15 horas de cerco policial dieron caza a la narcolancha de El Cabra tras su huida de Barbate
La Guardia Civil coteja v¨ªdeos y datos del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) para trazar el rastro en el mar que demuestre su implicaci¨®n en la muerte de los dos guardias civiles
El mar bulle picado en la bocana del puerto de Barbate. Los motores de al menos cuatro narcolanchas alborotan a¨²n m¨¢s el vaiv¨¦n de las olas del temporal. Se oyen gritos ininteligibles desde los espigones, el rugir de las lanchas, sonidos sordos de lo que parecen disparos. Las potentes semirr¨ªgidas entran y salen de escena y, al fondo, una luz blanca. Una de esas embarcaciones, a lo lejos, coge velocidad y enfila en l¨ªnea recta hacia el punto luminoso, hasta impactar con ¨¦l. El resultado conmocionar¨¢ a buena parte de Espa?a pocas horas despu¨¦s. Ese punto blanco es la peque?a z¨®diac en la que viajaban los guardias civiles Miguel ?ngel G¨®mez y David P¨¦rez, fallecidos en el acto, junto a otros cuatro agentes m¨¢s que salvaron la vida. La muerte en un v¨ªdeo de m¨®vil de apenas un minuto, grabado a bordo desde una de las seis lanchas de los narcos que el pasado viernes se refugiaron del temporal en el puerto barbate?o.
El ataque mortal. El asesinato del agente del Grupo de Acci¨®n R¨¢pida (GAR) y del Grupo Especial de Actividades Subacu¨¢ticas de la Guardia Civil (GEAS) pasadas las ocho de la tarde del pasado viernes, activ¨® un operativo por tierra, aire y medios tecnol¨®gicos de m¨¢s de 15 horas que acab¨® a las 11 de la ma?ana del d¨ªa siguiente, con la localizaci¨®n de la narcolancha de Francisco Javier M. P., al¨ªas Kiko El Cabra, embarrancada en la playa de La Hacienda, en La L¨ªnea de la Concepci¨®n. Tres horas y media despu¨¦s acababa detenido El Cabra, presunto piloto, acompa?ado de Mustaf¨¢ C. y Jos¨¦ I. A. B. mientras hu¨ªan a pie por los montes cercanos a la playa. Los tres se sumaban a otros tres detenidos m¨¢s durante la madrugada: Jairo J. P. G., Jos¨¦ Antonio G. C. y David G. N., que cayeron junto a dos ocupantes de un veh¨ªculo que iban a recogerles en las inmediaciones de Sotogrande.
La llamada. El relato de los hechos conocidos hasta ahora del suceso de Barbate est¨¢ lleno de inc¨®gnitas y aristas que los investigadores deber¨¢n resolver en los pr¨®ximos meses y parte de una decisi¨®n operativa de la Comandancia de C¨¢diz bajo la investigaci¨®n del Ministerio del Interior, seg¨²n confirman desde esta instituci¨®n. Fue el alcalde de Barbate, Miguel Molina, el que pidi¨® la intervenci¨®n de la Guardia Civil, seg¨²n confirm¨® a EL PA?S el pasado s¨¢bado. Lo hizo con una llamada telef¨®nica a la Comandancia en un momento indeterminado de la tarde del viernes, harto de no ver a una patrullera por el puerto desde hace meses. Le prometieron enviar a alguien. La mala mar y la falta de embarcaciones operativas hicieron que el capit¨¢n del Servicio Mar¨ªtimo de C¨¢diz ¡ªahora de baja por motivos psicol¨®gicos¡ª se pusiera al frente de un grupo de seis agentes, dos de los GAR y cuatro submarinistas del GEAS, para embarcarse en una z¨®diac de seis metros de eslora, procedente del puerto de Algeciras.
La misi¨®n. El equipo se traslad¨® por tierra desde Algeciras con la embarcaci¨®n y la bot¨® al mar para llegar a la bocana del puerto, donde estaban apostadas hasta seis narcolanchas ¡ªabarloadas de tres en tres¡ª para protegerse del temporal, seg¨²n se aprecia en dos v¨ªdeos que motivaron la llamada del alcalde. Una de esas semirr¨ªgidas de 14 metros de eslora, cuatro motores y dos antenas est¨¢ pilotada por El Cabra. A bordo est¨¢n cinco personas m¨¢s, una cifra inusual para embarcaciones que suelen estar ocupadas por tres personas. Fuentes cercanas al mundillo del narco apuntan que dos de ellos ¡ªlos que luego intentaron bajarse a las 2.00¡ª ser¨ªan ¡°mec¨¢nicos¡± que se ven sorprendidos por el aviso de que la Guardia Civil va a aparecer.
El desmantelamiento de OCON Sur. Agentes y fuentes judiciales coinciden en destacar, con matices, que el incremento de la curva de la violencia en el narco, aunque siempre ha estado presente, ha alcanzado nuevas cotas desde la desaparici¨®n de OCON Sur, la unidad de ¨¦lite fundada por la Guardia Civil para luchar contra el narco en el sur de Espa?a. El grupo integrado por 150 guardias civiles protagoniz¨® grandes redadas, desde su creaci¨®n en 2018 hasta su disoluci¨®n en septiembre de 2022. Tambi¨¦n ha estado en el punto de mira, despu¨¦s de que tres de sus m¨¢ximos responsables, con David Oliva a la cabeza, acabasen investigados por delitos de cohecho y revelaci¨®n de secretos en abril de 2023.
Oficialmente, el motivo de su disoluci¨®n fue la necesidad de convertir la interinidad del grupo en estable, algo que la Guardia Civil consigui¨® al integrar a sus agentes en las respectivas polic¨ªas judiciales de su ¨¢rea de influencia. ¡°La decisi¨®n de reestructurarlo e integrar a los agentes en la polic¨ªa judicial se debi¨® a razones de eficacia y operatividad¡±, han recordado desde el Ministerio del Interior, que han evitado pronunciarse sobre si la disoluci¨®n estuvo motivada por la investigaci¨®n en ciernes sobre Oliva y los suyos. ¡°Supongo que fueron una mezcla de factores. Pero lo que est¨¢ claro es que algo hay que hacer de nuevo¡±, apunta un guardia civil de C¨¢diz.
Giro inesperado. El instituto armado deja constancia en documentaci¨®n oficial de que a las 19.40 del viernes comienza su intervenci¨®n en el mar. ¡°Lo esperado era que [las narcolanchas] correteasen y se fuesen cuando verificasen la presencia policial. Era improbable que ocurriese lo que pas¨®¡±, apunta una fuente muy cercana a la investigaci¨®n. Pero esa vez fue distinta. Al menos una ¡ªdesde la que se graba el v¨ªdeo¡ª se mantiene al margen. La de Kiko El Cabra aparece tambi¨¦n a baja velocidad y en primer t¨¦rmino cruzando el plano, pero desaparece de la vista hasta el momento del impacto. Segundos antes, los agentes de la embarcaci¨®n lanzan disparos al aire para disuadir las maniobras que al menos dos narcolanchas hacen m¨¢s cerca de la z¨®diac. Pero es solo una la que le pasa por encima, de ¡°una ¨²nica pasada¡± en l¨ªnea recta, seg¨²n explican desde el caso.
¡°Cogen distancia para la potencia de los motores. Es premeditado ad hoc. La desproporci¨®n es como si un tr¨¢iler a 180 kil¨®metros arrasa a un patinete el¨¦ctrico¡±, apunta la misma fuente. Uno de los fallecidos cae al agua tras el impacto, hay otro fallecido y uno m¨¢s herido de gravedad en el brazo. ¡°Son momentos de confusi¨®n¡±, tercia esa misma persona. Tras el suceso, comienza la evasi¨®n de las narcolanchas que estaban en el puerto de Barbate, incluida la que provoc¨® el suceso, calificado como asesinato por el titular del Juzgado Mixto N¨²mero 1 de Barbate.
La caza al narco. La Guardia Civil moviliza a todos los medios posibles, con la noche ya avanzada. La noticia ya es p¨²blica, los v¨ªdeos grabados desde el espig¨®n con decenas de exaltados jaleando corren como la p¨®lvora. La indignaci¨®n crece. El instituto armado repasa todos los medios t¨¦cnicos del SIVE, el sistema de c¨¢maras que protege la costa gaditana y que es capaz de captar las estelas de las narcolanchas en el mar. Gracias a eso y a los apoyos a¨¦reos y terrestres, dan con la narcolancha a las 2.00 de la madrugada, mientras desembarcaba a tres de sus ocupantes para que les recogiese el coche. Pero la lancha se esfuma con tres ocupantes m¨¢s. Pero luego vuelve a tierra de nuevo. ¡°No sabemos por qu¨¦, quiz¨¢s por sentirse presionado¡±, apuntan desde la investigaci¨®n. A las 11.00 aparece la embarcaci¨®n ¡ªhoy custodiada en el puerto de Algeciras¡ª en La L¨ªnea. A las 14.30 acaban detenidos los tres ocupantes que faltaban.
La investigaci¨®n. En la Comandancia de C¨¢diz, encargados de la investigaci¨®n, intentan ahora apuntalar este relato con todas las pruebas posibles. No es tarea f¨¢cil. Adem¨¢s del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), servir¨¢n los geoposicionamientos de los m¨®viles de los detenidos o de la propia narcolancha ¡ªsi es que los tiene¡ª y la visualizaci¨®n de todos los v¨ªdeos posibles de los testigos. Tambi¨¦n existe una grabaci¨®n de una c¨¢mara tipo GoPro que llevaba un agente que podr¨ªa resultar clave, pero a¨²n no aportada al atestado. Por ahora, est¨¢ descartada que la presencia de c¨¢maras de vigilancia en el puerto de Barbate resulten de m¨¢s inter¨¦s que los propios v¨ªdeos aficionados. S¨ª ser¨¢ de vital importancia el an¨¢lisis de la narcolancha, arma del crimen del caso, y en la que se aprecian unos da?os leves en la quilla, pero ¡°uno muy marcado¡±, como a?aden desde el caso.
¡°Estamos convencidos de que es esa. Todo apunta a ella. Pero tambi¨¦n en la inmensidad oc¨¦ano y en el cruce de las trazas de las lanchas se puede perder. Somos prudentes y todo o¨ªdos¡±, apunta esa persona cercana a las pesquisas. Este pasado lunes, los ocho detenidos pasaron a disposici¨®n policial. Algunos de ellos mostraban moratones en los ojos y en la cara, supuestamente realizados durante la huida o la resistencia que ofrecieron en la detenci¨®n. Todos coincidieron en la declaraci¨®n al apuntar que no eran los culpables y que el supuesto responsable estaba libre.
Sus familias, ya en la noche del lunes, gritan que los detenidos son inocentes mientras estos viajan trasladados a la prisi¨®n de Puerto II de El Puerto de Santa Mar¨ªa. A la ma?ana siguiente se viraliza que durante la jornada del domingo hab¨ªa aparecido una narcolancha destrozada en la playa de La Barrosa de Chiclana. M¨¢s cera para arder para los descre¨ªdos, pero nada nuevo para quienes investigan el caso: ¡°Por aqu¨ª aparecen a cada poco una en similares circunstancias. Es el Estrecho, no es de extra?ar tanto¡±.
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