El PP suspende en ¡°igualdad¡±

Hubo desquite y acritud en gritos como ¡°Puigdemont, a la prisi¨®n¡±. Escasos. As¨ª que el voxismo solo emergi¨® cuando Alberto N¨²?ez Feij¨®o le agradeci¨® su apoyo. La asistencia fue poco m¨¢s que de mitin-boutique, para un ¡°partido de Estado¡± que se juega la investidura a horas vista: calcul¨® 40.000 personas, un tercio de los asistentes a la manifestaci¨®n indepe de la Diada.

Los teloneros pasaron sin gloria, pero les aplaudieron m¨¢s. Isabel D¨ªaz Ayuso, en plan callejero, sembraba lemas (¡°De ninguna manera¡±) y se refocilaba en la sangre causada por el terrorismo, su caduco lema. De la vacuidad en Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar solo destac¨® la falsedad de que los suyos est¨¢n donde han ¡°estado siempre, con la Constituci¨®n¡±, como si ¨¦l la hubiera votado en 1978, y no mostrado ¡°beligerancia¡± contra su aprobaci¨®n. Y de la mochila de ataques de Feij¨®o a Pedro S¨¢nchez, solo sobresali¨® su evocaci¨®n de la Constituci¨®n de C¨¢diz, de 1812 (la primera liberal), consagrando la soberan¨ªa nacional. Pero, ay, olvid¨® que la misma tambi¨¦n reconoc¨ªa la prerrogativa de gracia.

Super¨® a todos, Feij¨®o incluido, en tono, articulaci¨®n y (t¨ªmido) esbozo de argumentos, Mariano Rajoy. Asever¨® que ¡°lo ¨²nico que mejor¨®¡± la convivencia entre catalanes ¡°fue la aplicaci¨®n de la ley y del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n¡±. Sin negar que su propia par¨¢lisis negociadora la hiciese inevitable, recu¨¦rdese que el ritmo de altercados continu¨® en 2018 y hasta dos a?os despu¨¦s del 1-O, con violencias y asedio al aeropuerto no muy convivenciales. Fueron los indultos los que actuaron como ibuprofeno. Rajoy fue casi el ¨²nico en referirse al lema de la convocatoria: ¡°Frente a la amnist¨ªa, igualdad¡±. Consiste aquella, dijo, en que unos tengan ¡°bula para delinquir y los dem¨¢s se sometan al imperio de la ley¡±.

Anima que la derecha asuma la igualdad ante la ley (si bien recele de sus concreciones, la igualdad de oportunidades, social, econ¨®mica, de g¨¦nero¡­), aunque tarde, como le ocurri¨® con la libertad, y ya veremos con la fraternidad. Suele ir con retraso: como con el divorcio, el aborto, la reforma laboral. Pero a¨²n debe aprender que la igualdad no es uniformista. Supone el mismo trato a quienes ostentan igual situaci¨®n jur¨ªdica, pero distinto a quienes la exhiben diferente. Iguales con los iguales, distintos con los desiguales. Acudan al diccionario de la RAE. Define que el principio de igualdad admite excepciones si ¡°existe una justificaci¨®n fundada y razonable¡±. O a la doctrina, que fundamenta la clemencia o la gracia en ¡°la existencia de una situaci¨®n excepcional y presumiblemente irrepetible¡± por la ¡°singularidad del caso¡± y sus efectos sociales (Gustavo Zagrebelsky, ¡°Amnistia, indulto e grazia¡±, Mil¨¢n, 1974). O a nuestro Tribunal Constitucional, que defini¨® en 1999 la igualdad como ¡°la identidad sustancial de las situaciones jur¨ªdicas que se comparan¡±. La gracia se vierte a los delincuentes. No se puede otorgar amnist¨ªa o indulto a quienes no hayan delinquido. Y hacerlo (con motivo s¨®lido) a culpables no supone menoscabo a los inocentes. Son casos distintos.