S¨¢nchez asume que debe buscar un alivio penal al ¡®proc¨¦s¡¯
El PSOE busca f¨®rmulas jur¨ªdicas mientras Sumar crea un grupo de trabajo para estudiar una propuesta que abra el camino a la investidura
Las caras lo dec¨ªan todo: un festival de carcajadas, besos y abrazos en la bancada del Gobierno, frente a un funeral de muecas apesadumbradas en la del PP. Hab¨ªan sido d¨ªas de tensi¨®n y la alegr¨ªa del Ejecutivo en funciones se desbord¨® el jueves en la sesi¨®n constitutiva del Congreso. Todo les sali¨® a pedir de boca. La izquierda logr¨® que el independentismo catal¨¢n apoyase una Mesa bajo su control con la socialista Francina Armengol al frente, mientras la derecha se divid¨ªa. La jornada demostraba algo que no estaba tan claro hasta apenas unas horas antes: que Pedro S¨¢nchez tiene opciones de disputar el partido para reeditar su mandato. Solo que lo m¨¢s dif¨ªcil empieza ahora. El presidente que se la jug¨® por los indultos a los l¨ªderes del proc¨¦s o la reforma del C¨®digo Penal se enfrenta a una demanda m¨¢s compleja a¨²n: una soluci¨®n jur¨ªdica para dar carpetazo al proc¨¦s y evitar m¨¢s encarcelamientos de independentistas. Eso a lo que Junts y ERC llaman sencillamente amnist¨ªa.
Seis a?os despu¨¦s, la mayor¨ªa de los principales l¨ªderes del proc¨¦s fueron condenados y sufrieron cuatro a?os de c¨¢rcel hasta que S¨¢nchez los indult¨®. Otros, como Carles Puigdemont, expresident y l¨ªder de Junts, y Marta Rovira, a¨²n secretaria general de ERC, siguen huidos fuera del pa¨ªs. Y varias decenas m¨¢s est¨¢n a la espera de juicios.
La reforma de la sedici¨®n y la malversaci¨®n, que hizo el Gobierno con una amplia mayor¨ªa del Congreso a finales de 2022 para intentar resolver el problema de estos segundos niveles, no funcion¨® como se esperaba. El Tribunal Supremo interpret¨® que no val¨ªa para el proc¨¦s y mantuvo la acusaci¨®n de malversaci¨®n agravada para Puigdemont, por ejemplo, aunque le retir¨® la de sedici¨®n. Decenas de independentistas tienen en el horizonte duras condenas y costes patrimoniales importantes. Y ah¨ª se sit¨²a el coraz¨®n de la negociaci¨®n que viene.
La sesi¨®n del jueves dej¨® clar¨ªsimo que solo hay dos opciones: o S¨¢nchez logra un acuerdo y es presidente, o habr¨¢ repetici¨®n electoral. Alberto N¨²?ez Feij¨®o no tiene ninguna posibilidad y solo puede confiar en esa segunda oportunidad de nuevas elecciones. En el PSOE, donde antes confiaban en que Feij¨®o se estrellara en una investidura fallida, ahora prefieren que no llegue a intentarlo, porque as¨ª no empezar¨¢ a contar el reloj para la convocatoria autom¨¢tica de comicios. El lunes y el martes, el Rey inicia las consultas con los partidos y se ver¨¢ si propone ya un candidato o espera a que se aclare el panorama.
El PSOE y Sumar deben resolver esta complicada madeja de las penas del proc¨¦s, en la que ya se estrellaron en 2022, con un gran coste pol¨ªtico. Ahora, con una novedad, insisten en la coalici¨®n progresista: los espa?oles han votado tras los indultos, las reformas de la sedici¨®n y malversaci¨®n y los acuerdos con EH Bildu. La derecha ha hecho mucha campa?a con eso. Y aun as¨ª, el PSOE ha subido un mill¨®n de votos y ha ganado en Catalu?a, donde Sumar ha sido segundo. ¡°Hicieron un plebiscito, y lo perdieron¡±, resumi¨® S¨¢nchez el mi¨¦rcoles ante sus diputados. As¨ª que la legitimidad pol¨ªtica para esta negociaci¨®n es total, insisten en el partido socialista.
Tambi¨¦n son evidentes los l¨ªmites: el PSOE no acepta un t¨¦rmino como amnist¨ªa, que algunos dirigentes independentistas consideran innegociable. Tampoco un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, la otra gran demanda, aunque en este caso tanto Junts como ERC parecen haberle puesto sordina ante la evidencia de que el marco legal no lo permite. A lo que s¨ª parece dispuesto el Ejecutivo en funciones es a buscar f¨®rmulas para ¡°desjudicializar¡± el conflicto en Catalu?a, la palabra suave que se ha buscado para hablar de reducir las penas de los implicados en la mayor crisis pol¨ªtica espa?ola en los ¨²ltimos a?os.
Las dificultades son grandes. Hay discusi¨®n entre los juristas sobre la constitucionalidad de una medida de car¨¢cter general, similar a una amnist¨ªa. Y adem¨¢s se enfrenta a una casu¨ªstica muy variada en los procesos pendientes, desde personas que colaboraron de alguna forma en el refer¨¦ndum ilegal del 1-O hasta los implicados en incidentes de protesta por las condenas a los l¨ªderes del proc¨¦s. Pero existe un espacio de negociaci¨®n. PSOE y Sumar, con el apoyo de los nacionalismos vasco y gallego, est¨¢n dispuestos a buscar soluciones jur¨ªdicas para cerrar de alguna manera el cap¨ªtulo judicial, seis a?os despu¨¦s. Ahora vendr¨¢n semanas delicadas para bajar a la tierra jur¨ªdica los discursos pol¨ªticos. El PSOE admite que ya ha empezado a estudiar f¨®rmulas, y Sumar ¡ªalgunos de cuyos dirigentes se han manifestado a favor de manera p¨²blica¡ª ha creado un grupo de trabajo para elaborar una posible propuesta. Eso s¨ª, sea cual sea la f¨®rmula pactada, si llegara a producirse, los jueces tendr¨¢n la ¨²ltima palabra para decidir c¨®mo aplicarla.
Ahora queda por saber si Junts y ERC est¨¢n dispuestos a votar s¨ª a la investidura de S¨¢nchez. Los independentistas insisten: sin amnist¨ªa, no habr¨¢ investidura. Con ERC, las cosas est¨¢n bastante engrasadas despu¨¦s de cuatro a?os de acuerdos, pero con Junts todo est¨¢ por hacer. Y el partido de Puigdemont no se conformar¨¢ con meras promesas. ¡°Cobrar por adelantado¡± se ha convertido en una de sus divisas. El Gobierno en funciones lo comprob¨® el jueves, cuando se vio obligado a presentar a primer¨ªsima hora de la ma?ana la solicitud en la UE a fin de que se permita el uso en sus instituciones de las lenguas cooficiales espa?olas, una exigencia de la formaci¨®n independentista para dar su voto en el pleno del Congreso que empezaba a las diez.
El PSOE y Sumar se han dedicado las ¨²ltimas semanas a construir puentes con los de Puigdemont. Los socialistas han llevado la negociaci¨®n directamente, con los ministros F¨¦lix Bola?os y Mar¨ªa Jes¨²s Montero y el secretario de organizaci¨®n, Santos Cerd¨¢n, que trataban con Miriam Nogueras, portavoz de Junts en Madrid, y un protagonismo muy destacado de Jordi Turull, secretario general, uno de los indultados por S¨¢nchez. Yolanda D¨ªaz tambi¨¦n ha tendido puentes con contactos al ¡°m¨¢ximo nivel¡±, seg¨²n sus palabras. D¨ªaz tiene en el exdiputado Jaume Asens a una persona muy bien relacionada con Puigdemont, lo que apunta a que Sumar desempe?ar¨¢ un papel relevante.
La negociaci¨®n para la Mesa del Congreso ha permitido construir algo m¨¢s de confianza, admiten desde ambos lados, pero a¨²n queda much¨ªsimo. El propio Puigdemont ha insistido p¨²blicamente en esa idea de la desconfianza, que, seg¨²n admiten varios dirigentes, es el gran problema de fondo. Y hay otro punto importante: el reconocimiento pol¨ªtico a Puigdemont. La posibilidad de que alguien del PSOE al m¨¢ximo nivel ¡ªCerd¨¢n es el m¨¢s probable¡ª tenga que viajar a Bruselas para encontrarse con ¨¦l es un asunto muy delicado, pero no se puede descartar en las pr¨®ximas semanas. En Sumar asumen que deber¨¢n ofrecer un gesto as¨ª.
En la coalici¨®n conf¨ªan en que Junts saque conclusiones del resultado del 23-J en Catalu?a, seg¨²n diversos dirigentes consultados: los catalanes votaron mayoritariamente a favor de la coalici¨®n de S¨¢nchez ¡ªprimer y segundo partido¡ª y para evitar un Gobierno PP-Vox. Una repetici¨®n electoral podr¨ªa abrir el paso a la derecha y a una enorme frustraci¨®n en Catalu?a, se?alan estos dirigentes, que creen que eso pesar¨¢ en las negociaciones. En Junts, por el contrario, insisten en que su gente no est¨¢ preocupada por eso, que no temen volver a las urnas y que lo importante es lo que se logre en la negociaci¨®n
Habr¨¢ muchas palabras gruesas en las pr¨®ximas semanas y momentos en que el fantasma de las nuevas elecciones volver¨¢ encima de la mesa. Pero la negociaci¨®n de estos d¨ªas ha demostrado varias cosas, seg¨²n dirigentes tanto del Gobierno en funciones como de los independentistas. Primero, que hab¨ªa voluntad de no romper y por eso se ha logrado mantener una gran discreci¨®n. Segundo, que Junts, como antes ERC, ha decidido jugar pol¨ªticamente, un cambio muy importante para una formaci¨®n que durante los ¨²ltimos cuatro a?os no quiso entrar a casi nada e incluso acab¨® fuera del Gobierno catal¨¢n. Y tercero, que las cosas han cambiado mucho desde aquel 2019 en que el PSOE se fue a elecciones anticipadas despu¨¦s de que los independentistas tumbasen los Presupuestos porque exig¨ªan una mesa de partidos con un relator de intermediario.
Los socialistas han ido abriendo v¨ªas impensables hace unos a?os, como los indultos. Todav¨ªa hace un a?o, votaron en contra de permitir el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, ahora aceptado. Los independentistas han ido tambi¨¦n cambiando y parecen dispuestos a abrir el juego. La realidad pol¨ªtica espa?ola, en la que se han ido consolidando los dos bloques, ha empujado al entendimiento entre la coalici¨®n y el independentismo, la ¨²nica forma viable de gobernabilidad en este momento si no hay acuerdo entre PP y PSOE. ¡°Esta es la Espa?a real, es lo que votan los ciudadanos¡±, insisten en la coalici¨®n.
Nadie sabe cu¨¢l ser¨¢ el desenlace. La clave, en el ¨²ltimo momento, adem¨¢s del contenido de la negociaci¨®n, estar¨¢ en los incentivos pol¨ªticos. ?Le interesa a Junts jugar a hacer pol¨ªtica o preferir¨¢ una repetici¨®n electoral? ERC y Sumar sin duda no la quieren. Algunos independentistas incluso creen que es S¨¢nchez el que podr¨ªa estar tentado a una repetici¨®n aprovechando la fractura de la derecha que se vio el jueves y la posible desmovilizaci¨®n que eso provoque en su electorado. El presidente tendr¨ªa un relato claro, explican: pedir una mayor¨ªa m¨¢s fuerte para no ceder m¨¢s de lo sensato a Junts.
En el PSOE insisten en que la repetici¨®n electoral, que ya les sali¨® mal en 2019, no es una opci¨®n. El plan A es ir a fondo en la negociaci¨®n de la investidura. Y est¨¢n dispuestos a ir lejos porque entienden que ha llegado el momento y disponen de legitimidad pol¨ªtica, aunque los l¨ªmites son claros. La repetici¨®n electoral siempre estar¨¢ ah¨ª, sobrevolando las negociaciones, pero precisamente para evitarla. Tampoco hay c¨¢lculos precisos de tiempo, aunque la idea que transmiten los negociadores es que va para largo. S¨¢nchez se enfrenta de nuevo a un giro aparentemente imposible de su manual de resistencia.
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