El Supremo descarta la conjetura de que el im¨¢n de Ripoll, ¡®cerebro¡¯ de los atentados de Barcelona en 2017, siga vivo
El alto tribunal confirma la pena de c¨¢rcel para dos de los condenados y rebaja sustancialmente la de un colaborador
La verdad judicial definitiva sobre los atentados yihadistas del 17 de agosto de 2017 en Barcelona, que dejaron 16 muertos, m¨¢s de un centenar de heridos y cientos de afectados, ya est¨¢ negro sobre blanco. El Tribunal Supremo acaba de dictar la sentencia que confirma las penas de prisi¨®n a los dos principales acusados y rebaja sustancialmente la de un tercer condenado por colaborador, aunque, sobre todo, descarta que el presunto cerebro de los ataques, el im¨¢n Abdelbaki Es Satty, siga vivo, una conjetura que hab¨ªa sido alentada por parte del independentismo en Catalu?a.
En mayo de 2021, la Audiencia Nacional conden¨® a tres personas por el mayor atentado yihadista en Espa?a tras los ataques del 11-M en Madrid: Driss Oukabir, Mohamed Houli y Said Ben Iazza. Ninguno de ellos particip¨® directamente en la masacre: los autores del atropello masivo en La Rambla de Barcelona y del ataque nocturno en el paseo mar¨ªtimo de Cambrils, horas m¨¢s tarde, murieron abatidos por los Mossos d¡¯Esquadra, por lo que quienes se sentaron en el banquillo fueron acusados ¨²nicamente de ayudar a preparar los atentados. El plan inicial de la c¨¦lula de Ripoll era cargar una furgoneta con explosivos y volar edificios emblem¨¢ticos de Barcelona (como la Sagrada Familia), pero una explosi¨®n fortuita en la casa que ten¨ªan ocupada en Alcanar (Tarragona) ech¨® al traste sus planes. Fue entonces cuando el grupo decidi¨® el atropello de La Rambla, al estilo del que otros yihadistas hab¨ªan cometido antes en ciudades europeas.
Oukabir y Houli fueron condenados a 36 y 43 a?os de c¨¢rcel respectivamente por delitos de pertenencia a organizaci¨®n terrorista, fabricaci¨®n de explosivos y estragos de car¨¢cter terrorista. Recurrieron la sentencia ante el Supremo al considerar que se hab¨ªa vulnerado su derecho a la defensa al haber visto limitado su acceso a un abogado. La sala concluye que hubo ¡°razones imperiosas¡± para acordar la incomunicaci¨®n de ambos una vez que fueron detenidos, cuando los ataques ya se hab¨ªan consumado. La sala descarta tambi¨¦n otro de los argumentos de la defensa: que las pruebas no se obtuvieron de forma fiable.
Los magistrados s¨ª estiman, en cambio, el recurso del tercer condenado: Said Ben Iazza, que fue sentenciado inicialmente a ocho a?os de c¨¢rcel y ha visto rebajada la pena a 18 meses de prisi¨®n. Existen ¡°dudas razonables¡±, dice el Supremo, de que, al prestar una furgoneta y documentaci¨®n al grupo de chicos de Ripoll que le visitaba con frecuencia en su carnicer¨ªa de Vinar¨°s (Castell¨®n), fuera consciente de que estaba colaborando en la preparaci¨®n de un atentado. ¡°No consideramos suficientemente acreditado que contara con una sospecha cualificada¡±, reza la sentencia. Su actitud, sin embargo, supuso ¡°un grave incumplimiento de los deberes de cuidados¡± que acab¨® suponiendo una ¡°colaboraci¨®n eficaz¡± con la c¨¦lula del 17-A. Por ese motivo ha sido condenado por cooperaci¨®n con grupo terrorista por imprudencia grave.
La confabulaci¨®n de Es Satty
Algunas de las acusaciones recurrieron tambi¨¦n ante el Supremo con el argumento de que el proceso penal en la Audiencia Nacional hab¨ªa vulnerado el derecho de las v¨ªctimas a conocer la verdad. En particular, en lo referente al supuesto cerebro de los ataques, el im¨¢n marroqu¨ª Abdelbaki Es Satty, que capt¨® y radicaliz¨® a los j¨®venes de Ripoll. Seg¨²n todos los indicios recogidos por los investigadores, Es Satty muri¨® de forma accidental, la v¨ªspera del 17 de agosto de 2017, en la explosi¨®n de la casa de Alcanar que el grupo hab¨ªa convertido en un centro de almacenamiento de sustancias explosivas para emplear en los ataques.
Jaume Alonso-Cuevillas, diputado de Junts y abogado de Javier Mart¨ªnez ¡ªel padre de Xavi, el ni?o de tres a?os muerto en el atropello m¨²ltiple en La Rambla¡ª sostuvo la teor¨ªa de que el im¨¢n segu¨ªa vivo. Ciertos sectores del independentismo catal¨¢n se sumaron a esa hip¨®tesis y sostuvieron adem¨¢s, tras los atentados, que el Estado conoc¨ªa los planes de los terroristas porque Es Satty hab¨ªa trabajado como confidente para los servicios secretos. Comenz¨® entonces una campa?a para conocer ¡°la verdad¡± sobre el caso, pese a los esfuerzos de los investigadores de los Mossos d¡¯Esquadra.
El Supremo descarta la conjetura de que Es Satty siga vivo y critica la postura de esas acusaciones en el proceso. ¡°Desacreditan los hechos probados partiendo de la idea de que el proceso es un mecanismo omnisciente, por lo que cualquier sombra de incerteza solo puede interpretarse como producto de una deliberada voluntad de ocultaci¨®n¡±. Uno de los argumentos de las acusaciones era que el tel¨¦fono m¨®vil del im¨¢n no apareci¨® entre las ruinas de la casa de Alcanar. El tribunal recuerda que la explosi¨®n fue devastadora, y que los cuerpos de dos de sus ocupantes (el im¨¢n y otro miembro de la c¨¦lula) quedaron destrozados. Para el tribunal, es ¡°much¨ªsimo m¨¢s plausible¡± considerar que esa p¨¦rdida fue consecuencia de la destrucci¨®n, y uno de la supuesta ¡°manipulaci¨®n y confabulaci¨®n de todos los agentes del Tedax de los Mossos d¡¯Esquadra¡± que buscaron evidencias entre los escombros.
El destino dado al cad¨¢ver de Es Satty tambi¨¦n levant¨® dudas y sospechas, a las que la sala ¡ªformada por los magistrados Manuel Marchena, Juan Ram¨®n Berdugo, Antonio del Moral, Andr¨¦s Palomo y Javier Hern¨¢ndez¡ª tambi¨¦n responde. Es cierto que su cuerpo no fue reclamado por los familiares en Marruecos, pero el Supremo concluye, tal y como hab¨ªa dicho la Audiencia Nacional, que puede haber muchas razones para ello: emocional, econ¨®mica (por ¡°imposibilidad de asumir los costosos gastos del traslado¡±) e incluso religiosa. ¡°Desconocemos qu¨¦ concretos restos humanos de Es Satty fueron enterrados en Espa?a y si concurren razones religiosas para su no repatriaci¨®n al no poderse cumplir con las reglas que disciplinan el enterramiento seg¨²n la tradici¨®n isl¨¢mica¡±, afirma la sentencia.
La supuesta inacci¨®n, o incluso negligencia, de los servicios secretos del Estado a la hora de evitar los atentados tambi¨¦n fue puesta por la mesa por el sector del independentismo m¨¢s cercano a Junts per Catalunya. Durante su estancia en una prisi¨®n de Castell¨®n para cumplir una pena de prisi¨®n por tr¨¢fico de drogas, entre 2010 y 2014, Es Satty recibi¨® cuatro visitas de agentes de la Guardia Civil que, presuntamente, pretend¨ªan captarle como informante. El tribunal, en cualquier caso, se?ala que no se ha solicitado ni una sola diligencia sobre una posible vinculaci¨®n del im¨¢n con los servicios del Estado en el tiempo en que se produjeron los atentados.
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