El PSOE y Junts buscar¨¢n una salida ¡°creativa¡± para salvar la ley de amnist¨ªa
Ambos socios intentan evitar el choque de trenes, pero S¨¢nchez est¨¢ dispuesto a seguir gobernando incluso si el partido de Puigdemont le retira su apoyo. El l¨ªmite del PSOE es la constitucionalidad
La suerte estaba echada desde la noche del lunes 29 de enero. El PSOE y Junts, despu¨¦s del drama vivido tres semanas antes en la negociaci¨®n in extremis de tres decretos ley, hab¨ªan acordado cambiar algunas cosas en la mec¨¢nica de sus conversaciones: no se pod¨ªa repetir la angustia de esa negociaci¨®n, que se cerr¨® cinco minutos antes de proceder a la votaci¨®n e hizo vivir al Gobierno horas de desconcierto, con millones de euros en ayudas y la subida de las pensiones en juego.
Esta vez, con la ley de amnist¨ªa, ten¨ªa que ser diferente. As¨ª que los negociadores habituales, Santos Cerd¨¢n por el PSOE y Jordi Turull por Junts, se emplazaron a una videoconferencia el lunes por la noche para decirse las cosas claras y evitar sustos de ¨²ltima hora. Por Junts estaba Turull, la portavoz, M¨ªriam Nogueras, y el l¨ªder, Carles Puigdemont (desde Bruselas, donde lleva m¨¢s de seis a?os huido). Por el PSOE, Cerd¨¢n y su mano derecha, Juan Francisco Serrano. La posici¨®n del PSOE era clara y ven¨ªa inspirada por el ministro F¨¦lix Bola?os, principal art¨ªfice de la ley, y su equipo de juristas, que ve¨ªan imposible acceder a lo que exig¨ªa Junts: incluir ¨ªntegramente y sin ning¨²n matiz los delitos de terrorismo y traici¨®n en la amnist¨ªa, a trav¨¦s de su enmienda n¨²mero 29.
La discusi¨®n fue intensa, seg¨²n fuentes de los dos partidos, pero sobre todo pol¨ªtica. Junts pidi¨® ir m¨¢s lejos en la ley para cerrar cualquier v¨ªa de agua ante la presi¨®n de jueces como Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, de la Audiencia Nacional, que quiere imputar por terrorismo a Puigdemont, o Joaqu¨ªn Aguirre, del juzgado n¨²mero 1 de Barcelona, que ve indicios de delito de traici¨®n en la causa sobre la supuesta trama rusa del proc¨¦s. Pero para los socialistas eso supone arriesgarse a algo mucho peor: que toda la ley caiga por una sentencia contraria del Constitucional o de los tribunales europeos, lo que supondr¨ªa un fiasco descomunal.
Esta vez, al menos, no hubo sorpresas. Las dos partes fueron claras. El PSOE fue rotundo: no votar¨ªan esa enmienda de los independentistas. Y Junts tambi¨¦n: rechazar¨ªan la ley para que volviera a comisi¨®n y se reabriera la negociaci¨®n. Aunque estaban sobre aviso, muchos socialistas no se lo acabaron de creer hasta que vieron que efectivamente Junts se atrev¨ªa a votar contra una ley de amnist¨ªa que ellos mismos han negociado, que llevan meses trabajando y que hab¨ªan apoyado hasta en cuatro votaciones en la comisi¨®n la semana anterior. Algunos socialistas estallaron contra el partido de Puigdemont.
¡ªOs hab¨¦is dejado arrastrar por Garc¨ªa-Castell¨®n. Os ha llevado donde quer¨ªa y est¨¢is poniendo en riesgo la ley¡ª, les espetaron a sus interlocutores independentistas, seg¨²n fuentes conocedoras de esas conversaciones.
¡ªLo que no puede ser es que aprobemos una ley de amnist¨ªa y empiece a haber detenidos por todas partes. No podemos dejar que los jueces se r¨ªan en nuestra cara. Tenemos que hacer algo. Hay que blindarla m¨¢s¡ª, contestaban desde Junts.
En los pasillos del Congreso no hab¨ªa ninguna duda. Esta batalla se escenificaba en el hemiciclo, pero el verdadero escenario era otro: la Audiencia Nacional. Y all¨ª ten¨ªa como gran protagonista a Garc¨ªa-Castell¨®n. El veterano juez conservador, que se jubilar¨¢ en octubre a los 72 a?os, ha logrado dominar la agenda pol¨ªtica espa?ola en los ¨²ltimos meses. Ya estuvo a punto de torpedear la investidura de S¨¢nchez cuando, despu¨¦s de cuatro a?os de instrucci¨®n sin se?alar a Puigdemont, hizo un auto en el que implicaba al l¨ªder de Junts por terrorismo precisamente la misma semana, la del 6 de noviembre, en la que se ten¨ªa que cerrar el acuerdo de investidura entre el PSOE y Junts. Los negociadores admiten que ese auto estuvo muy cerca de hacer descarrilar el acuerdo, que finalmente lleg¨® a finales de esa semana. Y ahora, de nuevo, con su ¨²ltimo auto, en el que desarmaba la ¨²ltima enmienda pactada por los socialistas, ERC y Junts, el juez ha logrado poner contra las cuerdas la propia ley, rechazada por el partido de Puigdemont.
Pedro S¨¢nchez no puede hacer ning¨²n reproche en p¨²blico a los jueces. Es una l¨ªnea roja muy clara. De hecho, Bola?os censur¨® las cr¨ªticas que hicieron portavoces independentistas y de Sumar a los magistrados en el debate en el Congreso. Pero el mensaje que el presidente lanz¨® a Junts el jueves desde Bruselas fue n¨ªtido y con ¨¦l se estaba refiriendo, sin citarlo, a Garc¨ªa-Castell¨®n: ¡°Todos los independentistas catalanes van a ser amnistiados porque no son terroristas¡±. Traducido: una llamada a la calma, en la confianza de que la instrucci¨®n que trata de implicar a Puigdemont en delitos de terrorismo quedar¨¢ en nada. Por eso, Junts contesta que no ha pactado una amnist¨ªa ¡°en diferido¡±, porque no quiere esperar a que instancias superiores tumben los movimientos de Garc¨ªa Castell¨®n y quiere algo que le pare los pies ya.
S¨¢nchez remat¨® la comparecencia en Bruselas con una frase que parec¨ªa pensada para el propio Puigdemont, con quien a¨²n no ha tenido ning¨²n contacto pese a que el acuerdo entre sus partidos es decisivo para la legislatura: ¡°Hay que mantener la templanza y la firmeza¡±. El PSOE est¨¢ tratando de convencer a Junts de que no se deje arrastrar por los movimientos de los jueces; que se aferre a una ley que han pactado entre todos y que S¨¢nchez defini¨® como ¡°valiente, reparadora y constitucional¡±. Y que conf¨ªe en que la instrucci¨®n de Garc¨ªa-Castell¨®n, como ha sucedido en ocasiones anteriores con casos relacionados con Podemos, por ejemplo, no prosperar¨¢. No en vano, recuerdan los socialistas, el fiscal del caso, otro conservador nada sospechoso de cercan¨ªa al Gobierno, est¨¢ rechazando con dureza el intento de implicar a Puigdemont en un caso de terrorismo.
S¨¢nchez est¨¢ apostando por convencer a Junts y no se plantea de momento la ruptura, seg¨²n fuentes socialistas. De hecho, en el mitin del s¨¢bado en Ourense culp¨® directa y exclusivamente al Gobierno de Mariano Rajoy (PP) de la crisis territorial del proc¨¦s, y evit¨® mencionar la responsabilidad de la Generalitat y de los partidos independentistas, aunque otras veces lo ha hecho.
¡°Impecable y constitucional¡±
En el entorno del presidente est¨¢n convencidos de que Junts cometi¨® un error en el pleno del martes y de que tiene mucha presi¨®n en Catalu?a para llegar a un acuerdo, por lo que creen que se encontrar¨¢ una soluci¨®n. Los plazos son relativamente flexibles: 15 d¨ªas, que en teor¨ªa acaban el 22 de febrero ¡ªla semana siguiente a las elecciones gallegas¡ª pero que podr¨ªan prorrogarse a un mes. Los socialistas no quieren tocar la ley, pero son conscientes de que Junts necesitar¨¢ algo a lo que aferrarse para cambiar su posici¨®n. El partido de Puigdemont reclama ¡°una soluci¨®n creativa¡±, que no pase necesariamente por aprobar su enmienda. Ahora, en comisi¨®n, se puede pactar cualquier transaccional que cambie algo pero sin alterar lo sustancial de la ley. ¡°La ley de amnist¨ªa entr¨® impecable y constitucional en esta C¨¢mara y as¨ª saldr¨¢¡±, asegur¨® Bola?os. Y ah¨ª est¨¢ el l¨ªmite del PSOE.
En Junts hay debate sobre la v¨ªa a seguir a partir de ahora. El liderazgo de Puigdemont es indiscutible, pero muchos tratan de influir en ¨¦l. La presi¨®n en el mundo independentista es muy fuerte. ERC, que tiene a su secretaria general, Marta Rovira, en la misma situaci¨®n que Puigdemont en el caso Tsunami, y muchos dirigentes y militantes esperando una sentencia, aprieta con fuerza a Junts, a la que acusa de estar poniendo en riesgo el futuro de centenares de familias para salvar a su l¨ªder. Los de Puigdemont lo niegan, insisten en que en realidad est¨¢n tratando de salvar a mucha m¨¢s gente que podr¨ªa quedar fuera, para empezar todos los implicados en los casos CDR y Tsunami. Pero admiten que ser¨ªa muy dif¨ªcil para ellos tumbar definitivamente la ley en la pr¨®xima vuelta si se instala la idea de que solo est¨¢n pensando en el expresident.
En todo este proceso hay una persona clave: Gonzalo Boye, el abogado de Puigdemont, quien dirige su estrategia jur¨ªdica y tambi¨¦n la persona a la que ha puesto a negociar los aspectos t¨¦cnicos de la ley. Boye, que tiene mucha influencia sobre el l¨ªder de Junts, es quien m¨¢s claramente insiste en que eliminar todos los tipos de terrorismo de la lista de delitos excluidos de la amnist¨ªa s¨ª ser¨ªa constitucional, y remarca los riesgos de no hacerlo dada la estrategia de Garc¨ªa-Castell¨®n.
Estos d¨ªas ha habido alg¨²n contacto entre PSOE y Junts para emplazarse a negociar, pero a¨²n sin entrar en materia, sin papeles encima de la mesa. Los socialistas est¨¢n decididos a resistir en este punto: prefieren dejar caer la ley antes que aceptar una redacci¨®n que puedan tumbar el Constitucional o la justicia europea, seg¨²n fuentes gubernamentales.
Mientras, desde el PP se regodean ante un escenario imprevisto que piensan utilizar al m¨¢ximo en las elecciones gallegas. ¡°Es evidente que la amnist¨ªa va a ser un tema importante de la campa?a, y con esta decisi¨®n Junts nos lo pone en bandeja. S¨¢nchez deber¨ªa saber lo que le esperaba cuando decidi¨® atarse a unos socios as¨ª¡±, resume un dirigente popular.
Lo que est¨¢ dejando muy claro S¨¢nchez en p¨²blico y en privado es que la legislatura no est¨¢ en riesgo. ¡°No queremos hacer un chantaje, queremos resolverlo¡±, se?alan desde el grupo de Puigdemont, dando a entender que no pretenden tumbar al Gobierno. Pero el presidente y su equipo de confianza han lanzado ya el mensaje de que Junts no tiene esa opci¨®n. El PSOE, explican, quiere un acuerdo, pero, si finalmente no se produce, la legislatura va a seguir adelante con o sin Junts. Incluso algunos ministros ya est¨¢n poniendo el ejemplo de Isabel D¨ªaz Ayuso, que gobern¨® varios a?os en Madrid sin poder aprobar presupuestos.
No es el plan a, y en La Moncloa conf¨ªan en un acuerdo con Junts que abra la puerta a unas nuevas cuentas ¡ªya hubo reuniones para hablar de ellas con todos, incluidos los independentistas, antes de esta semana de m¨¢xima tensi¨®n¡ª pero, si no es as¨ª, S¨¢nchez y sus ministros est¨¢n dispuestos a seguir. Insisten en que las leyes fundamentales est¨¢n aprobadas ¡ª200 en la anterior legislatura¡ª, los presupuestos ya est¨¢n prorrogados, los decretos m¨¢s importantes se sacaron en esa votaci¨®n ag¨®nica de enero y b¨¢sicamente el objetivo pol¨ªtico de estos a?os es desarrollar todo el aparato legislativo aprobado en los cuatro a?os anteriores. Tampoco hay una mayor¨ªa parlamentaria alternativa: es impensable una moci¨®n de censura contra S¨¢nchez, porque el PP tendr¨ªa que sumar a ella, por un lado, a Vox y por otro al PNV o a Junts, que se declaran incompatibles con la extrema derecha¡ª. Y solo el presidente del Ejecutivo puede convocar elecciones.
As¨ª que ahora La Moncloa pondr¨¢ todo el empe?o en encontrar un acuerdo con Junts para aprobar la ley de amnist¨ªa y consolidar la legislatura, pero los socialistas no lo ven como una cuesti¨®n de vida o muerte para el Gobierno. Y eso, pol¨ªticamente, lo cambia todo.
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