Cr¨®nica de una investidura encarnizada
S¨¢nchez y Feij¨®o protagonizan un tenso debate como preludio de una legislatura al rojo vivo. El l¨ªder socialista acusa al PP de haberse mimetizado con la ¡°ultraderecha¡± mientras el popular se erige en portavoz de ¡°la mayor¨ªa de los espa?oles¡±. Junts advierte al futuro Gobierno de que tendr¨¢ que ganarse su apoyo ¡°pieza a pieza¡±
No hubo patada en la espinilla del rival que se ahorrasen los contendientes. Salieron el Falcon presidencial, la corrupci¨®n del PP, la pormenorizada lista de declaraciones de Pedro S¨¢nchez negando que har¨ªa lo que luego hizo, la vieja amistad de Alberto N¨²?ez Feij¨®o con un capo gallego y un sinf¨ªn de cosas m¨¢s, ninguna agradable. El l¨ªder socialista se carcaje¨® literalmente en la tribuna de su hom¨®logo popular por la afirmaci¨®n de este en su investidura fallida de que no es presidente porque no quiere. El segundo se mof¨® del primero asegurando que lleg¨® a la presidencia sin apenas m¨¢s curr¨ªculo que haber sido concejal de Madrid. ¡°Nadie ha hecho m¨¢s por el separatismo que usted¡±, dispar¨® Feij¨®o contra S¨¢nchez. ¡°Nadie ha hecho m¨¢s por Vox al frente del PP que usted¡±, devolvi¨® el presidente en funciones y candidato a la reelecci¨®n.
Se tem¨ªa por lo que pudiese ocurrir en la calle en la primera jornada del debate parlamentario de investidura que este jueves, salvo sorpresa, refrendar¨¢ a S¨¢nchez como jefe del Ejecutivo. Durante el d¨ªa, los grupos ultras reunieron apenas unos cientos de personas, que el gran despliegue policial ¡ª1.600 agentes¡ª mantuvo lejos del Congreso de los Diputados. Donde s¨ª se cumplieron milim¨¦tricamente las previsiones de bronca fue dentro del hemiciclo.
El ataque del PP por la ley de amnist¨ªa a los independentistas catalanes encausados por el proc¨¦s result¨® todo lo feroz que cab¨ªa esperar. Y S¨¢nchez tampoco se puso freno en la r¨¦plica, mientras escuchaba gritos de ¡°traidor¡± o ¡°trilero¡± desde los esca?os populares. Cuando los o¨ªdos a¨²n no se hab¨ªan recuperado del encarnizado duelo entre los dos principales l¨ªderes, lleg¨® Santiago Abascal a poner la guinda. Reiter¨® su idea de que la aprobaci¨®n de la ley de amnist¨ªa equivale a un golpe de Estado y compar¨® a S¨¢nchez con Hitler, Ner¨®n y ¡°los mayores criminales de la historia¡±. Despu¨¦s de que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, lo conminase a retirar esos t¨¦rminos, Abascal vio confirmada su idea de que en Espa?a se ha esfumado la democracia y abandon¨® la sesi¨®n con todo su grupo.
Fuera de la bronca con la derecha, el debate tambi¨¦n dej¨® una advertencia a S¨¢nchez sobre lo que le espera tras haber completado su mayor¨ªa con un socio tan voluble y en posiciones tan duras como Junts. El discurso del dirigente socialista, muy alejado de las concesiones al lenguaje independentista del acuerdo firmado la pasada semana con el partido de Carles Puigdemont, no gust¨® nada a este. Y su portavoz, M¨ªriam Nogueras, advirti¨® de que, a pesar de que se hab¨ªa hablado de un compromiso para toda la legislatura, el futuro Gobierno tendr¨¢ que ganarse su apoyo ¡°pieza a pieza¡±.
La pol¨ªtica espa?ola se mueve sobre todo a la contra. Lo evidenci¨® esta sesi¨®n de investidura, como lo hab¨ªa hecho en septiembre la fallida de Feij¨®o. Entonces, el popular orill¨® la presentaci¨®n de un programa de Gobierno ¡ªlo que se supone que deber¨ªa ser el motivo principal del discurso del candidato¡ª para dedicarse a hacer oposici¨®n a un Ejecutivo y a una futura ley ¡ªla de amnist¨ªa¡ª que en ese momento eran puramente hipot¨¦ticos. S¨¢nchez hizo este mi¨¦rcoles algo parecido. Arranc¨® mostrando su total respeto por los centenares de miles de personas que se manifestaron el domingo junto al PP contra las futuras medidas de gracia. Por un momento, pareci¨® que iba a coger por los cuernos desde el inicio al toro m¨¢s bravo. Pero no. De inmediato se lanz¨® a un largu¨ªsimo excurso, muy ideol¨®gico, sobre los peligros que acechan al mundo de hoy y que ha llevado a muchas personas, de Estados Unidos a Argentina, a echarse en manos de la extrema derecha. Esas ¡°ideas reaccionarias¡± est¨¢n prosperando, advirti¨® S¨¢nchez, por el apoyo de la ¡°derecha tradicional¡±. Y de ah¨ª lleg¨® a donde quer¨ªa: un exhaustivo memorial contra las medidas y los pronunciamientos m¨¢s controvertidos de los gobiernos conjuntos entre el PP y Vox en comunidades y ayuntamientos, desde el frenazo a las pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico a los recortes en servicios sociales. A eso dedic¨® 40 de los 100 minutos que durar¨ªa su discurso, con el objetivo de preparar el terreno a sus argumentos en defensa de la amnist¨ªa.
Los populares se impacientaban. En su mente solo hab¨ªa un tema y los rumores ocasionales recorr¨ªan sus esca?os. ¡°?Amnist¨ªa!¡±, grit¨® uno de sus diputados. Pero S¨¢nchez no se inmut¨® y entr¨® en una fase propositiva, m¨¢s acorde con el papel que se le supone a un candidato a la presidencia. Frente a esa ¡°derecha retr¨®grada¡± se alza un ¡°Gobierno progresista¡±, que ¡°ensancha los derechos sociales¡± y que lucha contra la desigualdad. Y anunci¨® medidas: gratuidad del transporte para j¨®venes y parados, ampliaci¨®n hasta junio de la rebaja del IVA a algunos alimentos o refuerzo del servicio de salud mental.
Ese discurso condujo finalmente a la esperada defensa de la amnist¨ªa. La idea era exponer que para continuar con esas pol¨ªticas y evitar que Espa?a caiga bajo la ¡°ola reaccionaria¡± son necesarios pactos. Y estos exigen la amnist¨ªa, que es ¡°perfectamente legal y acorde a la Constituci¨®n¡±, asegur¨® S¨¢nchez (luego tendr¨ªa que encajar la lectura, por parte de Feij¨®o y de Abascal, de una retah¨ªla de antiguas declaraciones suyas y de miembros de su Gobierno defendiendo lo contrario). El candidato parti¨® del reconocimiento de que en Catalu?a existe un importante n¨²mero de ciudadanos que quieren salir de Espa?a y se?al¨® que frente a eso hay dos posibles reacciones. Una, la que aplic¨® el PP, es ¡°la v¨ªa de la imposici¨®n y la crispaci¨®n¡±, que condujo al ¡°desastre¡± y a la ¡°mayor crisis constitucional¡± de la democracia. La otra, la suya, es la apuesta por el ¡°di¨¢logo y el entendimiento¡±, la que opone el ¡°reencuentro a la venganza¡±.
S¨¢nchez asegur¨® que las protestas de la derecha no se producen por la amnist¨ªa, sino ¡°porque no aceptan los resultados electorales¡±. Luego, en las r¨¦plicas a Feij¨®o, incluso conjetur¨® que este hubiese aceptado las medidas de gracia para lograr el apoyo de Junts si no fuera porque necesita a Vox.
El PP vive en estado de euforia por el gran eco que lograron las manifestaciones del domingo. El j¨²bilo de los populares era patente antes incluso de iniciarse la r¨¦plica de su l¨ªder, recibido con una ovaci¨®n como en las grandes ocasiones. Y en cuanto empez¨® a hablar, las salvas de aplausos, cada vez m¨¢s entusiastas, acompa?aron constantemente su discurso. Feij¨®o compareci¨® desatado desde el primer minuto, alzando la voz mucho m¨¢s que de costumbre. Se arranc¨® gritando una docena de noes por si alguien no tuviese clara su postura. Tras quejarse de que S¨¢nchez hab¨ªa ¡°insultado¡± a los presidentes auton¨®micos de su partido, lo acus¨® de haber ¡°perdido la raz¨®n¡±, de ¡°no tener l¨ªmite legal ni ¨¦tico¡± o de sufrir ¡°una patol¨®gica ambici¨®n¡±. ¡°Usted no ha conseguido el apoyo de nadie, lo ha comprado¡±, arremeti¨®. Volvi¨® a considerar que la investidura a cambio de una amnist¨ªa que no figuraba en el programa electoral del PSOE constituye un ¡°fraude¡± y se erigi¨® en portavoz de ¡°la mayor¨ªa de los espa?oles¡± para reiterar su exigencia de nuevas elecciones. S¨¢nchez le replic¨® con sarcasmo: ¡°?Para qu¨¦ quiere repetirlas si dice que las ha ganado?¡±. Pese a todo, y aunque hasta entonces el discurso del l¨ªder popular sonase a otra cosa, Feij¨®o acab¨® reconociendo como leg¨ªtimo al futuro Gobierno de S¨¢nchez.
Pero el ¨¢spero duelo con Feij¨®o no fue el momento m¨¢s comprometido para S¨¢nchez. Este lleg¨® con Nogueras, la portavoz de los siete votos decisivos para la investidura. Junts ya hab¨ªa transmitido su malestar por el discurso de S¨¢nchez, que consideraba que hab¨ªa obviado sus acuerdos, e incluso lo traslad¨® al secretario de organizaci¨®n del PSOE, Santos Cerd¨¢n. ¡°No ha abordado el tema de manera valiente como estaba en el acuerdo¡±, le espet¨® Nogueras desde la tribuna. Y en consecuencia anunci¨®: ¡°En lugar de ganarse la estabilidad de la legislatura, tendr¨¢ que ganarla pieza a pieza¡±. El PSOE, afirm¨® la portavoz de Junts, ¡°no ha dejado de ser el partido que abraz¨® con entusiasmo el [art¨ªculo] 155 [de la Constituci¨®n]¡å por mucho que haya pactado con ¨¦l.
S¨¢nchez reaccion¨® con pies de plomo para no poner en peligro el delicado equilibrio alcanzado con el partido de Puigdemont y apenas se extendi¨® en la r¨¦plica. Insisti¨® en que, pese a sus recientes acuerdos, las posiciones de ambos partidos son ¡°radicalmente diferentes¡±. Pero remat¨® con una promesa para apaciguar la contrariedad de sus interlocutores: ¡°Durante esta legislatura daremos pasos para resolver definitivamente este conflicto¡±.
Junts, por su parte, tambi¨¦n tuvo que escuchar lo suyo de la otra formaci¨®n independentista catalana. El portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n, se hab¨ªa arrancado en castellano hasta que se pas¨® al catal¨¢n justo para atacar a sus antiguos socios. Lament¨® que en la anterior legislatura, cuando ERC ya apoy¨® a S¨¢nchez, Junts los convirti¨® en un ¡°saco de boxeo¡± y los acus¨® de pactar ¡°a cambio de nada¡±, pese a lograr, entre otras cosas, los indultos a los condenados por el Tribunal Supremo. En modo ir¨®nico, prometi¨® que a partir de ahora estar¨¢n al lado del partido de Puigdemont ¡°cuando el PSOE intente enga?arlos, que lo intentar¨¢¡±.
El apoyo a S¨¢nchez le lleg¨® de la l¨ªder de Sumar, Yolanda D¨ªaz, aunque antes dej¨® claras algunas diferencias con el PSOE. Empezando por la cuesti¨®n catalana, al recordar que su espacio pol¨ªtico se opuso en su d¨ªa a aplicar el art¨ªculo 155 y siempre defendi¨® medidas de gracia. ¡°La amnist¨ªa refuerza la democracia¡±, sentenci¨®. Pero D¨ªaz centr¨® su discurso en cuestiones econ¨®micas y laborales, marcando tambi¨¦n distancias con el PSOE en materia de impuestos o vivienda.
La previsi¨®n es que S¨¢nchez sea reelegido este jueves, salvo que el encontronazo con Junts depare a¨²n alg¨²n giro a un guion que dura ya casi cuatro meses.
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