Albares viajar¨¢ a Londres este mes en un intento final por salvar el acuerdo sobre Gibraltar
Espa?a y Reino Unido intentar¨¢n una ¨²ltima reuni¨®n a tres bandas con la Comisi¨®n Europea antes de que cambie el colegio de comisarios
El ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, viajar¨¢ en las pr¨®ximas semanas a Londres para intentar llegar a un acuerdo con su nuevo hom¨®logo brit¨¢nico, David Lammy, sobre la relaci¨®n de Gibraltar con la UE tras el Brexit, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a una negociaci¨®n que se prolonga desde hace ya tres a?os.
Aunque las dos partes han evitado ponerse plazos, las fuentes consultadas estiman que se trata de la ¡°¨²ltima oportunidad¡± para llegar a un pacto y ello por dos circunstancias: est¨¢ previsto que en noviembre se elija a la nueva Comisi¨®n Europea y cambie todo el equipo negociador por parte de la UE ¡ªque es la que debe firmar el acuerdo con el Reino Unido¡ª; y en esa misma fecha entrar¨¢ en vigor el nuevo Sistema de Entradas y Salidas (SES) del espacio Schengen y, por vez primera desde que se consum¨® el Brexit, el paso de La Verja pasar¨¢ a estar sometido a los mismos controles que si se tratase de un pa¨ªs tercero, poniendo fin al limbo del que se ha beneficiado durante los ¨²ltimos 43 meses.
Seg¨²n las fuentes consultadas, si Albares y Lammy acercasen lo bastante sus posiciones como para dejar el acuerdo precocinado, se celebrar¨ªa una nueva reuni¨®n a tres bandas en Bruselas con el comisario europeo Maros Sefcovic, como las que ya se celebraron sin ¨¦xito en abril y mayo, cuando el conservador David Cameron dirig¨ªa el Foreign Office, con la diferencia de que ahora no queda margen para permitirse un nuevo fracaso.
Albares y Lammy tuvieron ya un primer encuentro en Washington el pasado 7 de julio, en los m¨¢rgenes de la cumbre de la OTAN, solo 48 horas despu¨¦s de que este ¨²ltimo asumiese la cartera, y ambos acordaron ¡°trabajar desde ya¡± para mejorar las relaciones bilaterales y ¡°alcanzar un acuerdo en relaci¨®n a Gibraltar¡±, seg¨²n dijo el ministro espa?ol. Tambi¨¦n el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, se vio con el nuevo primer ministro brit¨¢nico, Keir Starmer, el 18 de julio en Oxfordshire (Inglaterra), donde se celebr¨® la cumbre de la Comunidad Pol¨ªtica Europea (CPE), y ambos se mostraron convencidos, seg¨²n asegur¨® La Moncloa, de que el acuerdo sobre Gibraltar estaba ¡°muy cerca¡±.
Sin embargo, pese al optimismo que genera el hecho de que los gobiernos de Madrid y Londres tengan el mismo color pol¨ªtico, igual que el de Gibraltar, en los ¨²ltimos meses la negociaci¨®n ¡°ha tocado hueso¡± en asuntos de alto voltaje simb¨®lico, seg¨²n admiten las fuentes consultadas,
El punto m¨¢s conflictivo es la exigencia de Madrid de que los que agentes espa?oles que vayan a realizar el control de los pasajeros que llegan a Gibraltar puedan ir armados y de uniforme, as¨ª como circular libremente por todo el per¨ªmetro fronterizo. La parte brit¨¢nica rechaza que los agentes espa?oles vayan armados, alegando que por tradici¨®n los brit¨¢nicos no portan armas, mientras que el ministro principal de la Roca, Fabian Picardo, no quiere o¨ªr hablar de la posibilidad de que se vean uniformes espa?oles en el interior de la colonia. ¡°No habr¨¢ botas espa?olas sobre el terreno¡±, ha zanjado. Por su parte, Espa?a alega que no se puede dise?ar un protocolo espec¨ªfico para Gibraltar y que si los gibraltare?os quieren incorporarse al espacio europeo sin fronteras deben aceptar los procedimientos de Schengen.
El Reino Unido acepta que los polic¨ªas espa?oles realicen los controles en el interior de una instalaci¨®n del aeropuerto, te¨®ricamente situada en tierra de nadie, donde comprobar¨ªan la documentaci¨®n de viaje y podr¨ªan interrogar a cualquier pasajero sospechoso, mientras que de cara al p¨²blico actuar¨ªan los agentes de la agencia europea de fronteras (Frontex) y los propios polic¨ªas gibraltare?os. Espa?a exige, sin embargo, que sus polic¨ªas no est¨¦n encerrados en estas dependencias sino que puedan moverse libremente por el aeropuerto para realizar comprobaciones in situ y tambi¨¦n desplazarse al puerto, para controlar el pasaje de los cruceros y ferris. Una pretensi¨®n que Gibraltar rechaza de plano.
En cambio, la negociaci¨®n ha conseguido sortear algunos de los escollos m¨¢s complejos. Por ejemplo, las fuentes consultadas aseguran que se ha pactado un estatus para el aeropuerto de Gibraltar, mediante una f¨®rmula que la parte espa?ola califica como ¡°uso conjunto¡± y la brit¨¢nica de ¡°involucraci¨®n espa?ola en su gesti¨®n¡±. Se trataba de un punto especialmente sensible de la negociaci¨®n, pues el aer¨®dromo est¨¢ construido sobre el istmo, que Espa?a considera ocupado ilegalmente por el Reino Unido.
Tambi¨¦n est¨¢ en v¨ªas de resoluci¨®n el gravamen sobre las mercanc¨ªas procedentes del Pe?¨®n. La delegaci¨®n brit¨¢nica ¨Cen la que est¨¢n integrados los representantes de Gibraltar¡ª rechaza la imposici¨®n del IVA a sus productos, pero acepta implantar una tasa equivalente que evite que el Campo de Gibraltar se vea inundado por bienes importados desde la colonia brit¨¢nica cuando se suprima La Verja. Por otro lado, Espa?a admite que Gibraltar aplique un impuesto de sociedades m¨¢s bajo, ya que este gravamen no est¨¢ armonizado entre los pa¨ªses de la UE, pero obtiene en cambio una homologaci¨®n de los impuestos especiales sobre el alcohol o el tabaco.
Tambi¨¦n se ha encontrado un f¨®rmula para compensar a los espa?oles que han trabajado en el Pe?¨®n y cobran una pensi¨®n m¨¢s baja que sus hom¨®logos residentes en la colonia: se crear¨¢ un fondo financiado conjuntamente por Espa?a y el Reino Unido para abonarles la diferencia y acabar con la discriminaci¨®n.
A¨²n falta por concretar la letra peque?a en muchos de estos temas y en otros. Por ejemplo, se est¨¢ ultimando el listado de ¡°derogaciones¡±; es decir, el enunciado de las categor¨ªas de personal y material que estar¨¢n exentos de control por parte de las autoridades espa?olas a su entrada en Gibraltar. Londres exige que este apartado incluya, en otros, al personal militar y al material destinado a la base naval brit¨¢nica.
El hecho de que se haya avanzado tanto en una negociaci¨®n tan compleja indica, seg¨²n las fuentes consultadas, que existe voluntad por ambas partes de llegar a un acuerdo en el que cada una tendr¨¢ que hacer concesiones para lograr un objetivo superior: la demolici¨®n de La Verja y la creaci¨®n de un espacio econ¨®mico y social unificado en el Campo de Gibraltar. Durante el verano, no ha cesado el intercambio de borradores y de propuestas t¨¦cnicas entre los negociadores. La duda est¨¢ en si todo saltar¨¢ por los aires por una cuesti¨®n de uniformes y pistolas. M¨¢s simb¨®lica que real.
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