El PSOE intenta que Junts renuncie a otro ¡®proc¨¦s¡¯ para negociar la amnist¨ªa
Los socialistas se centran en convencer a Puigdemont de que entierre la v¨ªa unilateral. El Gobierno acelera con las lenguas: ya est¨¢n en el Congreso y aprieta en la UE para incluirlas
Seg¨²n la versi¨®n oficial, a¨²n no est¨¢ pasando nada en las conversaciones entre el PSOE y Junts para la investidura de Pedro S¨¢nchez. ¡°Es el momento de Alberto N¨²?ez Feij¨®o¡±, repiten S¨¢nchez y todos los ministros y portavoces socialistas. La realidad es distinta. Las piezas clave se est¨¢n moviendo para llegar a octubre con todo encajado para la recta final de la negociaci¨®n, la m¨¢s dif¨ªcil a la que se ha enfrentado un pol¨ªtico como Pedro S¨¢nchez, acostumbrado a operaciones siempre al l¨ªmite de lo posible. Pero falta, al menos desde la visi¨®n socialista, que cambie un punto decisivo: que Junts renuncie a la unilateralidad ¡ªla amenaza de poner en marcha alg¨²n d¨ªa otro proc¨¦s¡ª para poder negociar la amnist¨ªa.
El PSOE se est¨¢ moviendo a toda velocidad: ha forzado la m¨¢quina para que las lenguas cooficiales puedan usarse este mismo martes en el pleno del Congreso, y el ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, ha trazado una estrategia para intentar que el catal¨¢n, el gallego y el euskera sean aceptadas tambi¨¦n como lenguas oficiales de la UE, algo que se augura m¨¢s complicado de lograr.
Este martes, seg¨²n fuentes del Ejecutivo, en la reuni¨®n del Consejo de Asuntos Generales en Bruselas, Albares apostar¨¢ fuerte por esa iniciativa, aunque a¨²n no habr¨¢ votaci¨®n porque hay muchos pa¨ªses con dudas. ¡°Vamos a cumplir lo acordado¡±, se?alan en el Gobierno. Eso es lo que se pact¨® con Junts en agosto: que Espa?a impulsar¨ªa la iniciativa. M¨¢s r¨¢pido podr¨ªa alcanzarse el uso de las lenguas en el Parlamento Europeo, aunque tambi¨¦n hay resistencias, sobre todo de los populares. El PSOE ve detr¨¢s de todos estos movimientos al PP de Feij¨®o y Esteban Gonz¨¢lez Pons, que tiene mucha influencia sobre Manfred Weber, presidente del PPE, muy cercano a sus aliados espa?oles y muy cr¨ªtico con S¨¢nchez en recientes entrevistas.
Sumar tambi¨¦n se ha movido sin parar, con el paso m¨¢s fuerte: el viaje de Yolanda D¨ªaz a Bruselas para reunirse con Carles Puigdemont el 4 de septiembre, con el que le daba una legitimidad pol¨ªtica que el l¨ªder de Junts no hab¨ªa tenido en los ¨²ltimos seis a?os, desde que huy¨® de Espa?a para esquivar a la justicia.
Ahora tambi¨¦n lo ha hecho el PNV, en un gesto muy calculado, como casi siempre en este partido centenario que una vez m¨¢s consigue estar en el centro del tablero. En 2017, la ruptura entre Puigdemont y Andoni Ortuzar fue muy dura. El PNV hab¨ªa mediado entre el entonces president y Mariano Rajoy para intentar evitar una declaraci¨®n de independencia y la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. Pero Puigdemont declar¨® la independencia, y esa herida entre los dos partidos nacionalistas qued¨® abierta mucho tiempo. Ahora se ha cerrado con el primer viaje de Ortuzar a Waterloo.
Fuentes del PNV se?alan que no ser¨¢n mediadores entre Puigdemont y el PSOE y que no habr¨¢ estrategia concertada PNV-Junts, como s¨ª la hay entre ERC y Bildu. Pero existe sinton¨ªa: ¡°Junts y PNV vemos que las urnas nos dan posibilidad a los dos de aportar estabilidad al Estado y avanzar en el tema territorial y el modelo de Estado¡±, se?alan. En el Gobierno se ha recibido como una muy buena noticia ese encuentro: el PNV siempre ha apostado por el acuerdo, as¨ª que lo ven como una buena influencia para Junts.
Tambi¨¦n ERC se est¨¢ moviendo, al asumir p¨²blicamente que la ley de amnist¨ªa no se puede aprobar antes de la investidura, como reclama Junts, y sobre todo que mantener la amenaza de la ruptura unilateral no tiene sentido en medio de esta negociaci¨®n.
?Y Junts? Dio un paso muy relevante al apoyar en el Congreso la presidencia de la socialista Francina Armengol el 17 de agosto. En el Gobierno tambi¨¦n valoran que Puigdemont, en su intervenci¨®n p¨²blica del pasado 5 de septiembre, no planteara el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n como una condici¨®n b¨¢sica de la negociaci¨®n, algo que la habr¨ªa hecho inviable.
Sin embargo, en el PSOE creen que que tiene que dar muchos m¨¢s pasos y renunciar a sus posiciones de m¨¢ximos, porque si no ser¨¢ imposible para los socialistas dar el enorme salto que supone una ley de amnist¨ªa que s¨ª est¨¢n dispuestos a explorar.
Puigdemont, seg¨²n las fuentes consultadas, ya ha recibido el mensaje de que un elemento decisivo para poder negociar en serio con el PSOE es que ¨¦l abandone la defensa de la unilateralidad, que deje de decir ¡°lo volveremos a hacer¡±. A pesar de que ahora parece inviable otro proc¨¦s ¡ªel independentismo es mucho m¨¢s d¨¦bil que en 2017, el PSC ha sacado m¨¢s votos que ERC, Junts y la CUP juntos y la Diada de la semana pasada ha sido la menos concurrida desde 2012, quitando los a?os de pandemia¡ª, para el PSOE es muy complicado negociar una amnist¨ªa con alguien que no renuncia a reincidir.
Este ser¨¢ uno de los elementos clave de la negociaci¨®n y, aunque Puigdemont dijo el 5 de septiembre que nunca renunciar¨¢ a la unilateralidad y su negociadora, Miriam Nogueras, insisti¨® este mismo s¨¢bado en que no se mover¨¢ ¡°ni un mil¨ªmetro¡± de sus posiciones, en el PSOE y en Sumar ven posible buscar soluciones.
El gran problema pol¨ªtico es la pugna de Junts y ERC. Puigdemont y los suyos sostienen que ERC cede demasiado y que ellos no lo har¨¢n. Pero entre muchos dirigentes se ha instalado la convicci¨®n de que Junts ceder¨¢ en cosas importantes, al igual que los socialistas. De hecho, S¨¢nchez y el PSOE est¨¢n dispuestos a una amnist¨ªa que hasta las elecciones del 23-J rechazaban de plano.
Si no hay ninguna concesi¨®n y Puigdemont se mantiene inm¨®vil en sus posiciones de m¨¢ximos, entonces la opci¨®n de una repetici¨®n electoral volver¨ªa a ganar enteros. Nadie la descarta, pero todos quieren ahuyentarla. ¡°Una repetici¨®n electoral es un riesgo para todos. Junts, con el peor resultado de su historia [baj¨® de los 400.000 votos y fue quinto, por detr¨¢s del PP] tiene una posici¨®n muy relevante. Es dif¨ªcil mejorarla con otras elecciones¡±, resume un dirigente.
El PSOE tampoco est¨¢ interesado en la repetici¨®n, aunque algunos sondeos se?alen que podr¨ªa mejorar posiciones. El riesgo es enorme, y los socialistas vienen de un golpe dur¨ªsimo en las auton¨®micas y municipales, donde perdieron buena parte de su poder. Esto tambi¨¦n juega internamente a favor de S¨¢nchez, y por eso su entorno insiste en que en el PSOE no habr¨¢ ninguna revuelta contra la ley de amnist¨ªa m¨¢s all¨¢ de las cr¨ªticas de algunos miembros muy destacados de la vieja guardia, encabezados por el hombre que m¨¢s a?os dirigi¨® a los socialistas: Felipe Gonz¨¢lez.
¡°Para el PSOE es un enorme alivio ser capaz de gobernar despu¨¦s del fiasco de mayo. Se va a aferrar a eso. Y tambi¨¦n el mundo progresista. La gente quiere un Ejecutivo progresista y evitar a toda costa que la coalici¨®n PP-Vox llegue a gobernar Espa?a¡±, remata otro dirigente del PSOE.
Pese a la enorme presi¨®n que se vive fuera, sobre todo con la movilizaci¨®n de la derecha, que prepara el terreno para un octubre muy caliente, internamente no hay grandes tensiones. Una prueba se vivi¨® esta semana en la ejecutiva socialista. Cuando Santos Cerd¨¢n, secretario de Organizaci¨®n, anunci¨® la expulsi¨®n de Nicol¨¢s Redondo Terreros por ¡°reiterado menosprecio¡± hacia el partido, no hubo ni un comentario. Cerd¨¢n dijo: ¡°?Queda aprobado?¡±, y hubo silencio. As¨ª qued¨® aprobado por unanimidad, seg¨²n fuentes presentes en la reuni¨®n.
S¨¢nchez y su c¨²pula no tienen pues un problema interno para negociar una ley de amnist¨ªa. S¨ª lo tienen fuera, con presi¨®n de la oposici¨®n pero tambi¨¦n de personas cercanas al PSOE. El art¨ªculo del escritor Javier Cercas esta semana en EL PA?S contra la amnist¨ªa ha causado impacto en los socialistas. El entorno de S¨¢nchez insiste en que cuando llegue su turno explicar¨¢n su plan, y conf¨ªan en convencer a los que tienen dudas, como Cercas. Pero antes necesitan que Puigdemont rebaje sus m¨¢ximos para construir un marco de negociaci¨®n razonable. Eso es justo lo que se est¨¢ intentando, mientras se insiste en que no est¨¢ pasando nada.
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