Joan Busquets, ex guerrillero: ¡°Yo pensaba que ¨ªbamos a tumbar al R¨¦gimen franquista¡±
A sus 96 a?os este libertario catal¨¢n residente en Francia, ex miembro del maquis, reclama una indemnizaci¨®n por 20 a?os de ¡°miseria y malos tratos¡± en las c¨¢rceles franquistas
Joan Busquets tiene 96 a?os, ojos vivos y peque?os, y una envidiable claridad mental. Fue libertario y lo sigue siendo; dicen que es el ¨²ltimo guerrillero antifranquista vivo. En su memoria, historia de Espa?a: form¨® parte del maquis, fue capturado y condenado a muerte. A sus compa?eros, Saturnino Culebras y Manolo Sabat¨¦, los fusilaron, a ¨¦l se le conmut¨® la pena. Pas¨® 20 a?os y seis d¨ªas en la c¨¢rcel. Primero en Valencia y luego en Burgos. Entr¨® con 21 a?os y sali¨®, en 1969, con 41. En 1974 se exili¨® a Francia por el acoso policial franquista.
El pasado d¨ªa 19, v¨ªspera del 20N, efem¨¦ride de la muerte de Franco, Busquets dej¨® Normand¨ªa, donde vive, y visit¨® Madrid de la mano del sindicato CGT. Con su gorra y su cayado se plant¨® delante del Congreso a protestar. ¡°Eran m¨¢s los polic¨ªas que nosotros, no nos dejaron hacer nada¡±, se queja. La Ley de Memoria Democr¨¢tica reconoce a los maquis, pero no los indemniza.
Busquets persigue una reparaci¨®n integral, tambi¨¦n econ¨®mica: pide un mill¨®n de euros por esas dos d¨¦cadas en prisi¨®n y los malos tratos. Conoce la dificultad de su prop¨®sito, pero espera que la mera demanda genere reflexi¨®n p¨²blica. ¡°Me dan un reconocimiento simb¨®lico¡ ?pero mi condena no fue simb¨®lica!¡±.
Pregunta. Alg¨²n avance ha habido.
Respuesta. A los guerrilleros nos trataban de bandidos, ahora por primera vez se nos reconoce como lo que fuimos.
P. ?C¨®mo se hizo usted anarquista?
R. Paulatinamente. En el taller de mi padre ven¨ªan compa?eros de tendencia libertaria, de la CNT, y acab¨¦ entrando en ese ambiente siendo solo un cr¨ªo. Cuando los fascistas entraron en Barcelona se comportaron de una manera bestial, nos hac¨ªan cantar el Cara al sol¡ Ya m¨¢s mayor entr¨¦ en contacto con intelectuales libertarios que me prestaban libros para comentar, como Sembrando flores, de Federico Urales [el padre de Federica Montseny]. Hab¨ªa odio contra el R¨¦gimen: era una Espa?a negra sin futuro.
P. Usted se fue a Francia.
R. Yo me fui asqueado, yo y otros miles. Acab¨¦ en unas minas de carb¨®n en Cransac. Ah¨ª entr¨¦ en la CNT y en las Juventudes Libertarias. Recog¨ªamos dinero para los presos y los guerrilleros. Me ve¨ªan demasiado joven, pero acab¨¦ entrando en un grupo con 19 a?os. Me llamaban El Sencillo. Hac¨ªamos sabotajes.
P. ?Qu¨¦ sabotajes?
R. Hicimos como 15 viajes desde Francia hasta Manresa cargando 40 kilos de material b¨¦lico. Siete d¨ªas de viaje nocturno. Cuando consideramos que hab¨ªa material suficiente, hicimos el sabotaje en Terrassa, en 1949. Tiramos un mont¨®n de torres de alta tensi¨®n, como 50, y destruimos un kil¨®metro de v¨ªa f¨¦rrea.
P. ?Qu¨¦ consecuencias tuvo?
R. Dejamos Terrassa y Sabadell a oscuras. Esto hizo da?o al R¨¦gimen y dio que hablar a la prensa extranjera. ?ramos j¨®venes: yo cre¨ªa que ¨ªbamos a tumbar al R¨¦gimen. Est¨¢bamos llenos de esperanza: al fin y al cabo, las cosas grandes las hacen los j¨®venes.
P. ?C¨®mo fue capturado?
R. Baj¨¦ a Barcelona con el compa?ero Pepe Sabat¨¦ y le di la direcci¨®n de mi padre. Un d¨ªa apareci¨® la Brigada Pol¨ªtico Social en casa y me detuvo. Hab¨ªan matado a Sabat¨¦ el d¨ªa antes en la calle Trafalgar. As¨ª le encontraron mi direcci¨®n. Eso me cost¨® muy caro.
P. 20 a?os en la c¨¢rcel es mucho tiempo.
R. Demasiado. Adem¨¢s, en condiciones de miseria, hambre y explotaci¨®n.
Est¨¢bamos llenos de esperanza: al fin y al cabo, las cosas grandes las hacen los j¨®venes.
P. ?Se acostumbra uno?
R. Uno nunca se acostumbra. Hab¨ªa mucha gente presa por delitos sociales y pol¨ªticos. Al que robaba una gallina le ca¨ªan 30 a?os. Un saco de patatas, otros 30 a?os. Hab¨ªa quien acumulaba 600 a?os. Yo intent¨¦ fugarme.
P. ?C¨®mo?
R. Organic¨¦ varias fugas, que era una cosa muy dif¨ªcil. En una, en el invierno de 1956, al saltar el muro a la calle me romp¨ª el f¨¦mur. Me dieron un culatazo en la nariz que todav¨ªa se me nota. Me entraron a rastras, me dejaron cuatro horas tirado en el suelo del patio. Luego me metieron en una celda de castigo, siete d¨ªas en el suelo, pasando fr¨ªo, sin atenci¨®n m¨¦dica, con unas heridas grav¨ªsimas. Cuando me operaron me dejaron una herida que supur¨® durante 50 a?os, hasta el a?o 2000.
P. ?C¨®mo fue salir de la c¨¢rcel?
R. Me cost¨® reintegrarme. Encontr¨¦ un buen trabajo en una editorial, ten¨ªa un sueldo potable, pero la Brigada Pol¨ªtico Social me hac¨ªa la vida imposible. El comisario me hizo llamar para insultarme y amenazarme, para llamarme asesino y criminal. Todo esto caus¨® malestar en m¨ª, porque entonces no ten¨ªamos atenci¨®n psicol¨®gica.
La derecha ha aprendido la palabra libertad, pero no la puede comprender
P. ?Mantiene sus ideas anarquistas?
R. S¨ª, y m¨¢s s¨®lidas. Porque todos esos contratiempos las han ido fortaleciendo.
P. ?C¨®mo vive el ascenso de la extrema derecha?
R. Es terrible lo que pasa en Estados Unidos, Italia¡ El fascismo es galopante y hay que combatirlo siempre. No hay que bajar nunca los brazos, no hay que rendirse. La libertad es una lucha permanente. Aunque est¨¦s en libertad sigue siendo una lucha, porque nunca se consigue completamente.
P. Ahora la derecha se ha apropiado del t¨¦rmino libertad.
R. Han aprendido esa palabra, pero no la han comprendido. No la pueden comprender.
P. ?C¨®mo encuentra la fuerza a los 96 a?os para seguir en la lucha?
R. Precisamente por esta crisis fascista mundial. Eso me da fuerzas para continuar.
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