El juez imputa a la cadena de mando por la muerte de dos soldados en unos ejercicios en Cerro Muriano

El Juzgado Togado Militar Central N¨²mero 2 ha acordado investigar a cuatro mandos de la Brigada Guzm¨¢n el Bueno del Ej¨¦rcito de Tierra por la muerte del cabo Miguel ?ngel Jim¨¦nez y del soldado Carlos Le¨®n, el pasado 21 de diciembre mientras realizaban maniobras en un embalse de la base de Cerro Muriano (C¨®rdoba). Se trata de dos coroneles, el que ostentaba la jefatura del regimiento de Infanter¨ªa La Reina n¨²mero 2 cuando se program¨® el ejercicio y el que lo hab¨ªa sustituido en el mando cuando este se ejecut¨®; del teniente coronel que dirig¨ªa la plana mayor de la unidad en el momento en que se aprob¨® el plan de instrucci¨®n de los reclutas y del comandante que ejerc¨ªa estas funciones el d¨ªa del accidente. Todos ellos integraban la cadena de mando del regimiento.

El titular del Juzgado Togado militar n¨²mero 21 de Sevilla, que investig¨® inicialmente el caso, ya apreci¨® responsabilidad por omisi¨®n del deber de vigilancia de estos cuatro mandos, que ¡°deb¨ªan autorizar y supervisar el ejercicio, lo que no se hizo por ninguno de ellos¡±. Sin embargo, el juez de Sevilla no pudo imputarlos porque la competencia para investigar a los militares de empleo igual o superior a comandante corresponde en exclusiva a los juzgados togados centrales, lo que le llev¨® a inhibirse en favor del juzgado central, que finalmente ha asumido la investigaci¨®n.

Estas cuatro imputaciones se suman a las del jefe de la compa?¨ªa, el capit¨¢n Ignacio Z¨²?iga, y dos de sus subordinados: el teniente Jaime Tato y el sargento Gustavo ?lvarez, como presuntos responsables de dos delitos contra la eficacia del servicio con resultado de muerte, equivalentes al homicidio imprudente. La investigaci¨®n ha acreditado que los soldados fueron sometidos a un ejercicio consistente en cruzar un embalse artificial por una zona por la que no se hac¨ªa pie, cargados con todo su equipo de combate y con las aguas extremadamente fr¨ªas, sin que se adoptaran las m¨ªnimas medidas de seguridad: ni exist¨ªa una cuerda tensa que sirviera como l¨ªnea de vida, ni exist¨ªan embarcaciones ante una emergencia, ni las mochilas eran estancas. Lejos de flotar, se hundieron; y algunas de ellas llevaban como sobrepeso minas inertes de 3,5 kilos. Adem¨¢s de los dos fallecidos, otros dos militares requirieron atenci¨®n m¨¦dica por hipotermia.

En sus primeras diligencias, el juez togado ha acordado citar como testigos a 34 militares (27 soldados, seis cabos y subteniente), as¨ª como a cinco peritos (la mayor parte forenses), un teniente m¨¦dico, un comandante enfermero y un guardia civil, as¨ª como encargar varios informes sobre los efectos de la inmersi¨®n en aguas fr¨ªas y el ejercicio militar conocido como ¡°paso de r¨ªos¡±. Tambi¨¦n ha anulado las declaraciones que prestaron como testigos los tres primeros imputados.

Luis Romero, abogado de la familia del soldado Carlos Le¨®n, ha destacado la importancia de aclarar la responsabilidad de toda la cadena de mando y ha recordado que la acusaci¨®n particular ya solicitaba su imputaci¨®n en el primer escrito de denuncia y la ha venido reiterando desde entonces. Inicialmente, el fiscal del juzgado militar de Sevilla se opuso a elevar la investigaci¨®n a los juzgados centrales por no apreciar indicios de delito en los mandos superiores, pero la Fiscal¨ªa ha apoyado finalmente que estos asuman el caso ¡°por razones de eficacia y econom¨ªa procesales¡±.