Espa?a y Gibraltar se preparan para endurecer los controles en La Verja por si fracasa el acuerdo
En oto?o se implantar¨¢n los nuevos protocolos fronterizos de Schengen mientras la presencia de polic¨ªas espa?oles en la colonia bloquea la negociaci¨®n
El pasado d¨ªa 4, el Gobierno gibraltare?o anunciaba la emisi¨®n de un sello conmemorativo del 320 aniversario de la toma del Pe?¨®n por la flota anglo-holandesa, supuestamente no para arrebat¨¢rselo a Espa?a sino para ponerlo al servicio del archiduque Carlos de Austria, enfrentado a los borbones en la Guerra de Sucesi¨®n. Dos semanas antes, el mismo Ejecutivo hab¨ªa calificado de ¡°rancios¡± y ¡°ofensivos¡± los c¨¢nticos de ¡°?Gibraltar espa?ol!¡± entonados en la celebraci¨®n de la victoria de la selecci¨®n espa?ola en la Eurocopa.
El contencioso de la colonia brit¨¢nica, desactivado en los ¨²ltimos a?os a trav¨¦s del di¨¢logo y la negociaci¨®n, parece deslizarse de nuevo por una deriva de ¡°afrentas y desaf¨ªos¡±, como calificaron las autoridades gibraltare?as la entrada de una patrullera de la Guardia Civil en aguas en disputa con el Reino Unido el pasado 30 de julio. ¡°El tambor nacionalista es el m¨¢s f¨¢cil de tocar, aqu¨ª [en Gibraltar] y all¨¢ [en Espa?a]¡±, reconoc¨ªa a principios de junio el ministro principal del Pe?¨®n, Fabian Picardo, al diario local Gibraltar Chronicle.
Fuentes del Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores subrayan que ¡°el 80% del futuro tratado que regular¨¢ las relaciones entre la colonia y la Uni¨®n Europea tras el Brexit ya est¨¢ acordado¡±, aunque reconocen que falta ¡°el 20% m¨¢s sensible¡±. Tras haber intentado sin ¨¦xito culminar la negociaci¨®n en dos reuniones al m¨¢ximo nivel con el entonces secretario del Foreign Office, David Cameron, y el comisario europeo Maros Sefcovic, celebradas el 12 de abril y el 15 de mayo en Bruselas, el ministro espa?ol Jos¨¦ Manuel Albares espera reanudar despu¨¦s del verano las conversaciones con su nuevo hom¨®logo brit¨¢nico, el laborista David Lammy.
Sin embargo, aunque Albares y Lammy acordaron ¡°trabajar desde ya¡± para lograr un acuerdo cuando se vieron, por vez primera, el pasado 7 de julio en los m¨¢rgenes de la cumbre de la OTAN en Washington, en el Ministerio espa?ol de Exteriores no se respira ahora el optimismo de hace unos meses. El obst¨¢culo no se ve tanto en el nuevo gobierno brit¨¢nico, sino en el gibraltare?o. ¡°Mientras Albares lleva meses avisando a la opini¨®n p¨²blica de que habr¨¢ que dejarse pelos en la gatera para lograr un acuerdo, Picardo no ha preparado a los propios gibraltare?os para unas concesiones que son inevitables¡±, se?alan fuentes pr¨®ximas al ministro.
Las alarmas saltaron en abril pasado cuando, en respuesta escrita a varios senadores del PP, el Gobierno record¨® que el control para entrar en Gibraltar una vez que se alcance el acuerdo corresponder¨¢, seg¨²n el c¨®digo de fronteras del espacio Schengen ¨Ddel que forman parte 23 pa¨ªses de la UE, adem¨¢s de Suiza, Noruega e Islandia, pero no el Reino Unido¨D, a la Polic¨ªa Nacional, mientras que los agentes de la agencia europea de fronteras Frontex ejercer¨¢n ¡°una funci¨®n auxiliar¡±. Adem¨¢s, puntualizaba, los polic¨ªas espa?oles deber¨¢n ¡°poder moverse libremente por todo el recinto fronterizo¡± y prestar servicio ¡°de uniforme¡± y ¡°portando armas¡±. Picardo reaccion¨® airado, asegurando que la presencia de agentes espa?oles armados y uniformados en suelo de la colonia no se hab¨ªa planteado en la mesa negociadora y que constitu¨ªa una ¡°l¨ªnea roja¡± para ¨¦l. ¡°No habr¨¢ botas espa?olas sobre el terreno¡±, zanj¨®.
En realidad, la presencia de la polic¨ªa espa?ola en Gibraltar ya se pact¨® en el acuerdo de Nochevieja de 2020 entre la entonces ministra espa?ola de Exteriores, Arancha Gonz¨¢lez Laya, y su hom¨®logo brit¨¢nico, Dominic Raab, aunque sin entrar en detalles. ¡°Espa?a y Gibraltar har¨¢n los controles de personas y equipajes en las instalaciones del puerto [¡] Oficiales espa?oles y gibraltare?os compartir¨¢n oficinas en una instalaci¨®n en el aeropuerto creada con este fin¡±, especificaba el documento aceptado entonces por Picardo.
Fuentes gubernamentales recuerdan que Espa?a es responsable del control de las entradas en el espacio Schengen, ya que el Reino Unido no ha suscrito dicho tratado; que los controles en la frontera espa?ola se trasladar¨ªan al puerto y aeropuerto del Pe?¨®n si se sella el acuerdo; y que Picardo ¡°no puede pretender un protocolo Schengen especial para Gibraltar¡± y, mucho menos, que ¡°polic¨ªas espa?oles de servicio operen sin armas y sin uniforme¡±.
Desde que el 1 de enero de 2021 concluy¨® el periodo transitorio previsto en el acuerdo de retirada del Reino Unido de la UE, Gibraltar es a todos los efectos territorio de un pa¨ªs tercero y la l¨ªnea que separa la colonia brit¨¢nica de la Pen¨ªnsula, una frontera exterior. Sin embargo, la expectativa de que se alcanzara un acuerdo que supusiera la demolici¨®n de La Verja y el libre tr¨¢nsito de personas y mercanc¨ªas a trav¨¦s del istmo hizo que la situaci¨®n de la colonia brit¨¢nica quedara en un limbo.
Aunque el acuerdo Schegen exige que los ciudadanos brit¨¢nicos no puedan cruzar sus fronteras sin sellar su pasaporte y justificar el motivo de su viaje, ni tampoco prolongar su estancia m¨¢s de 90 d¨ªas en un periodo de tres meses, los gibraltare?os han podido pasar a este lado de La Verja, donde muchos tienen su segunda residencia, durante los ¨²ltimos 43 meses sin m¨¢s requisito que exhibir su tarjeta de identidad gibraltare?a.
Esta situaci¨®n cambiar¨¢ en noviembre pr¨®ximo, cuando entre en funcionamiento el nuevo Sistema de Entradas y Salidas (SES) del espacio Schengen, que implicar¨¢ el escaneado de pasaportes y el registro de datos barom¨¦tricos (huellas dactilares e imagen facial), al que deber¨¢n someterse tanto los ciudadanos gibraltare?os como los brit¨¢nicos residentes en Gibraltar. Adem¨¢s, a mediados de 2025, se pondr¨¢ en marcha el sistema ETIAS, que obligar¨¢ a pedir autorizaci¨®n previa para entrar en el territorio Schengen a los nacionales de todos aquellos pa¨ªses terceros a los que no se exige visado para visitas de corta duraci¨®n, como el Reino Unido. Se trata de un modelo similar al ESTA, el permiso que se debe solicitar por Internet antes de viajar a EE UU.
La implantaci¨®n de estos nuevos sistemas responde a un calendario previsto para todas las fronteras exteriores del espacio Schengen y no tiene relaci¨®n con el estancamiento de las negociaciones a tres bandas (Espa?a, Reino Unido y Comisi¨®n Europea) sobre Gibraltar. Sin embargo, fuentes diplom¨¢ticas espa?olas no ocultan que acabar¨¢ con la actual situaci¨®n de ¡°alegalidad¡± y servir¨¢ para implantar gradualmente unos controles que habr¨¢ que aplicar de todas formas si no se llega a un acuerdo.
¡°El problema es que Picardo compara la situaci¨®n actual, en la que tiene todas las ventajas y ning¨²n inconveniente, con el coste que le supone un acuerdo con Espa?a; cuando lo correcto es compararlo con un escenario de no-acuerdo¡±, subrayan. Una situaci¨®n m¨¢s parecida a la que exist¨ªa antes de la entrada de Espa?a en la UE, en 1986. Si el acuerdo se culmina en los t¨¦rminos negociados, todos los residentes en el Pe?¨®n quedar¨¢n exentos de someterse al SES y al ETIAS, pero hasta que eso suceda, si sucede, ambos tendr¨¢n que aplicarse.
De momento, las dos partes se est¨¢n preparando para un NNO (No Negociated Outcome o divorcio sin acuerdo) y planeando nuevas infraestructuras en la frontera por si La Verja, en vez de derribarse, debe reforzarse. Los efectos del NNO podr¨ªan paliarse en parte con un acuerdo bilateral de tr¨¢fico fronterizo con el Pe?¨®n, pero ambas partes dudan de que el clima sea propicio para ello tras un fracaso que dejar¨ªa profundas heridas y recelos. Para el Ejecutivo espa?ol, el cambio de inquilino en el 10 de Downing Street y el impulso del nuevo Gobierno brit¨¢nico pueden ser la ¨²ltima oportunidad antes de que, en oto?o, se impongan los nuevos controles en La Verja y deje su cargo el comisario Sefkovic, que hasta ahora ha representado a la Comisi¨®n Europea en la negociaci¨®n. Se perder¨ªa as¨ª un tren que quiz¨¢ ya no vuelva a pasar.
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