La Armada en la lucha contra el narco: el riesgo de confundir las aguas del Estrecho con las de Somalia

¡°Es normal y en muchas operaciones antidroga que coordina la Audiencia Nacional hace ya mucho tiempo que la Armada espa?ola est¨¢ actuando¡±, declar¨® este jueves en Bruselas la ministra espa?ola de Defensa, Margarita Robles. El asesinato de dos guardias civiles, arrollados por una narcolancha el pasado viernes en el puerto de Barbate (C¨¢diz) mientras el p¨²blico jaleaba a los contrabandistas desde el muelle, ha abierto el debate sobre la participaci¨®n de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el tr¨¢fico de drogas. Dando por sentado que las fuerzas de seguridad est¨¢n desbordadas y que las mafias de la droga campan a sus anchas por el estrecho de Gibraltar, se han escuchado voces invocando la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito como el ¨²nico instrumento capaz de cortar por lo sano la gangrena.

Vox ha presentado en el Congreso una proposici¨®n no de ley en la que pide al Gobierno que declare la lucha contra el narcotr¨¢fico en el Estrecho como ¡°de inter¨¦s para la Seguridad Nacional [el pelda?o inferior a la declaraci¨®n del estado de alarma que se decret¨® durante la pandemia], autorizando a tal efecto el despliegue de las Fuerzas Armadas¡±. Sin embargo, la activaci¨®n de la Ley de Seguridad Nacional de 2015 no supone necesariamente la intervenci¨®n de los militares en la lucha contra el narcotr¨¢fico. Y a la inversa: el paraguas de esta ley tampoco es imprescindible para que puedan ayudar a combatirlo.

De hecho, como recordaba Robles, hace a?os que la marina de guerra coopera con las fuerzas de seguridad y el Servicio de Vigilancia Aduanera en la persecuci¨®n del contrabando de narc¨®ticos. La propia p¨¢gina web de la Armada da cuenta de operaciones como la que se desarroll¨® el 15 de marzo de 2013, cuando un barco de guerra espa?ol intercept¨® a un pesquero cargado con dos toneladas de coca¨ªna a 1.500 millas al suroeste de Canarias. El abordaje lo realiz¨® un equipo del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Polic¨ªa Nacional que iba a bordo del buque de la Armada. Y hay muchos otros ejemplos, alguno tan reciente como de la semana pasada.

La mayor¨ªa de estas operaciones se producen en mitad del Atl¨¢ntico, donde no llegan las patrulleras de la Guardia Civil, contra embarcaciones que transportan droga desde Latinoam¨¦rica a ?frica o Europa. El papel de los buques de la Armada consiste en servir de lanzaderas para que los agentes policiales puedan realizar en aguas internacionales los registros ordenados por la autoridad judicial. Precisamente, el hecho de que Defensa exija un mandamiento judicial para colaborar en estos abordajes es uno de los obst¨¢culos se?alados por la fiscal jefa Antidroga, Rosa Ana Mor¨¢n, quien ha pedido que se flexibilice el vigente protocolo de colaboraci¨®n con el Ministerio de Defensa para que los militares puedan intervenir antes de que la investigaci¨®n se judicialice. Pero incluso en ese caso las Fuerzas Armadas se limitar¨ªan a actuar como auxiliares de las fuerzas de seguridad, facilit¨¢ndoles transporte, suministr¨¢ndoles la informaci¨®n captada por su red de radares y sensores o realizando misiones de vigilancia en el Estrecho con sus aviones de patrulla mar¨ªtima.

En cambio, pretender que los militares den un paso m¨¢s en su implicaci¨®n en la lucha contra el narcotr¨¢fico y tomen el protagonismo, desplazando a los cuerpos policiales, supone adentrarse en un terreno muy resbaladizo, advierten los expertos. En primer lugar, subrayan, porque ¡ªsalvo los efectivos de la polic¨ªa militar¡ª los miembros de las Fuerzas Armadas no tienen la condici¨®n de agentes de la autoridad y no pueden, por tanto, ordenar a un barco que se detenga en aguas internacionales, registrarlo en contra su voluntad o detener a su tripulaci¨®n. Tampoco est¨¢n jur¨ªdicamente protegidos, ya que quienes se enfrenten a ellos no cometen delito de desobediencia o atentado a la autoridad, al contrario de lo que sucede con los agentes. Sus procedimientos operativos se basan, adem¨¢s, en el uso disuasorio de la fuerza. Cuando una embarcaci¨®n sospechosa desatiende sus llamadas por radio para que se detenga, los buques de guerra realizan disparos de advertencia, cada m¨¢s pr¨®ximos a su objetivo, hasta que le obligan a detenerse.

Estas son las normas de enfrentamiento (Roes) que rigen la actuaci¨®n de los buques espa?oles desplegados en el Cuerno de ?frica, donde combaten a los piratas somal¨ªes en el marco de la Operaci¨®n Atalanta de la Uni¨®n Europea. All¨ª los infantes de marina o los miembros de la Fuerza Naval Especial pueden abordar los barcos piratas, emplear la fuerza para liberar a sus rehenes y detener a los secuestradores. Todo ello sin una intervenci¨®n judicial previa. ¡°La cuesti¨®n es si de verdad creemos que el estrecho de Gibraltar se ha convertido en el Cuerno de ?frica¡±, reflexiona un mando de la Armada.