Alcaldes con t¨ªtulo de ¡®ex¡¯, un a?o despu¨¦s del tsunami electoral: ¡°Ahora me dedico a vivir¡±
Los exregidores de Valencia, C¨¢ceres y Tarragona y la que fuera vicealcaldesa de Madrid, retirados de la vida p¨²blica tras los comicios municipales de 2023, cuentan c¨®mo se ve la pol¨ªtica desde fuera
A quien madruga, le ayuda Servanda. El primer d¨ªa como alcalde de C¨¢ceres del socialista Luis Salaya ¡ªel 29 de mayo de 2019 ten¨ªa 30 a?os y se convirti¨® en el regidor m¨¢s joven de la ciudad¡ª no hab¨ªa nadie para recibirle. Solitario, Salaya deambulaba muy temprano por el despacho m¨¢s importante del Ayuntamiento. Se sent¨® ante el escritorio. Abri¨® el port¨¢til. Fueron llegando sus concejales. Minutos despu¨¦s, un funcionario le explic¨® que el primer d¨ªa que uno es alcalde de C¨¢ceres conviene siempre localizar a la secretaria que han tenido sus antecesores antes de tomar cualquier decisi¨®n:
¡ªPreg¨²ntale a Servanda, que ella sabe.
Salaya, un tipo pragm¨¢tico, germ¨¢nico, minucioso, llev¨® el consejo a rajatabla durante los cuatro a?os siguientes. 1.200 d¨ªas despu¨¦s ¡ªcon pandemia incluida¡ª las elecciones del 28 de mayo de 2023 lo dejaron sin cargo. Logr¨® 59 votos m¨¢s que en 2019, s¨ª, y un concejal m¨¢s (10), s¨ª, pero la derecha gan¨® la contienda en casi toda Espa?a y tambi¨¦n en C¨¢ceres.
Salaya porta ahora un llavero de Harry Potter con las llaves de un peque?o piso en Madrid. Sus ojos claros est¨¢n m¨¢s descansados. Trabaja en la empresa de comunicaci¨®n y recursos humanos que fund¨® junto a Pablo, un tipo alto, rubio, su mejor amigo de la universidad. De su etapa como regidor solo conserva una foto peque?a y enmarcada junto al expresidente de Extremadura Guillermo Fern¨¢ndez Vara. Est¨¢ colocada sobre una estanter¨ªa de madera que puede pasar inadvertida. La pol¨ªtica, en definitiva, ya fue.
No. No se plantea volver, aunque sus paisanos, dice, se lo repitan cada dos por tres.
Aquel domingo de 2023 la izquierda sufri¨® un batacazo sin precedentes. Junto a Vox, el PP arrebat¨® al PSOE casi todo el poder municipal y auton¨®mico. La derecha recuper¨® seis de las diez autonom¨ªas de los socialistas, mucho m¨¢s de los pronosticado por los sondeos. El PP devor¨® casi por completo el voto de Ciudadanos de 2019 y con ese engorde arras¨® en las grandes ciudades ¡ªincluida Sevilla, que los socialistas confiaban en conservar¡ª y dio un golpe dur¨ªsimo al PSOE al hacerse, gracias en buena parte a acuerdos con la extrema derecha, con los Gobiernos de Arag¨®n, Baleares, Cantabria, La Rioja, Extremadura y la Comunidad Valenciana (adem¨¢s del de Canarias, en coalici¨®n con Coalici¨®n Canaria).
En el ¨¢mbito municipal, la derecha triplic¨® su poder en las capitales de provincia. De las 10 que hab¨ªa conseguido en 2019 pas¨® a 30. Ahora gobierna en el 40% de los ayuntamientos de Espa?a. Hizo pleno por primera vez en todas las capitales andaluzas. Y logr¨® las tres capitales de la Comunidad Valenciana, las tres de Arag¨®n, cuatro de las cinco capitales de Castilla-La Mancha... Un tel¨®n azul cubri¨® la Pen¨ªnsula.
Un a?o despu¨¦s, EL PA?S ha conversado con cuatro de los cientos de pol¨ªticos de primera l¨ªnea a los que ese tsunami se llev¨® por delante: Bego?a Villac¨ªs ¡ªexvicealcaldesa de la capital de Espa?a y una de las ¨²ltimas figuras p¨²blicas de Ciudadanos¡ª y los exalcaldes de Tarragona (Pau Ricom¨¤, de ERC), Valencia (Joan Rib¨®, de Comprom¨ªs, que llevaba en el cargo ocho a?os) y el socialista Salaya.
Todos reconocen que el 28-M fue una fat¨ªdica noche electoral. ¡°Amarga¡±. ¡°Triste¡±. ¡°Inesperada¡±. Todos, lejos de continuar en pol¨ªtica, dieron un paso al lado. Tres coinciden en que aquella campa?a electoral se impregn¨® de tintes nacionales. Que los barones auton¨®micos y alcaldes de izquierdas se llevaron una patada en el trasero que, muy probablemente, era para el Gobierno central. Que no se votaba sobre la gesti¨®n de sus ciudades sino, m¨¢s bien, una especie de plebiscito sobre Pedro S¨¢nchez. Pese al batacazo, de la pol¨ªtica tambi¨¦n se sale. Todos se largaron. Salaya, por ejemplo, es un tipo que pasa de los histrionismos:
¡ªLa pol¨ªtica tiene que ser aburrida.
El diario Hoy de Extremadura le hizo un perfil la ma?ana en la que abandon¨® el cargo. ¡°El adi¨®s a un alcalde de C¨¢ceres que no inauguraba obras¡±, titul¨®. De aquellos d¨ªas Salaya recuerda que las ¨²ltimas semanas de campa?a no iban muy bien. ¡°Se notaba en las caras¡±, dice. Se le acercaban vecinos y alguno que otro le vociferaba: ¡°?Que te vote Txapote!¡±. ?l les dijo a los suyos que el tufillo de la derrota estaba en el ambiente. El domingo electoral sigui¨® el recuento en la sede socialista cacere?a. En los colegios donde el PSOE ten¨ªa que estar arrasando, ganaba, pero no por goleada. Asumi¨® que faltaban solo unas horas para salir del despacho.
Tras el golpe de las urnas, el a¨²n presidente de Extremadura, Guillermo Fern¨¢ndez Vara, le cit¨® en un bar de C¨¢ceres para desayunar a la ma?ana siguiente. Los dos hab¨ªan ca¨ªdo derrotados. Los dos tomaban un caf¨¦ cuando vieron a S¨¢nchez, por televisi¨®n, comparecer en La Moncloa para anunciar el adelanto de las elecciones generales. ¡°Fue impresionante¡±, recuerda Salaya. ¡°Me gust¨® el movimiento. Con S¨¢nchez puedes estar de acuerdo o no, pero es un tipo valiente. Provoca que las cosas pasen antes de esperar a que pasen¡±.
¡ª?Y qu¨¦ comentaron?
¡ªQue le cuente Guillermo.
¡ª?Lo sab¨ªa?
¡ªGuillermo es muy inteligente.
A 840 kil¨®metros de C¨¢ceres, Pau Ricom¨¤ vivi¨® una jornada muy similar en Tarragona. ERC perdi¨® la alcald¨ªa, aunque en este caso no pas¨® a la derecha sino al PSC. ¡°Aqu¨ª no hay antisanchismo o sanchismo. Esto es una cosa de Madrid. Aqu¨ª la pol¨ªtica nacional tiene una influencia muy relativa¡±, sostiene. Dice que lo que influy¨® de verdad aquel domingo de mayo fue que muchos votantes independentistas se quedaron en su casa.
A sus 66 a?os, Ricom¨¤ lleva una vida muy activa, pero desde la barrera. Mantiene contacto con los dirigentes de ERC: Pere Aragon¨¨s, Marta Rovira, Oriol Junqueras. Los vecinos le paran por la calle. ¡°Cuando uno se muere en este pa¨ªs, todo el mundo lo reconoce, y yo lo soy en vida¡±, r¨ªe.
El tel¨¦fono no le ha dejado de sonar. ¡°Lo que pasa es que antes ten¨ªa m¨¢s filtros¡±. Anda leyendo un libro de poes¨ªa del catal¨¢n Carles Riba. Est¨¢ preparando un viaje a Grecia junto a su esposa. Disfruta de sus tres nietos. Y con uno de sus dos hijos, que es camionero, viaja de vez en cuando de copiloto largas horas de ruta. Hace unos meses llegaron hasta Toulouse.
Le encanta el flamenco. Cuenta los d¨ªas para ver a Nick Cave en Barcelona. No se pierde los partidos del Espanyol. Cree, como el cacere?o Salaya, que la pol¨ªtica tiene que ser m¨¢s cercana y menos populista. ¡°El pa¨ªs y la ciudad son la gente. Nosotros quer¨ªamos llegar a todo el mundo. Las obras, por ejemplo, siempre las inaugura el siguiente, pero hay que hacerlas¡±.
Ricom¨¤ dice que una de las cosas que m¨¢s le sorprendi¨® de ser alcalde fueron los ni?os: ¡°?Sab¨ªan muy bien qui¨¦n era el alcalde de su ciudad!¡±. Una vez preguntaron en clase a un amigo de su nieto qui¨¦n era el regidor de Tarragona. El ni?o no tuvo dudas. ¡°El abuelo de Roc¡±, respondi¨®. Qui¨¦n iba a ser.
¡ª?Esperaba repetir como alcalde?
¡ªTengo un optimismo que a veces me lleva a enga?o.
¡ª?Lo echa de menos?
¡ªFui muy feliz.
Este lunes Ricom¨¢ viene de impartir clases de catal¨¢n a unos muchachos magreb¨ªes y colombianos en un barrio humilde de Tarragona. ¡°No s¨¦ si aprender¨¢n mucho, pero lo importante es que se sientan parte de una sociedad. Ahora que avanza la extrema derecha, lo m¨¢s importante es que se sientan apreciados¡±, afirma. Dice que le encanta hablar con gente que no piensa como ¨¦l.
El pen¨²ltimo golpe a Ciudadanos
El 28 de mayo de 2023, en la ya extinta sede nacional de Ciudadanos, justo enfrente de la plaza de toros de Las Ventas, un trabajador comenz¨® a repartir regalos a los periodistas: palas de playa, bol¨ªgrafos e incluso un estuche naranja con bolsitas a juego para recoger las heces de los perros. Era una mudanza encubierta. La vicealcadesa de Madrid, Bego?a Villac¨ªs, compareci¨® alica¨ªda. ¡°Voy a decir una obviedad¡±, dijo. ¡°La vida no es siempre justa¡±. Ciudadanos desapareci¨® del mapa. Su ¨²ltimo basti¨®n municipal se lo zamp¨® tambi¨¦n el PP. Perdieron 280.000 votos. De once concejales en 2019, a cero.
Doce meses despu¨¦s, Villac¨ªs, de 46 a?os, sigue casi igual que entonces. Asegura que no echa de menos la pol¨ªtica, pero es la ¨²nica de los que participan en este reportaje que ha aceptado ser tertuliana en televisi¨®n, que es como mantener activo un cord¨®n umbilical con el pasado. Dice que son solo 20 minutos en TVE y que eso le quita el gusanillo.
¡ª?Qu¨¦ tal con su compa?ero [de tertulia] Pablo Iglesias?
¡ªMejor preg¨²ntale a ¨¦l.
¡ª?Se volver¨ªa a presentar por Ciudadanos?
¡ªUna y mil veces.
Del confuso coqueteo que mantuvo con el PP justo antes de los comicios reconoce que tuvo que dar explicaciones mucho antes. ¡°Fallamos en eso. Nos equivocamos¡±, afirma. Ahora trabaja en una empresa tecnol¨®gica en la todopoderosa avenida de la Castellana. Hace deporte. Sigue fumando. Tiene m¨¢s tiempo libre. El d¨ªa que le explic¨® a sus tres hijas que dejaba la pol¨ªtica hubo un grito de jubilo en el sal¨®n de casa: ¡°?Bieeeen!¡±.
¡ª?Piensa en volver?
¡ªHoy por hoy, no. Nunca lo sabes.
Joan Rib¨® ni se lo plantea. ¡°Mi tiempo ha pasado ya¡±, cuenta. A sus 76 a?os y dos mandatos como alcalde de Valencia (2015-2023), sostiene que el domingo electoral de hace un a?o habr¨ªa sido distinto si la campa?a no se hubiese polarizado tanto. ¡°Cuando hay una luz muy fuerte, todas las dem¨¢s luces desaparecen y te deslumbran. El 28 de mayo de 2023 esa luz ven¨ªa de Madrid¡±, resume. Comprom¨ªs, su partido, perdi¨® 7.000 votos y un concejal. Pero la suma con el PSOE se qued¨® a uno de la mayor¨ªa absoluta, arrebatada por Vox y PP. ¡°Fue una p¨¦rdida triste, pero de alguna manera previsible¡±.
Dice que el cambio del Gobierno a la oposici¨®n es complejo. Aguant¨® unos meses antes de dar un portazo a la pol¨ªtica. Quer¨ªa dirigir la transici¨®n en el grupo municipal.
¡ª?C¨®mo lleva lo de no recibir llamadas?
¡ªTampoco antes ten¨ªa muchas porque les hac¨ªa muy poco caso.
Prefiere una comida a hablar por tel¨¦fono. Anda leyendo La democracia expansiva (Anagrama), el nuevo ensayo de Nicol¨¢s Sartorius. Desayuna con la prensa encima de la mesa. Acude un par de d¨ªas al Ayuntamiento para charlar con los ediles. Cocina macarrones para sus nietas. Le gusta ir en bici por Valencia y tambi¨¦n por la monta?a. Se ha dado cuenta de que ya no tiene tanta fuerza como antes para subir las cuestas. Algunos vecinos le piden fotos, otros le ponen caras; alguno, eso s¨ª, le ha dirigido alg¨²n insulto. Hizo buenas migas con el que fue alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, y con ?scar Puente, ahora ministro y antes regidor de Valladolid. Sigue el baloncesto, el atletismo. Apenas enciende la televisi¨®n. ¡°Ahora, simplemente, me dedico a vivir¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.