Chiva tras la dana: 17.000 vecinos de vuelta al siglo XIX
El municipio valenciano, que lleva desde el martes sin luz, agua ni tel¨¦fono, afronta el recuento de muertos mientras sigue aislado y escasea la ayuda
Todo lo que se daba por hecho en Chiva ya no est¨¢. Los vecinos del municipio que registr¨® el r¨¦cord de lluvias durante la dana no pueden llamarse por tel¨¦fono. No tienen c¨®mo localizar a sus desaparecidos ni c¨®mo escuchar la radio. No saben a ciencia cierta qu¨¦ est¨¢ pasando en su pueblo, mucho menos en los de alrededor. Saben lo que les llega por el boca a boca. Los que mantienen sus casas no pueden tirar de la cadena, ni ducharse. Falta comida y agua potable. Desde el martes, cuando el temporal arroj¨® 420 litros por metro cuadrado en la zona, estos casi 17.000 vecinos est¨¢n sin agua corriente, sin luz, sin se?al telef¨®nica y mucho menos internet. Mandar un WhatsApp es ahora el lujo de un pueblo arrasado en el que han muerto al menos 10 personas. Aunque ser¨¢n m¨¢s porque hay muchos desaparecidos. ¡°Posiblemente, lleguemos a la centena por los cientos y cientos de coches ca¨ªdos a lo largo del t¨¦rmino municipal. Esperamos tener bastantes v¨ªctimas. Cada vez que se mete un perro o la pala en el fango, aparecen cuerpos¡±, ha afirmado la alcaldesa, Amparo Fort, a la agencia Efe.
La corriente parti¨® el municipio en dos. El agua, que corri¨® desbocada por la Rambla del Poyo, se llev¨® por delante puentes, cientos de coches e hizo desaparecer varias casas. Algunas acabaron desguazadas por la mitad. Lo que agrav¨® todo, cuenta el p¨¢rroco Javier Costa, es que los veh¨ªculos que arrastr¨® la tromba de agua bloquearon las calles empinadas que normalmente desaguan las precipitaciones de los temporales y, una vez m¨¢s, los vecinos se vieron atrapados en una ratonera. El agua subi¨® y subi¨® hasta llegar, en algunos casos, a ahogarles. ¡°Me faltan palabras¡±, dice Salvador Mart¨ªnez, de 52 a?os, tras sacar un ¨¢rbol de su garaje. ¡°Estamos vivos que es lo importante, pero no sabemos nada, no tenemos informaci¨®n¡±, asegura. Se refiere a sus vecinos muertos y a los desaparecidos que nadie se atreve a decir cu¨¢ntos son.
Una de las v¨ªctimas muri¨® muy cerca de esa zona del pueblo. Se llamaba Mari Luz y falleci¨® arrollada por la corriente en su propia casa mientras su familia intentaban contactar con ella. Su vecina J¨¦sica Besteiro supo que algo le hab¨ªa pasado cuando el agua sobrepas¨® el timbre y no la vio asomada por la ventana del piso de arriba. ¡°Ella siempre estaba ah¨ª. Le gritamos: ¡®?Mari Luz, Mari Luz!¡¯, pero Mari Luz ya no estaba¡±, relata.
Chiva pide ayuda. Besteiro es una de las tantas vecinas indignadas porque se ven solas intentando reparar un destrozo que ahora mismo est¨¢ en manos de voluntarios. ¡°Yo lo ¨²nico que pido es que no falte comida porque tengo un beb¨¦, pero aqu¨ª el Ayuntamiento no nos ha dado nada. Tampoco la Guardia Civil, que los ves aqu¨ª de 15 en 15 sin una mancha porque no te echan ni una mano¡±, reclama embadurnada de barro de la cabeza a los pies. La alcaldesa ha reconocido que necesitan ¡°urgentemente agua y v¨ªveres¡± porque ¡±en la calle ya hay vecinos d¨¢ndose guantazos para obtenerlos¡±.
Casi tres d¨ªas despu¨¦s del temporal, Chiva peregrina. Al Ayuntamiento, donde apuntan en un cuaderno las incidencias, los desperfectos, las emergencias, los desaparecidos, los cientos de coches da?ados... Al Espai Joven, un centro municipal donde se supone que hay wifi. A un local lleno de b¨¢rtulos, donde no se sabe muy bien por qu¨¦ hay luz e internet intermitente. A la carnicer¨ªa que se est¨¢ deshaciendo del g¨¦nero porque no funcionan las neveras, al supermercado a buscar un agua potable que ya no queda. A una bomba de agua que llena bidones sucios para limpiar suelos y poder tirar de la cadena. ¡°Esto es un verdadero caos¡±, reclama Jos¨¦, miembro de la brigada municipal. ¡°Aqu¨ª no est¨¢ ni la UME, ni el Ej¨¦rcito, ni pollas. Estamos nosotros y ya est¨¢¡±, se queja.
Francisco Esteso, comisario jefe de la polic¨ªa local, es m¨¢s diplom¨¢tico, pero revela las carencias de un pueblo aparentemente olvidado: ¡°Necesitamos comida, voluntarios para limpiar las calles y las casas, ambulancias, gasolina¡¡± Faltan hasta palas para limpiar el barro. La situaci¨®n, dice, es ¡°catastr¨®fica¡±. ¡°El barranco se ha llevado multitud de coches y ha arrasado el asfalto. Las urbanizaciones est¨¢n incomunicadas y hay gente que necesita comida y medicamentos. Es desesperante. Lo m¨¢s cr¨ªtico es la ansiedad y la impotencia de no poder acudir a todos los sitios desde donde nos est¨¢n llamando¡±, relata.
Finalmente, en la tarde del jueves el presidente de la Generalitat, Carlos Maz¨®n, pidi¨® ayuda al Ministerio de Defensa para incorporar al Ej¨¦rcito, del que ya hay desplegados 1.200 efectivos, en labores log¨ªsticas y de distribuci¨®n de ayuda a los afectados. El Gobierno anunci¨® que a?adir¨¢ 500 militares m¨¢s a esas labores y, adem¨¢s, a abrir v¨ªas de acceso por tierra.
Chiva continua aislada. Aunque los accesos sentido Madrid se hayan reabierto, un gigantesco tap¨®n de coches y camiones reventados a¨²n bloquea la A3 sentido Valencia. Decenas de veh¨ªculos se acumulan desde el martes y hacen imposible llegar a la localidad por ese y otros dos caminos alternativos. ¡°Salta la mediana y ve andando, pero a saber qu¨¦ te vas a encontrar¡±, recomienda un guardia civil. Menos de media hora despu¨¦s, con la UME de vuelta en ese tramo de la autov¨ªa, aparec¨ªa un cad¨¢ver. En el arc¨¦n de enfrente, un hijo, en busca de su padre, lanzaba un aullido de dolor.
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