Una m¨¢quina electoral llamada PP de Galicia
Asistir a un funeral o montar las fiestas del pueblo son parte de una exitosa estrategia que se apoya en los alcaldes y las parroquias. Una maquinaria que encadena cinco mayor¨ªas absolutas y es admirada por la derecha del resto de Espa?a
Todav¨ªa faltaban seis d¨ªas para que los gallegos acudieran a votar, pero en el despacho de un alto cargo del Partido Popular de Pontevedra ya hab¨ªa un mapa de Galicia en el que se detallaba, municipio a municipio, el n¨²mero de votos que obtendr¨ªa en cada uno: Bueu, 3.000 votos; A Estrada, 6.500; Lal¨ªn, 7.500; Vilanova, 3.700 votos... Una cifra que se correg¨ªa cada d¨ªa sin necesidad de encuestadoras ni empresas demosc¨®picas, sino a golpe de tel¨¦fono. Cuando el domingo por la noche Alfonso Rueda celebr¨® ante los suyos su mayor¨ªa absoluta, los datos que aparecieron en la pantalla del centro de c¨®mputo de la Xunta eran pr¨¢cticamente iguales a los anotados en aquel mapa. ¡°La oposici¨®n no entienden por qu¨¦ siempre pierden y culpa de nuestra victoria a la maquinaria electoral del PP, pues s¨ª, y est¨¢ muy motivada¡±, dijo un exultante Rueda al d¨ªa siguiente. Rueda recog¨ªa los frutos de una maquinaria imbatible que lleva d¨¦cadas perfeccion¨¢ndose y que cuenta con dos columnas vertebrales: el campo y la ciudad. Y dos momentos de actuaci¨®n: la campa?a electoral y el d¨ªa de votaci¨®n.
La jornada electoral comenz¨® soleada y resacosa. Media Galicia echaba el cierre al carnaval y la jornada de votaci¨®n estaba ah¨ª esperando. El goteo de votantes comenz¨® lento. A las 12 de la ma?ana hab¨ªa menos gente en las urnas, pero a media tarde el comit¨¦ electoral hizo un anuncio que corri¨® como la p¨®lvora de tel¨¦fono en tel¨¦fono: la participaci¨®n era seis puntos m¨¢s alta que en 2016. En provincias como Lugo el aumento era de hasta de ocho puntos, provocando el entusiasm¨® en la izquierda, que consideraba imprescindible la movilizaci¨®n como primer paso para el cambio. Finalmente, la participaci¨®n subi¨® casi 9 puntos (sin el voto exterior) respecto a 2020, pero los votantes que se acumulaban en las urnas no ven¨ªa de donde esperaban sino del bando contrario. El Partido Popular y su rodillo electoral estaban funcionando a pleno rendimiento y precisamente en Lugo, donde m¨¢s gente acudi¨® a votar, fue donde el PP m¨¢s subi¨®.
¡°La clave son los alcaldes¡±, se?ala una fuente cercana a Rueda que particip¨® activamente en la organizaci¨®n de la campa?a. Padr¨®n en mano, junto a cada colegio, un operador del partido est¨¢ pendiente de cada voto. ¡°Mar¨ªa, ?necesita que la vaya a buscar? Herminia, ?vendr¨¢ usted por aqu¨ª? Anselmo, voy a pasar con el coche cerca de su casa, ?quiere que pase y le traiga hasta el colegio?¡±, ejemplifica este alto cargo del PP sobre c¨®mo funciona esa apabullante maquinaria. Para ejecutar esa operaci¨®n, el PP cuenta con un ej¨¦rcito de casi 10.000 apoderados e interventores que operan como agentes electorales antes y durante la votaci¨®n, a los que se suman 1.700 concejales. ¡°El poder en Galicia est¨¢ ah¨ª, en los Ayuntamientos y las parroquias. Ten en cuenta que somos los ¨²nicos capaces de presentar candidato en todos los concellos¡±, a?ade. ¡°El d¨ªa de votaci¨®n se recoge lo que se ha sembrado. Ni siquiera hace falta padr¨®n electoral, porque los alcaldes conocen a cada vecino. Tienen una agenda que va m¨¢s all¨¢ de la jornada laboral. Pr¨¢cticamente todos los fines de semana acuden a alg¨²n acto social. La comuni¨®n de los Barreiro, el funeral de los Concheiro... Solo un marciano no entiende la importancia de un funeral en Galicia¡±.
La maquinaria electoral del PP gallego es una eficaz red tejida desde la llegada de Fraga al poder en 1990. Durante 15 a?os se construy¨® una estructura alejada del elitismo que caracteriza al PP en otras partes de Espa?a, en la que se mezcla el poder de los alcaldes y la influencia de militantes y simpatizantes con clubes deportivos, organizaciones vecinales o fiestas populares, muy importantes en la Galicia rural. Desde la Feria del cocido de Lal¨ªn a la Fiesta de la empanada en Silleda. Durante la campa?a, todo este trabajo se acelera: ¡°Solo nuestra gente llega al bar de cada pueblo. Y es ah¨ª donde se cuece todo. En muchos lugares es el ¨²nico lugar donde se juntan nuestros votantes con los no convencidos¡±, explica esta fuente. Lo que a cualquier partido le cuesta un dineral al Partido Popular le sale pr¨¢cticamente gratis.
En la competici¨®n electoral, solo una peque?a formaci¨®n, Democracia Ourensana, logr¨® colarse con un esca?o en un parlamento de dif¨ªcil penetraci¨®n y que exige el 5% para tener representaci¨®n. El PP logr¨®, sin embargo, que este crecimiento se diera a costa del PSOE y no de sus votantes como se tem¨ªa. Armando Ojea, el candidato que logr¨® el esca?o por Ourense al obtener 15.000 votos, describi¨® a este peri¨®dico la noche del recuento lo dif¨ªcil que es competir contra un monstruo electoral como el PP a medio camino entre el caciquismo y el conocimiento del terreno. ¡°Nosotros ¨ªbamos a las plazas o al bar del pueblo a repartir nuestra propaganda, pero ellos iban puerta a puerta. Vigilaban por donde pas¨¢bamos y poco despu¨¦s pasaban barriendo con todo. Un alcalde me lleg¨® a decir: ¡®?Cu¨¢ntos votos quieres que te deje tener?¡±, recuerda Ojea sin amargura, con la extra?a sensaci¨®n de que as¨ª son las cosas. ¡°Cuando vamos a los congresos del partido en alguna zona de Espa?a, al PP gallego lo miran con admiraci¨®n¡±, reconoce esta fuente cercana al presidente de la Xunta que antes estuvo a las ¨®rdenes de Miguel Tellado, hoy portavoz del partido en el Congreso.
Una vez amarrado el voto rural y teniendo en cuenta que la mitad de los votantes viven en poblaciones de m¨¢s de 70.000 habitantes, retener la Xunta era posible sin grandes ca¨ªdas en las ciudades, seg¨²n las cuentas del equipo de Rueda. Los populares recurrieron entonces a las cabezas de cartel: ¡°Rajoy y Feij¨®o son activos del partido, pero para retener el voto urbano, Ayuso funciona muy bien. Tiene mucho tir¨®n¡±, explican desde el equipo de Rueda. Para los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a, entr¨® en funcionamiento una segunda etapa: env¨ªos de SMS anunciando m¨¢s dinero para los sanitarios, cheques para los mariscadores, bonos para los j¨®venes y un r¨¦cord de anuncios y actos que provocaron el reproche de la Junta Electoral. En paralelo, comenz¨® una campa?a en redes donde se afinaban los ataques con dos ideas: imposici¨®n del gallego y vincular a la candidata del BNG, Ana Pont¨®n, con Arnaldo Otegi.
Aunque las encuestas de Rueda le daban entre 39 y 40 esca?os, en la recta final ning¨²n sondeo lo garantizaba y los nervios afloraban. Los populares cometieron entonces el error de la amnist¨ªa en el famoso off the record y surgi¨® la zozobra. El equipo de Rueda detect¨® una v¨ªa de agua donde menos lo esperaba: por la derecha. ¡°Nuestra gente estaba desconcertada y detectamos un trasvase de votos a Vox¡±, se?ala la fuente popular. Rueda convoc¨® entonces dos reuniones urgentes el martes y el mi¨¦rcoles, con su brazo electoral m¨¢s eficaz: sus m¨¢s de 300 alcaldes y voceros municipales. A todos ellos le transmiti¨® una ¨²nica idea: ¡°Tranquilos, he hecho esto antes. Est¨¢ todo controlado¡±. Y as¨ª fue: Bueu, 3.028 votos; A Estrada, 6.431; Lal¨ªn, 7.400; Vilanova, 3.722 votos... Las cifras oficiales y las anotadas en el mapa de la c¨²pula popular solo se diferenciaban en un pu?ado de votos. Dos d¨ªas despu¨¦s comenzaron tambi¨¦n las protestas de los tractores en Galicia. Efectivamente, estaba todo controlado.
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