N¨®madas digitales: c¨®mo sacar la tecnolog¨ªa del paseo de la Castellana y distribuirla por Espa?a
Empleados de la empresa p¨²blica Ineco teletrabajan desde municipios despoblados para ayudar a digitalizar comercios y peque?os negocios
Un centro de yoga, una empresa de alquiler de bicis el¨¦ctricas o un taller de construcci¨®n de violines. Son proyectos empresariales dispares que tienen en com¨²n que quienes los dirigen residen y trabajan en alguno de los cinco municipios navarros que conforman la Mancomunidad de And¨ªa (Ab¨¢rzuza, Gues¨¢laz, Lez¨¢un, Salinas de Oro y el Valle de Yerri), una zona en la que apenas viven 2.850 personas. Las tres empresas han participado adem¨¢s en alguna de las formaciones del Ineco ruralTIC 2.0, un programa de voluntariado que organiza e impulsa Ineco, la ingenier¨ªa y consultor¨ªa del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Profesionales de esta entidad salen de las grandes ciudades como Madrid para trasladarse durante dos semanas a ¡°municipios de menos de 10.000 habitantes para compatibilizar su trabajo en remoto con unas horas de voluntariado para ayudar a los habitantes y empresas de esos peque?os municipios a mejorar sus habilidades digitales¡±, explica Sergio V¨¢zquez, presidente de Ineco.
Esta es la segunda edici¨®n de una iniciativa en la que participan 90 municipios de 31 provincias distintas, unas cifras que doblan las de la primera tanda. Son los propios consistorios quienes solicitan participar, como hizo la Mancomunidad de And¨ªa. En esta entidad trabaja la t¨¦cnica Elena Cereceda, que subraya que lo que m¨¢s les atrajo fue el formato: ¡°Tener dos expertos en la zona que se sumergen en el territorio es una f¨®rmula que me parece muy interesante. Ya hab¨ªamos hecho otros cursos, pero eran m¨¢s largos y muchas veces exceden la necesidad real de la gente. Sin embargo, tener una persona a tu disposici¨®n para resolver tus dudas, por peque?as que sean, es excepcional para nosotros¡±. Los profesionales de Ineco organizan talleres formativos en funci¨®n de las necesidades transmitidas por las entidades locales. Entre las m¨¢s demandadas, la gesti¨®n de p¨¢ginas web, posicionamiento en buscadores o la creaci¨®n de tiendas online.
La formaci¨®n est¨¢ dirigida a la ciudadan¨ªa general, a las peque?as empresas o a aut¨®nomos como I?aki Argui?arena (Montevideo, 1986), que ha montado en el Valle de Gues¨¢laz su propio taller de construcci¨®n artesanal de instrumentos de cuerda frotada, especializado en la familia del viol¨ªn ¡ªArguinarena Dellepiane Luthier¡ª. Este joven, de origen uruguayo, curs¨® sus estudios en Uruguay y Bilbao, residi¨® en el valle durante una temporada para terminar un viol¨ªn y ha decidido montar aqu¨ª su taller: ¡°Estoy comenzando, esta es una carrera larga y me parece muy interesante aprender todo tipo de herramientas para desarrollar mi proyecto. Mi trabajo funciona mucho de boca en boca, hay que hacerse un prestigio entre los profesionales de la m¨²sica, hay que crear ese c¨ªrculo de confianza. Es un proceso lento. Es importante estar mapeado, que la gente haya escuchado de ti, que, aunque no te conozcan, sepan que ah¨ª est¨¢s¡±.
Otros, como Garazi Azcona (Pamplona, 1991), que trabaja en Mendi E-Bike, una empresa de bicicletas el¨¦ctricas de alquiler y rutas guiadas, busca formarse en el an¨¢lisis de las estad¨ªsticas web. Es una inquietud muy espec¨ªfica y por eso ha optado por estos talleres tan concretos y no por un curso m¨¢s amplio. ¡°Ya tenemos la web activa y estamos trabajando con ella, pero nos falla el an¨¢lisis, las estad¨ªsticas. Tengo que empezar por ah¨ª¡±. Tiene claro tambi¨¦n su objetivo Cheli Moraleja (Erandio, 1963), residente en el pueblo de Azcona. Hace dos a?os que mont¨® su propio centro de yoga en Estella y aspira a ¡°ser m¨¢s visible¡±. ¡°Quiero aprender a manejarme mejor en redes sociales porque soy de la vieja escuela¡±, r¨ªe. Los tres acudieron a uno de los talleres impartidos por Agust¨ªn Mendoza, que ya tiene experiencia como n¨®mada digital en Coa?a (Asturias) y Sahag¨²n (Le¨®n). Una sesi¨®n centrada en la creaci¨®n de p¨¢ginas web y en su posicionamiento en los buscadores.
El programa tambi¨¦n tiene un enfoque social, subraya V¨¢zquez. Se imparten diversos talleres orientados a los mayores para ense?arles, por ejemplo, a manejarse con el WhatsApp o a utilizar la carpeta electr¨®nica de salud. Hay acciones que parecen b¨¢sicas, pero que para algunas personas son muy complicadas, apunta el n¨®mada digital Israel Gonz¨¢lez, experto en proyectos de digitalizaci¨®n, que se estrena esta edici¨®n: ¡°Por ejemplo, hacer un bizum. Hay gente a la que le puede costar mucho porque no conoce esta tecnolog¨ªa y tiene miedo a utilizarla. Tratamos de romper esa barrera para que sepan que, se toque lo que se toque, siempre se puede volver atr¨¢s¡±.
¡°Hay gente que se est¨¢ quedando aislada¡±
Estos talleres tambi¨¦n se imparten a los m¨¢s peque?os. Michelle Wallis (Caracas, 1989) es experta en desarrollo web y colabora de manera habitual en los proyectos de transformaci¨®n digital del Ministerio de Justicia. Repite como n¨®mada digital, en este caso en Villal¨®n de Campos (Valladolid): ¡°Est¨¢ siendo fant¨¢stico porque tocamos muchos sectores diferentes. He trabajado con personas mayores, con hosteler¨ªa y hemos estado tambi¨¦n en un colegio impartiendo charlas de seguridad en internet sobre la huella digital¡±. Es un abanico muy extenso de ¨¢mbitos, reconoce: ¡°Hemos pasado de ense?ar al abuelo que quiere mandarle fotos o hablar con su nieto a ayudar a aquellas personas que ya tienen un nivel medio en inform¨¢tica y quieren saber cosas m¨¢s espec¨ªficas en el ¨¢mbito econ¨®mico¡±. De cara a futuras ediciones, quedan cuestiones por mejorar, se?ala Cereceda, como la difusi¨®n de las actividades: ¡°No est¨¢ viniendo tanta gente como nos gustar¨ªa, as¨ª que vamos a replantear la estrategia, a ver si son los horarios¡±.
Los tres n¨®madas se muestran m¨¢s que satisfechos con el proyecto. ¡°Es una experiencia muy enriquecedora¡±, asegura Mendoza. ¡°Me llevo el afecto de la gente, conocer nuevos lugares y entiendo que aportamos conocimientos para mejorar la capacidad econ¨®mica y tecnol¨®gica en los comercios y negocios de la zona¡±. Para Wallis, sentir el agradecimiento de los vecinos ha sido clave y reconoce que esta experiencia le ha servido para darse cuenta de que hay riesgo de dejar atr¨¢s a quienes no son h¨¢biles con las nuevas tecnolog¨ªas: ¡°Muchas veces asumimos que los dem¨¢s saben y no siempre es as¨ª. Hay gente que se est¨¢ quedando aislada en el sentido de que no sabe enviar cosas, no puede compartirlas o no sabe meterse en el banco¡±.
¡°Es una experiencia bidireccional¡±, completa Gonz¨¢lez. ¡°Nosotros les proporcionamos ese conocimiento y esta experiencia nos permite probar c¨®mo ser¨ªa trabajar fuera de una oficina en el centro de Madrid¡±. En este sentido, Cereceda defiende la importancia de garantizar que las personas puedan vivir en las zonas rurales. En ellas ¡°tambi¨¦n se puede trabajar, pero hay una realidad y es que a veces la fibra y las conexiones a Internet no son tan buenas como nos gustar¨ªa¡±. Para el presidente de Ineco, este programa permite vislumbrar nuevos planteamientos a futuro: ¡°La econom¨ªa digital rompe barreras y permite que poblaciones que consideramos que est¨¢n aisladas o alejadas de las grandes ciudades puedan ser centros de desarrollo y de actividad profesional, de empleo y de riqueza¡±.
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