El artesano de futbolines de Valencia se despide del negocio por la dana: ¡°Es muy dif¨ªcil que siga, solo no voy a remontar¡±

Es mi¨¦rcoles 30 de octubre, por la ma?ana, en Paiporta. Agust¨ªn Navarro, un vecino de esta localidad golpeada por la brutal dana del pasado 29 de octubre que hasta el momento se ha cobrado 215 vidas en Valencia, respira fuerte, trata de tranquilizarse mientras graba un v¨ªdeo de c¨®mo ha quedado su nave industrial tras el paso del temporal. Frente a ¨¦l, en el v¨ªdeo que ense?a, se apelotona un amasijo de tablones de madera y de escombros sobre el barro en lo que hasta hace unas horas era el taller en el que hac¨ªa futbolines de madera de forma artesanal. Uno de ellos, que hab¨ªa estado preparando para entregar en Navidad, una ¨¦poca de alta actividad para su negocio, ha ido a parar frente al gran port¨®n de metal que ha quedado totalmente destrozado por la fuerza del agua. Lo ha perdido todo, excepto unos pocos futbolines que ten¨ªa en un altillo.

Navarro, seg¨²n sus propias palabras, cree que debe ser de ¡°los ¨²ltimos artesanos de futbolines¡± que queden en el pa¨ªs, ya que las m¨¢quinas con las que trabajaba tienen unos 70 a?os y est¨¢n fuera del mercado. ¡°A las m¨¢quinas de hoy d¨ªa les metes el tabl¨®n de madera y ya te hacen la figura. Yo cojo cada tabl¨®n, los voy serrando, cepillando y luego lo pongo en aquella m¨¢quina para cuadrarlo¡±, explica mientras muestra una maquinaria a la que se ve afectada, con mucho barro despu¨¦s de que entrara en el local 1,90 metros de agua. ¡°De la maquinaria posiblemente no aproveche nada, lo m¨¢s seguro es que no me arranque nada¡±, indica. Dichas herramientas las hered¨® de su padre, que se llamaba igual que ¨¦l, con el que empez¨® a trabajar hace 40 a?os, cuando ten¨ªa 16. Hoy, ve dif¨ªcil que su hijo contin¨²e el negocio.

¡°Todo depende de la maquinaria, si no me vale, yo ya no voy a invertir en unas nuevas. Si es as¨ª, es muy dif¨ªcil que siga¡±, admite con desaz¨®n este hombre de 55 a?os que en diciembre cumplir¨¢ 56. Navarro, que trabaja solo, es un claro ejemplo del tipo de negocios a los que ha golpeado esta dana, ya que es una regi¨®n donde hay muchas pymes y negocios relacionados con la madera y la artesan¨ªa. En total, la regi¨®n afectada por la dana supone el 34,5% del PIB de la provincia de Valencia y el 22% de la comunidad aut¨®noma. Otro obst¨¢culo que deber¨¢ de sortear Navarro en caso de volver a la actividad ser¨¢ el de buscar otra persona que le pinte los futbolines, ya que el que se encargaba ¡°del pulimento¡± tambi¨¦n ha perdido todo y ya le ha dicho que lo m¨¢s seguro es que no reabra.

¡°Solo no voy a remontar, a ver si nos pueden ayudar un poco¡±, comenta en referencia a la administraci¨®n p¨²blica. En este sentido, el pasado 5 de noviembre, el Gobierno central anunci¨® un plan de 10.600 millones de euros en ayudas (frente a los 31.400 millones que hab¨ªa pedido la Generalitat, que es el equivalente a su presupuesto anual) a las zonas y personas afectadas por la dana.

Las compensaciones por los da?os en su negocio, sabe Navarro, correr¨¢n a cargo del Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros, que es el organismo que act¨²a en casos de cat¨¢strofes naturales. ¡°Me dicen que saque foto de todo, de la marca, pero esto ya no existe, me dar¨¢n cuatro duros y una m¨¢quina nueva me costar¨¢ una pasta¡±, a?ade este hombre que en su momento tambi¨¦n hizo billares, uno de los cuales est¨¢ en casa del astro argentino del f¨²tbol Lionel Messi.

Como Navarro, muchas personas se han puesto en contacto con el consorcio o con sus aseguradoras, las cuales est¨¢n ayudando en las gestiones administrativas a sus clientes, para saber a qu¨¦ compensaci¨®n econ¨®mica tienen derecho. Hasta el jueves, al consorcio llegaron 116.000 peticiones de damnificados, de las cuales el 60% son por veh¨ªculos (los concesionarios estiman que hay unos 90.000 veh¨ªculos siniestrados por la dana).

Uno de esos veh¨ªculos da?ados es el de Navarro, que tambi¨¦n ha perdido su furgoneta que dej¨® aparcada frente a su negocio. ¡°Sal¨ª a buscarla el otro d¨ªa y resulta que el agua se la llev¨® y la dej¨® en la nave de al lado. La tengo hasta bien aparcada y todo¡±, dice con una sonrisa ir¨®nica.