Diez a?os de Felipe VI o c¨®mo reanimar una jefatura del Estado en horas bajas
El Rey inaugur¨® su reinado en plena crisis institucional del ¡®proc¨¦s¡¯ y coincidiendo con el fin del bipartidismo. Ahora su futuro pasa por asegurar la continuidad en la princesa Leonor
Felipe de Borb¨®n y Grecia lleva ya 10 a?os siendo Felipe VI de Espa?a. El 19 de junio de 2014, el que fuera pr¨ªncipe de Asturias durante 46 a?os inauguraba con un discurso en las Cortes Generales lo que llam¨® una ¡°Monarqu¨ªa renovada para un tiempo nuevo¡±. Su proclamaci¨®n se formalizaba 17 d¨ªas despu¨¦s de que su padre, Juan Carlos I, anunciara su abdicaci¨®n con 76 a?os como consecuencia de sus esc¨¢ndalos p¨²blicos y privados. Era una situaci¨®n ¡°muy dif¨ªcil¡±, coinciden los que la vivieron. Un escenario de crisis que dej¨® la reputaci¨®n de la instituci¨®n que ostenta la Jefatura del Estado en cuidados intensivos y que Felipe VI se ve¨ªa entonces con la obligaci¨®n de estabilizar. ¡°Felipe llevaba prepar¨¢ndose emocionalmente toda su vida [para ese d¨ªa]¡±, dice Emilio Lamo de Espinosa Michels de Champourcin, catedr¨¢tico, soci¨®logo y cofundador de Real Instituto Elcano. Hoy, una d¨¦cada despu¨¦s, el horizonte de la instituci¨®n est¨¢ encarnado por la princesa Leonor.
Una de las personas m¨¢s cercanas al entonces pr¨ªncipe de Asturias sentencia que el primer decenio de Felipe VI ha consistido fundamentalmente en escapar de la espiral de crisis que afectaba a la Familia Real y al conjunto del pa¨ªs, con cinco elecciones generales en nueve a?os (2015-2023) y un refer¨¦ndum ilegal de secesi¨®n organizado por la Generalitat de Catalu?a, sumado todo ello a la conducta ¡°reprobable¡± de los ¨²ltimos a?os de reinado de Juan Carlos I, que lleg¨® a ser investigado por la Fiscal¨ªa del Supremo.
El desaf¨ªo catal¨¢n ha sido, hasta ahora, el m¨¢s grave del reinado. Superior, coinciden los analistas consultados, al que tuvo que afrontar el rey em¨¦rito ante el intento de golpe de Estado del 23-F de 1981. ¡°Los independentistas eran una minor¨ªa a punto de convertirse en mayor¨ªa¡±, resume el socialista Juan Jos¨¦ Laborda, expresidente del Senado. El escritor Jordi Canal, autor de La Monarqu¨ªa en el siglo XXI, apostilla por tel¨¦fono: ¡°[El proc¨¦s] es lo m¨¢s gordo que le ha tocado lidiar al Rey en estos diez a?os. El resto han sido, quiz¨¢s, las constantes repeticiones electorales¡±.
El plan rupturista de la Generalitat ocup¨® gran parte del trabajo diario en La Zarzuela. La semana previa al refer¨¦ndum del 1 de octubre de 2017, un exclusivo grupo de analistas, acad¨¦micos y expertos asesoraron al Rey, seg¨²n personas familiarizadas con el tema, y los debates sobre la consulta ilegal calentaban las mesas y sobremesas de Palacio. Hubo llamadas nocturnas, debates. Los Reyes estaban preocupados, hab¨ªa angustia y ansiedad, describen algunos, porque las informaciones daban a entender que el Rey se estaba jugando la Corona. En cambio, el catedr¨¢tico en Derecho Constitucional Juan Jos¨¦ Soloz¨¢bal, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid asegura que el Rey, al que conoce personalmente, ¡°estaba sereno¡±.
Pero ante la inacci¨®n del entonces Gobierno popular de Mariano Rajoy, seg¨²n apuntan una docena de expertos ¡ªalgunos de dentro de Palacio¡ª, La Zarzuela decidi¨® que Felipe VI deb¨ªa coger las riendas y hablar a la ciudadan¨ªa. El 3 de octubre, dos d¨ªas despu¨¦s del refer¨¦ndum del 1-O, hizo una solemne alocuci¨®n televisiva que obtuvo un77% de audiencia. Fueron seis minutos que iban a marcar su reinado. ¡°El discurso fue correcto en t¨¦rminos globales. Pero le falt¨® cari?o a Catalu?a. Habr¨ªa hecho falta tan solo una l¨ªnea¡±, lamenta Laborda. En un jefe de Estado que cierra cada 24 de diciembre su discurso de Navidad con un ¡°Eguberri on, bon Nadal y boas festas¡±, algunos echaron de menos un gui?o al nacionalismo catal¨¢n. Otros, sin embargo, opinan que fue un discurso muy medido y que iba dirigido a los espa?oles en su conjunto, seg¨²n fuentes cercanas. ¡°Su intervenci¨®n fue proporcionada, necesaria y justificada¡±, dice Soloz¨¢bal. Emilio Lamo, como muchos otros, considera que la intervenci¨®n deber¨ªa haberla hecho Rajoy, no el Rey. ¡°Felipe fue m¨¢s all¨¢ del deber¡±, dijo el soci¨®logo el pasado martes en el evento Monarqu¨ªa Parlamentaria y Democracia organizado por Remco, la Red para Estudio de las Monarqu¨ªas Contempor¨¢neas y la Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas, de la que forma parte.
Javier Tajadura, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, cree que exist¨ªa ¡°cierto riesgo de que el proc¨¦s triunfara¡±. Por eso. el discurso del Rey fue decisivo, ¡°no para dar ¨®rdenes, sino para dar consejos y advertir. Para ejercer su autoritas¡±, afirma. Una aut¨®ritas que sale de la Constituci¨®n, pues Felipe VI es el primer Rey que jur¨® la Carta Magna ¡ªla heredera Leonor la jur¨® en 2023 al cumplir la mayor¨ªa de edad¡ª, no como Juan Carlos, que tan solo la sancion¨®. Y es que, como sostiene Charles Powell, director del Real Instituto Elcano, a cada Rey le toca vivir su tiempo. ¡°El de Juan Carlos fue el de la normalizaci¨®n, la proyecci¨®n exterior y la democratizaci¨®n. El de Felipe es el de consolidar lo anterior y demostrar d¨ªa a d¨ªa la importancia de la continuidad de la instituci¨®n¡±.
Decisiones dolorosas
Pero independientemente de cuestiones pol¨ªticas e ideol¨®gicas, para superar esos momentos convulsos y levantar la monarqu¨ªa parlamentaria del estado comatoso en la que la hab¨ªa dejado el rey em¨¦rito, Felipe VI se vio obligado a tomar decisiones ¡°dolorosas¡±, seg¨²n personas cercanas a ¨¦l, como apartar a su hermana la infanta Cristina de la instituci¨®n ¡ªa cuenta del Caso N¨®os¡ª y encontrar un d¨¦bil equilibrio en la nueva relaci¨®n con su padre ¡ªque en verano de 2020 se expatri¨® a Abu Dabi (Emiratos ?rabes Unidos)¡ª. Y es que, parafraseando a la reina Isabel II ¡ªque sali¨® airosa de todas las crisis europeas y mundiales desde los a?os 40 del siglo pasado¡ª, el principal problema de una monarqu¨ªa es la familia.
¡°Fueron a?os duros. Dur¨ªsimos. Uno no se lo puede ni imaginar¡±, sostiene un exempleado de La Zarzuela. Y es que ¡°el caso de Juan Carlos I nos advierte del peligro de identificar la Monarqu¨ªa con la figura del Rey¡±, dice Jaime Terceiro catedr¨¢tico de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Complutense de Madrid. Y la instituci¨®n se empez¨® a tambalear sum¨¢ndose a lo anterior voces antimon¨¢rquicas, como los nacionalismos y Podemos, muy fuerte en aquellos primeros a?os de reinado. El movimiento 15M hab¨ªa estallado apenas tres a?os antes y en las elecciones europeas de mayo de 2014 la joven formaci¨®n morada irrumpi¨® en el Parlamento Europeo con cinco diputados. ¡°Los pol¨ªticos son los que peor se lo han puesto al Rey¡±, dice Canal en referencia a las constantes repeticiones electorales y las rondas de consultas ¨Den las que Felipe VI sufri¨® ciertas presiones¨D para formar Gobiernos con mayor¨ªas estables en el Congreso.
As¨ª las cosas, el flamante Rey no solo ten¨ªa que montar un reinado nuevo, sino que al mismo tiempo ten¨ªa que apagar los fuegos que dej¨® el anterior. Y esa idea de hacer borr¨®n y cuenta nueva que desliz¨® Felipe VI en su discurso de proclamaci¨®n ante los representantes de todos los poderes del Estado; sus hijas Leonor ¡ªactual heredera¡ª y la infanta Sof¨ªa; y su esposa Letizia Ortiz Rocasolano, puede resultar, sin embargo, una entelequia: ¡°Felipe VI no puede romper con el pasado porque ¨¦l est¨¢ ah¨ª por eso precisamente¡±, ilustra Laborda, muy cercano al entonces pr¨ªncipe. En la misma l¨ªnea est¨¢ el historiador Powell, amigo del rey Felipe VI desde principios de los a?os noventa: ¡°?l [Felipe] no puede romper con el pasado porque la Monarqu¨ªa es hereditaria¡±, asevera al tel¨¦fono, aunque ¡°es algo nuevo dentro de la continuidad¡±, matiza Powell. Felipe VI es un rey constitucional, lo ha hecho todo en democracia, coinciden los expertos, a diferencia de su padre, que fue m¨¢s bien constituyente.
Pero lo que s¨ª pudo hacer Felipe VI, con el apoyo de su esposa ¡ªque ¡°juega un papel muy relevante¡± en La Zarzuela, seg¨²n Canal y otras personas muy cercanas a La Zarzuela¡ª, es darle un buen lavado de cara a la instituci¨®n. ¡°La Monarqu¨ªa hay que gan¨¢rsela d¨ªa a d¨ªa porque cuando uno se relaja, ocurre lo que le ocurri¨® a Juan Carlos al final de su reinado¡±, dice Canal.
Lavado de cara
As¨ª que aquel 19 de junio de hace 10 a?os, Felipe prometi¨® tres cosas: honestidad, integridad y transparencia. Y para continuar ocupando la Jefatura del Estado debe imperar el sentido de ¡°ejemplaridad¡±, dice Laborda. M¨¢xime cuando la sombra del rey Juan Carlos, carism¨¢tico, campechano, arrollador, irrepetible y de car¨¢cter dif¨ªcil ¡ª¡±daba la sensaci¨®n de que estaba por encima de la ley¡±, opinan muchos que le conocen bien¡ª, era tan alargada. En Felipe, coinciden, predomina la racionalidad. ¡°El Rey es consciente de que es mortal y que al mismo tiempo encarna una instituci¨®n con vocaci¨®n de eternidad¡±, reflexiona Laborda.
As¨ª que, en l¨ªnea con otras casas reales europeas, Felipe VI redujo a de 16 a seis (los dos em¨¦ritos Juan Carlos y Sof¨ªa; Letizia Ortiz y ¨¦l; y la princesa Leonor y la infanta Sof¨ªa) los miembros de la Casa del Rey, convirtiendo a la espa?ola en la Familia Real m¨¢s peque?a de todas las del Viejo Continente, solo por delante de Noruega, que cuenta con cinco miembros.
¡°Es una familia que est¨¢ m¨¢s expuesta al escrutinio que antes, y eso afecta a su privacidad, lo cual no es necesariamente malo cuando no tienes nada que esconder¡±, opina Powell. Por eso, en 2022 se impuls¨® un real decreto por el que la Casa iba a seguir unas normas de transparencia hasta ahora nunca vistas en La Zarzuela: auditor¨ªas sometidas al Tribunal de Cuentas; publicaci¨®n de presupuestos y de asignaci¨®n de los miembros de la Familia Real; y publicaci¨®n de los regalos recibidos. Felipe VI tambi¨¦n renunci¨® a la herencia de Juan Carlos ante las dudas sobre su origen il¨ªcito habida cuenta de las investigaciones judiciales ¨Dhoy todas archivadas¨D que se cern¨ªan sobre el rey em¨¦rito. ¡°Tienen un modelo de transparencia que ojal¨¢ tuvieran otras instituciones del Estado¡±, arguye Lamo.
Pese a lo anterior, aun quedan ciertos aspectos por renovar, como el art¨ªculo 57 de la Constituci¨®n, que prima al var¨®n sobre la mujer en la sucesi¨®n al trono. O la Ley de la Corona, de la que tanto se habl¨® en legislaturas pasadas, especialmente en los partidos progresistas y de izquierdas. Algunos expertos opinan, sin embargo, que no hace falta, pues la actual ley fundamental ofrece el marco necesario para regular las actividades de la Jefatura del Estado.
Horizonte tranquilo
El horizonte de Felipe VI y de la Monarqu¨ªa se vislumbra tranquilo a d¨ªa de hoy. El Rey, sin embargo, debe ganarse su puesto cada d¨ªa porque ¡°necesita aparecer visiblemente en una sociedad que en el fondo no es mon¨¢rquica¡±, seg¨²n Laborda. Un reciente estudio de Remco. adelantado por EL PA?S, desvela que los j¨®venes espa?oles, pese a considerar que un sistema republicano es moralmente superior, aceptan a Felipe VI como jefe del Estado porque aporta cierta estabilidad en medio de la polarizaci¨®n que experimentan otras instituciones, como los partidos pol¨ªticos. El Rey est¨¢ ¡°por encima del sistema de partidos¡±, opinan los expertos consultados, y por ello su figura est¨¢, o deber¨ªa estar, m¨¢s protegida de los populismos de toda ¨ªndole.
¡°El Rey est¨¢ muy bien visto en el extranjero. Se expresa muy bien, tiene un excelente ingl¨¦s y muy buen franc¨¦s. Tiene mucha m¨¢s sustancia que otros monarcas de su generaci¨®n¡±, dice sin tapujos Powell, que tambi¨¦n ha sido bi¨®grafo de Juan Carlos I. ¡°Tiene una sensibilidad extraordinaria para los temas complejos¡±, se?ala Laborda, que desvela que el Rey sabe que, para mantenerse, tiene que respetar dos cosas: la democracia y Europa, aunque su conocimiento ¡°enciclop¨¦dico¡±, seg¨²n personas que le acompa?aban en sus viajes, es de Am¨¦rica Latina, como consecuencia de las innumerables tomas de posesi¨®n de los presidentes latinoamericanos desde su ¨¦poca como pr¨ªncipe.
Varias empresas demosc¨®picas y compa?¨ªas privadas de otros sectores suelen tomar la temperatura de la aceptaci¨®n de la instituci¨®n por parte de la ciudadan¨ªa. Y el resultado que arrojan en estos ¨²ltimos a?os es bueno para Felipe VI. Pese a que el CIS no pregunta directamente por la Monarqu¨ªa, si la incluye como opci¨®n a las preguntas sobre la preocupaci¨®n de los ciudadanos. ?El resultado? Solo al 0,5% de los encuestados le parece una preocupaci¨®n, comparado con el 26% del paro o el 24,8% de la situaci¨®n econ¨®mica, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro. ¡°La Monarqu¨ªa ha recobrado popularidad¡±, cree Canal. ?La respuesta? El lanzamiento de la heredera: la princesa Leonor, coinciden los expertos.
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