La sombra de ¡®La Ibiza del norte¡¯ planea sobre los acantilados de Loredo y Langre
Unos planes urban¨ªsticos de alcance a¨²n por acotar implican construir viviendas, un hotel y un campo de golf junto a la costa c¨¢ntabra
Un veraneante con sombrero de paja, bermudas y nevera port¨¢til emerge de un camino trazado entre un amplio espacio natural. Los estampados llamativos contrastan con el verde alrededor. Decenas, o cientos, de coches aparcan malamente en los arcenes de una sencilla carretera y alguno se adentra entre matorrales o vegetaci¨®n de litoral para estacionar c¨®modamente. No se oye el rumor del cercano mar Cant¨¢brico, perceptible en ¨¦pocas menos tur¨ªsticas. Una gr¨²a en un terreno colindante se alza como tronco met¨¢lico en tierras donde antes lo m¨¢s elevado eran los eucaliptos. La humanidad vence a la naturaleza en Loredo (Cantabria), cuya expansi¨®n urban¨ªstica prev¨¦ un remache acreedor de reacci¨®n social: la temida ¡°Ibiza del Norte¡±, en palabras de un promotor a quien las autoridades intentan desmentir. Los cr¨ªticos temen que el plan fijado de un campo de golf, un hotel y 126 viviendas sea el principio de una mayor saturaci¨®n en una zona de valor ecol¨®gico y paisaj¨ªstico.
El amenazador ep¨ªteto de ¡°La Ibiza del Norte¡± comenz¨® a resonar cuando la inversora balear AB Capital utiliz¨® tal expresi¨®n hace unos meses para referirse a su inter¨¦s por estos terrenos del ayuntamiento de Ribamont¨¢n al Mar (4.600 habitantes en siete n¨²cleos) y ubicados entre Loredo y Langre (800 y 200 censados). Entonces hablaron de 350 viviendas y provocaron una intensa reacci¨®n popular traducida en una manifestaci¨®n de miles de personas el pasado mayo contra la masificaci¨®n tur¨ªstica. Dos de los representantes del partido Cantabristas, entre los convocantes de aquella movilizaci¨®n, explican sobre el terreno las claves del proyecto urban¨ªstico. Paulu Lobete y Judit Guti¨¦rrez, de 33 y 39 a?os, reniegan de una iniciativa cuajada en los ¨²ltimos a?os, consistente en el cambio en el Plan de Ordenaci¨®n Urban¨ªstica del Ayuntamiento en 2021 para permitir que en esos terrenos verdes, con ¨¢rboles y praderas, se construyera otro campo de golf, pese a haber alguno m¨¢s en los alrededores, un hotel y al menos 126 viviendas. Lobete teme que de esas 126 anunciadas por el Gobierno de Cantabria (PP) se salte a los 350 que pronunci¨® la promotora. ¡°Hay casas junto a unos acantilados para la gente con m¨¢s capacidad adquisitiva y el resto se construir¨¢n en una zona de bosque¡±, expone el c¨¢ntabro. Su compa?era, residente en el cercano Somo, sufre para acceder a una vivienda de alquiler, sometida a la especulaci¨®n del visitante veraniego: ¡°Estamos colapsados de la ma?ana a la noche, aqu¨ª van a construir casas pero yo ni pienso en comprar una de ellas, es imposible. Est¨¢n ofreciendo una zona verde que se van a cargar cuando empiecen a construir¡±. Adem¨¢s, los ruidos, problemas para aparcar, fren¨¦ticas terrazas y las dificultades para que los servicios p¨²blicos funcionen con miles de usuarios que no pagan all¨ª sus impuestos.
Ambos insisten en se?alar al abanico pol¨ªtico implicado. Ribamont¨¢n al Mar lo gobierna el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), la comunidad recae en el PP tras sustituir al PSOE en coalici¨®n con el PRC, que mandaban cuando empez¨® a forjarse el plan urban¨ªstico. El consejero de Fomento, Roberto Media, carga contra una ¡°controversia que es una mentira y pretende ser verdad¡±. El pol¨ªtico recuerda que el Plan urban¨ªstico permite 126 viviendas, un hotel y un campo de golf y que ¡°es obligatorio hacerlo todo pero ni m¨¢s ni menos, No se puede hormigonar todo porque el Gobierno de Cantabria no va a permitir nada distinto¡±. ¡°Aqu¨ª no va a haber una Ibiza del norte, tenemos claro c¨®mo desarrollarnos¡±, reitera el consejero, pese a la manifestaci¨®n de mayo: ¡°Iban enga?ados¡±. El alto cargo se?ala al pacto anterior entre socialistas y regionalistas y censura al l¨ªder del PSOE y exvicepresidente auton¨®mico, Pablo Zuloaga, acus¨¢ndolo de exagerar contra la propuesta urban¨ªstica y recordando que ten¨ªa poder cuando hace unos a?os comenz¨® a cobrar peso la posibilidad inmobiliaria. El aludido matiza que fue el PRC quien dirig¨ªa Ribamont¨¢n al Mar y tambi¨¦n la consejer¨ªa de Fomento y admite que el plan aprobado implica esas 126 viviendas, el hotel y el campo de golf, pero como Cantabristas sospecha que el promotor pueda ampliar el rango y construir m¨¢s. ¡°La llegada de estos proyectos especuladores est¨¢ directamente relacionada al PP y su mensaje de la liberalizaci¨®n del suelo, sin poner coto a las viviendas tur¨ªsticas. Se rompe el techo de la vivienda de alquiler, negativo para quienes viven aqu¨ª, defendemos que se cumpla el plan, la ley de costas y la ordenaci¨®n del litoral y que no se ampl¨ªe la edificabilidad¡±, afirma Zuloaga. ¡°La respuesta actual de PP o PRC puede ser v¨¢lida, pero queremos que las instituciones est¨¦n prevenidas y atiendan al movimiento vecinal¡±, avisa el ex vicepresidente. El alcalde de Ribamont¨¢n al Mar no ha respondido a llamadas y mensajes de EL PA?S.
Los pulsos pol¨ªticos se suceden mientras Paulu Lobete y Judit Guti¨¦rrez reflexionan sobre la masificaci¨®n en el litoral norte, hist¨®ricamente menos saturado que el mediterr¨¢neo o el sur pero rumbo a desbordarse como ¡°refugio clim¨¢tico¡±. Ambos charlan por la ruta de los acantilados entre Loredo y Langre, junto a la cual se construir¨ªa parte de las residencias comprometidas. La reciente ampliaci¨®n de una carretera interior, habitualmente poco utilizada, les anticipa la multiplicaci¨®n de turistas en parajes cada verano m¨¢s desbordados. Guti¨¦rrez se?ala que el proceso es imparable, incluso mediante unos visitantes m¨¢s interesados en personas influyentes en redes sociales que en el paisaje. La celebridad Mar¨ªa Pombo tiene una casa en las proximidades y decenas de personas acuden con sus coches o andando para hacerse fotos, molestia para quienes residen todo el a?o en esa zona, como una de las amigas de Guti¨¦rrez. El boom del surf tambi¨¦n desborda precios y ocupaciones hosteleras que al menos dejan algo de retorno en los pueblos. La c¨¢ntabra, mientras se asombra por el tama?o y calidades de unos casoplones erigidos ya hace a?os frente al mar, vaticina que aquellos futuros compradores ni siquiera bajar¨¢n a los bares o restaurantes para hacer gasto: para qu¨¦, con semejantes jardines, vistas, barbacoas y capacidad financiera para ir solo a los mejores sitios.
El sol aprieta y cientos de personas han tenido la misma idea: conducir o pasear desde Loredo hacia Los Tranquilos, anta?o una peque?a cala, de tama?o dependiente de las mareas, reservada para los nativos. Nada que la turistificaci¨®n no pueda conquistar. Incluso se ven toallas y ba?adores en las conocidas como piscinas de Langre, estancamientos de agua entre las rocas a pie de acantilado a las cuales se llega tras descender -y luego ascender- entre las rocas. Antes solo iban pescadores y alg¨²n aventurero bien informado. Lobete, con la vista en el horizonte azul y dorado por el sol cayendo en la bah¨ªa de Santander frente a la isla de Santa Marina, suspira: ¡°Vamos camino de acabar como Levante¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.