerza, EH Bildu, que le discute la hegemon¨ªa en Euskadi.
Los socialistas, por boca del ministro de la Presidencia en funciones, F¨¦lix Bola?os, han respondido con buenas palabras a la propuesta de Urkullu. Pero creen, como algunos juristas, que sobrepasa la Constituci¨®n. Lo que tranquiliza al PSOE es que el lehendakari la haya presentado sin vincularla a la investidura. Los de S¨¢nchez son conscientes de que tienen que cuidar al PNV y conf¨ªan en su talante m¨¢s conciliador que el del independentismo catal¨¢n. La otra formaci¨®n nacionalista vasca, EH Bildu, se ha convertido adem¨¢s en una de las bazas menos dudosas para el PSOE. La izquierda abertzale ha pasado por alto incluso algunos agravios, como que los socialistas le hayan negado su apoyo en Pamplona y consentido que la alcald¨ªa se la llevase la derecha de UPN. Bildu se ha propuesto como prioridad m¨¢xima cerrarle el paso a la derecha en el conjunto de Espa?a y de ah¨ª no se bajar¨¢. Paradojas de la pol¨ªtica actual: los herederos de la antigua Batasuna son hoy un interlocutor mucho menos levantisco que los herederos de la antigua Converg¨¨ncia.
Desenredar el nudo
En Catalu?a es donde sigue estando el nudo m¨¢s dif¨ªcil de desenredar para la investidura. Aunque Puigdemont ¡ªcon una orden de detenci¨®n nacional en vigor¡ª ha salido esta semana a negar que se est¨¦ negociando ya, fuentes tanto del PSOE como de Sumar insisten en que hay conversaciones continuas. Eso s¨ª, nadie espera grandes novedades hasta que Feij¨®o consume su fracaso, el pr¨®ximo 27. A partir de entonces habr¨¢ dos meses de plazo para evitar nuevas elecciones y tampoco se prev¨¦ un desenlace r¨¢pido. El optimismo en el Gobierno y en sus aliados parlamentarios ha subido varios tonos tras la exitosa negociaci¨®n que desemboc¨® en la elecci¨®n de la socialista Francina Armengol como presidenta del Congreso. Pero todos saben que lo que queda por resolver es un asunto muy complejo, sobre todo en lo concerniente a la principal demanda de ERC y Junts: una amnist¨ªa para los encausados en sumarios judiciales pendientes por el proc¨¦s.
El independentismo catal¨¢n enfr¨ªa las expectativas de un pacto r¨¢pido con razones diferentes en cada uno de los partidos. Esquerra sigue sin tocar la tecla correcta para que sus votos no se den por descontados y no parecer a remolque de Junts. En su af¨¢n por marcar perfil se inscribe el intento esta semana de atribuirse el protagonismo exclusivo de la reforma del Reglamento del Congreso para introducir el uso de las lenguas cooficiales. ERC enfad¨® a todas las dem¨¢s formaciones que apoyan la medida al dar por hecho un acuerdo que est¨¢ pr¨®ximo pero a¨²n sin cerrar. La competencia entre los de Oriol Junqueras y los de Puigdemont es constante. Esquerra tiene que evitar que Junts se cuelgue las medallas de los logros en Madrid y se erosione m¨¢s su credibilidad tras los ¨²ltimos reveses electorales.
Toda la expectaci¨®n se centra ahora en Bruselas, donde Puigdemont pronunciar¨¢ el martes una conferencia en la que ha anunciado que expondr¨¢ sus condiciones. Junts muy posiblemente aproveche para elevar sus reivindicaciones. Fuentes del sector m¨¢s contrario al pacto dentro del partido sostienen que, al margen de los posibles avances que se puedan conseguir sobre la amnist¨ªa en las conversaciones con el Gobierno de S¨¢nchez, y a¨²n a falta de una propuesta por escrito, ese perd¨®n general a los encausados por el proc¨¦s es inseparable de la exigencia de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Esa demanda hab¨ªa quedado un tanto congelada en las ¨²ltimas semanas, una vez que el PSOE y Sumar se abrieron a estudiar alg¨²n tipo de soluci¨®n legal similar a la amnist¨ªa. Si Puigdemont vuelve a poner el refer¨¦ndum en primer plano, las negociaciones estar¨¢n abocadas al fracaso y el camino abierto hacia la repetici¨®n electoral. Frente a las insinuaciones de la derecha de que S¨¢nchez ¡°est¨¢ dispuesto a todo para permanecer en el poder¡±, en el PSOE insisten una y otra vez: el refer¨¦ndum no cabe en la Constituci¨®n y jam¨¢s se va a franquear ese l¨ªmite.
Adem¨¢s de competir entre ellos, ERC y Junts afrontan sus propias disensiones internas. Puigdemont acaba de disolver la asamblea del Consell de la Rep¨²blica, esa suerte de Gobierno privado en el exilio que mantiene en Bruselas. La tal asamblea pretend¨ªa ser como un remedo del Parlament y, aunque el expresident ha desligado su decisi¨®n de las negociaciones para la investidura, el malestar se ha extendido en algunos sectores, que hablan incluso de ¡°ejercicio de autoritarismo de corte bonapartista¡±.
El term¨®metro de la Diada
Las voces cr¨ªticas arrecian con la inminencia de la Diada, la fiesta nacional. El lunes 11 de septiembre, las calles de Barcelona volver¨¢n a ser el term¨®metro de la apuesta ciudadana por el independentismo. La Assemblea Nacional Catalana ya present¨® el spot publicitario y el mensaje es contundente: ¡°Pactar con quien nos reprime y esp¨ªa no puede ser el camino¡±. ERC esquiv¨® la cita el a?o pasado, y el Govern se llev¨® la peor parte, abroncado por su apuesta por la v¨ªa dialogada. Junts trat¨® de capitalizar ese descontento y ahora le podr¨ªa pasar a ellos. Puigdemont intentar¨¢ calmar las aguas de manera previa. Tambi¨¦n el partido se ha movilizado para evitar ruido interno. Hasta ahora, en el seno de Junts se ha logrado contener el debate interno y se han dejado todos los focos a Puigdemont. Para buscar m¨¢s operatividad se ha creado un comit¨¦ permanente que tutelar¨¢n la presidenta, Laura Borr¨¤s, y el secretario general, Jordi Turull, con el fin de tomar las decisiones de manera m¨¢s ¨¢gil.
En ERC ha sido el Colectivo 1-O, que agrupa a un pu?ado de cr¨ªticos, el que se ha pronunciado en contra de la amnist¨ªa. ¡°Los catalanes no cometimos ning¨²n delito derivado del refer¨¦ndum, que fue v¨¢lido y leg¨ªtimo¡±, sostienen. Algunos sectores del independentismo tambi¨¦n rechazan que la eventual amnist¨ªa incluya a los polic¨ªas encausados por las cargas del 1-O, una posibilidad que del lado del Gobierno en funciones se considera irrenunciable.
¡°Discreci¨®n¡± es desde hace semanas la palabra que sale a todas horas de La Moncloa. Sumar s¨ª ha revelado que tiene un grupo de juristas trabajando en una propuesta de amnist¨ªa, aunque fuentes del partido insisten en que es un asunto lleno de complejidades y matices al que llevar¨¢ su tiempo darle forma. Ninguno de los dos socios del Ejecutivo afirma tener prisa. Hasta que Feij¨®o consume su fracaso anunciado y empiece a correr el reloj.