El mando del CNI captado por la CIA reconoce que se llev¨® datos sobre el despliegue del espionaje espa?ol en el extranjero
Los investigadores indagan si los dos agentes imputados gestionaron la compra de sendas propiedades en Brasil
Uno de los dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) detenidos en septiembre bajo la acusaci¨®n de filtrar informaci¨®n secreta a la CIA se llev¨® documentaci¨®n clasificada del servicio de espionaje espa?ol a su casa ¡°en cuatro o cinco ocasiones¡± entre 2021 y 2022, seg¨²n confirman a EL PA?S fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n. El agente de mayor graduaci¨®n, en prisi¨®n preventiva, ha declarado ante el titular del Juzgado de Instrucci¨®n 22 de...
Uno de los dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) detenidos en septiembre bajo la acusaci¨®n de filtrar informaci¨®n secreta a la CIA se llev¨® documentaci¨®n clasificada del servicio de espionaje espa?ol a su casa ¡°en cuatro o cinco ocasiones¡± entre 2021 y 2022, seg¨²n confirman a EL PA?S fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n. El agente de mayor graduaci¨®n, en prisi¨®n preventiva, ha declarado ante el titular del Juzgado de Instrucci¨®n 22 de Madrid que se llev¨® informaci¨®n a su domicilio para elaborar una auditor¨ªa econ¨®mica sobre el despliegue del CNI en el extranjero (las conocidas como antenas). Y ha asegurado al juez que ese trabajo le fue encargado por sus superiores en septiembre de 2021 y lo acab¨® en febrero de 2022.
Para justificar su an¨®mala conducta, alega que se llev¨® la documentaci¨®n secreta porque necesitaba procesarla con un programa inform¨¢tico que ten¨ªa en el ordenador personal de su casa y del que, seg¨²n dijo, carec¨ªa el CNI. La aplicaci¨®n se basaba en la tecnolog¨ªa machine learning o aprendizaje autom¨¢tico, una derivada de la inteligencia artificial que permite a las m¨¢quinas aprender a partir de datos. Los investigadores creen, sin embargo, que este programa serv¨ªa para facilitar la entrega de informaci¨®n clasificada a la agencia de inteligencia estadounidense y que la documentaci¨®n sacada ilegalmente del centro fue muy abundante y no se limit¨® al despliegue exterior del CNI.
El esp¨ªa encarcelado es un veterano agente del servicio secreto espa?ol procedente de la Armada y con rango de capit¨¢n de fragata. Era el jefe del ?rea de Rusia del CNI y ten¨ªa a sus ¨®rdenes un equipo de 24 analistas. La investigaci¨®n trata de determinar si, a cambio de la entrega de la informaci¨®n secreta, recibi¨® importantes sumas de dinero. Las pesquisas se centran en las gestiones que, tanto ¨¦l como el segundo agente detenido, realizaron supuestamente para adquirir sobre plano sendas propiedades en Brasil y la posibilidad de que blanquearan fondos con la compra de criptomonedas.
Soltero, de 55 a?os, el mando del CNI justific¨® su patrimonio con los cuantiosos ingresos percibidos por su trabajo: estuvo al menos seis a?os destinado en el extranjero, donde la remuneraci¨®n de los agentes es mucho m¨¢s elevada; y durante la pandemia pidi¨® una excedencia para trabajar en una empresa de seguridad estadounidense. En la etapa en que se dedic¨® a sus negocios privados y tambi¨¦n cuando estuvo destinado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el agente espa?ol pudo ser identificado por la CIA como un ¡°objetivo vulnerable¡±, seg¨²n los investigadores.
El hasta ahora jefe del ¨¢rea del CNI sobre Rusia fue arrestado en septiembre pasado y permanece desde entonces en prisi¨®n preventiva en el m¨®dulo de la c¨¢rcel de Estremera (Madrid) reservado a los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Junto a ¨¦l, tambi¨¦n fue detenido un agente operativo, de menor nivel en el centro de inteligencia, con el que el jefe del ¨¢rea de Rusia mantiene una relaci¨®n de amistad, pero este qued¨® en libertad con cargos poco tiempo despu¨¦s.
Un ¡®pendrive¡¯ encriptado
En el marco de estas pesquisas, el juzgado madrile?o que instruye la causa acogi¨® recientemente la declaraci¨®n de dos oficiales del CNI que explicaron c¨®mo el hasta ahora jefe del ¨¢rea de Rusia y su amigo sustrajeron la informaci¨®n del servicio secreto. El superior habr¨ªa guardado parte de dicha informaci¨®n clasificada en su m¨®vil, donde dispon¨ªa de una aplicaci¨®n para escanear im¨¢genes, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al caso. Y ese fue su error. La intervenci¨®n de su tel¨¦fono en el marco de la investigaci¨®n confirm¨® los indicios de la supuesta fuga de informaci¨®n clasificada. El CNI dispone de Pegasus, un programa inform¨¢tico de la firma israel¨ª NSO Group que, en teor¨ªa, solo se vende a servicios de seguridad estatales.
Durante el registro del domicilio del mando, los agentes hallaron un pendrive de alta seguridad encriptado que no ha podido ser descifrado y una agenda tipo Moleskine con informaci¨®n personal en su coche, seg¨²n las fuentes consultadas. El funcionario facilit¨® a los investigadores las contrase?as de sus ordenadores y tabletas, agregan las mismas fuentes. Los dos agentes son sospechosos de filtrar informaci¨®n clasificada a Estados Unidos y podr¨ªan ser acusados del delito de revelaci¨®n de secretos, penado con hasta siete a?os de c¨¢rcel; o incluso de traici¨®n, que se castiga con entre seis y 12 a?os de prisi¨®n por revelar informaci¨®n clasificada como reservada o secreta con la finalidad de favorecer a una potencia extranjera.
El cerco sobre los dos agentes supuestamente captados por la CIA arranc¨® tras una investigaci¨®n interna, que posteriormente se traslad¨® a la Fiscal¨ªa. El supuesto soborno de dos miembros del espionaje espa?ol por la agencia estadounidense, adem¨¢s de suponer un acto hostil entre servicios aliados, podr¨ªa da?ar la imagen del CNI. Sin embargo, el hecho de que fueran descubiertos por el propio servicio secreto contribuye a rehabilitarla. Los dos detenidos accedieron presuntamente a una informaci¨®n clasificada para la que no estaban autorizados. En el centro, rige el principio de ¡°necesidad de saber¡±, que es como se denomina a la capacidad de consultar solo los datos necesarios para realizar su tarea.
Durante su carrera en el centro de espa?ol de inteligencia, que emplea a m¨¢s de 3.000 agentes, el mando encarcelado ha participado en misiones sensibles, seg¨²n quienes le conocen. Entre otras, la liberaci¨®n del atunero vasco Alakrana, con 46 tripulantes, secuestrado por piratas somal¨ªes en 2009.
En paralelo a la investigaci¨®n judicial, la captaci¨®n de la CIA del jefe de Rusia del CNI y de un segundo agente desat¨® un roce diplom¨¢tico entre Madrid y Washington. La ministra de Defensa, Margarita Robles, transmiti¨® a la embajadora de EE UU en Espa?a, Julissa Reynoso, su malestar por esta acci¨®n hostil. Y, como consecuencia, el Ministerio de Exteriores decret¨® la expulsi¨®n de cuatro agentes de la CIA destinados a la Embajada estadounidense en Madrid, aunque Washington se adelant¨® a retirarlos.
La unidad sobre Rusia del servicio secreto espa?ol se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en un departamento especialmente activo. Con una colonia de m¨¢s de 80.000 rusos en Espa?a, el ¨¢rea ha tenido que lidiar con episodios como el asesinato el pasado febrero en Alicante del desertor ruso Maxim Kuzminov, que se fug¨® a Ucrania en un helic¨®ptero de combate Mi8, y que la inteligencia espa?ola atribuye al Kremlin. O la sospechosa muerte del magnate ruso Sergu¨¦i Protosenya, su esposa y su hija en abril de 2022 en Lloret de Mar (Girona), donde, de nuevo, se proyecta la sombra de los servicios secretos de Mosc¨². Directivo de Novatek, la mayor gasista privada rusa, Protosenya amasaba una fortuna de m¨¢s de 400 millones de euros.
La entrega de informaci¨®n clasificada a EE UU es el ¨²ltimo episodio de infiltraci¨®n de una potencia extranjera. El precedente anterior hay que buscarlo en 2007. El agente del CNI Roberto Fl¨®rez fue acusado entonces de ofrecer documentos secretos a Mosc¨² por 200.000 d¨®lares. Fl¨®rez, que trabaj¨® entre 1992 y 2004 para el organismo que hoy dirige Esperanza Casteleiro, ten¨ªa documentaci¨®n clasificada en un local y dos apartamentos de su propiedad en Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife). Y guardaba una carta dirigida a los servicios secretos de Mosc¨² en la que se ofrec¨ªa a trabajar para ellos. La Audiencia Provincial de Madrid conden¨® en 2010 a Fl¨®rez por traici¨®n a 12 a?os de prisi¨®n. El Tribunal Supremo rebaj¨® la pena a nueve. En 1997, el tambi¨¦n esp¨ªa Juan Alberto Perote fue sentenciado a siete a?os de c¨¢rcel por sustraer del servicio secreto microfichas con datos sensibles sobre la guerra sucia contra ETA, escuchas ilegales y otra informaci¨®n que acab¨® en manos del exbanquero Mario Conde.
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